Capitulo 24

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Lunes 28 de enero 

Me levanto por la luz del sol que ingresa por la ventana, miro a mi lado y me encuentro a Mia abrazada a mi torso desnudo, trato de levantarme sin despertarla, pero es imposible, ya que cada movimiento que doy ella lo siente y se acomoda a pegándose aún más a mi, después de unos minutos logro salir de la cama sin que ella se despierte, estoy aproximadamente media hora en la cocina tratando de hacer el desayuno para ambos, sin embargo no logré cocinar nada elaborado y opto por lo único que se preparar, panqueques. Estoy apunto de servir los panqueques y llevárselos a Mia cuando siento unos brazos delgados y fríos rodear mi cintura, me doy la media vuelta y observo a Mia con mi polera gris puesta, admito que se le ve mucho mejor que a mi.

-Buenos días- saluda al despegarse de mi.

-Buenos días Mademoiselle- respondo depositando un beso en su frente.

-¿Que haces?- pregunta ella con voz adormilada.

-Trataba de hacer el desayuno

-¿Quieres ayuda?

-No, esta bien, hare unos panqueques para ambos, tu puedes sentarte en la mesita a esperar que termine de prepararlos.

-De acuerdo-aceptó -solo no quemes los panqueques- condicionó.

- Para tu información soy un excelente chef- le informe antes de que se vaya a sentar.

Prepare el desayuno para ambos cuando ella se fue a sentar, serví los panqueques en perfecta condición junto con arándanos encima.

 Esto parece desayuno de serie de Netflix 

Al terminar el desayuno ninguno de los dos dijo algo, solo estábamos en silencio mirando los gestos del otro, quería irrumpir el silencio, pero no sabia que decir. Podía proponer ver películas o escuchar música, pero eso ya lo hicimos, y no me agrada mucho la idea de repetir planes, pensé en proponerle pasear cerca de la cabaña, pero no sabia que tan buena idea era esa, no quise decirla hasta que me di cuenta de que el tiempo pasaba y nosotros seguíamos sin decir absolutamente nada. 

 -¿Quieres salir a caminar?- pregunté.

-¿Al bosque?- puso una cara confusa como si le estuviera preguntando si quisiera caminar en un precipicio. 

-Pues si- respondí obvio.

-¿Quieres que caminemos al rededor de un montón de arboles?- volvió a preguntar.

-Se le llama naturaleza querida Mia- contesté.

-Lo siento por ofenderlo Mr. Naturaleza, pero no creo que encontremos algo interesante en medio de muchos arboles. 

-Vamos será divertido- insistí.

-Esta bien, déjame irme a cambiar. 

-Aquí te espero. 

A los minutos Mia regreso con una polera suya color beige algo oscuro, un buzo blanco y unas zapatillas crema.

-Ya estoy lista

-Bien, vamos.

-¿Piensas ir en ropa interior?- cuestionó mirándome de arriba a abajo.

-No, claro que no, solo bromeaba- respondí tapando e hecho de que había olvidado que no traía nada puesto aparte de mi bóxer -Iré a ponerme algo- avisé yendo a la habitación.

 Al entrar al cuarto encontré un buzo gris y mi polera del mismo que tenia la palabra "University" en medio de esta, doblada en la cama, aquella que Mia había usado, me coloque la ropa rápidamente y pude sentir el olor de ella impregnado en la prenda. 

La Chica De La FeriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora