La vida de Rumi jamás tuvo algo emocionante y estuvo invadida de odio, ira y rencor. Ser una cantinera de un bar tan problemático donde la veían como un trozo de carne tampoco era un buen bonus. Los piratas y la marina eran la cereza del pastel.
Se encontraba sirviendo tragos y denotando el repulsivo asco que le daban las miradas de muchos de los cerdos que habían en el lugar por sus hambres de lujuria. Podria decirse que era por su hermoso atractivo, pero lamentablemente para todos los hombres, ella no era para nada femenina, salvo su rostro.
El tema con la lujuria es que a esos cerdos no les importa eso; basta con que se vea como una mujer, como para que ya quieran someterla y convertirla en lo que ellos consideran que es una...
Rodó los ojos cuando partió rápidamente una botella contra la mano de uno de los borrachos que intentó tocar su trasero. El tipo comenzó a lloriquear y no duró nada cuando ella le pegó una patada de burro que mandó al idiota fuera del lugar por la ventana, partiéndola en pedazos en el proceso, y sacando carcajadas de los audaces que se creían capaces de algo mejor de lo que ese tipo.
Así era el bar "Paraíso". Irónico lugar que para ella no se asemejaba a nada como uno. Para peor, su cercanía al muelle lo hacía más insoportable.
Estiró una botella por la barra y una de las encargadas de ahí se dispuso a dejarla en un rincón donde abundaban cientas. Lo bueno del trabajo era que se ganaba bien y por eso ella estaba aquí. De sobrevivir en la calle a esto era algo que quizás valía la pena pese a esos momentos desagradables.
Entonces las puertas se abren, y todos expectantes de que fuera el tipo apaleado, se decepcionan al ver a un sujeto con con la cabeza en bajo y un sombrero que llamó al silencio cuando notaron dos picos altos elevándose desde el frente pareciendo una W.
Entonces alzó la cabeza, denotando una enorme sonrisa dentada, haciendo que todos lo vieran al instante. Rumi por un instante siente un escalofrío por su espalda y se asombra al sentir como la apariencia se le hace familiar.
Sus pasos se sienten tranquilos y perezosos hacia la barra mientras este mira todo el lugar con emoción.
Un pie se desliza a un costado y él siquiera lo ve, lo que provoca que se de de rostro contra el suelo y todas las carcajadas invaden el lugar de nuevo. Rumi pierde su aparente asombro cuando el sombrero se escapa de su cabeza y nota que el cabello de él era verde enrulado y rebelde.
Él siquiera se muestra molesto por lo acontecido y sostiene su sonrisa, ahora riendo levemente mientras se limpia la ropa y toma su sombrero. Se dirige a una hora hacia la barra y se sienta junto a los 3 hombres que estaban clavándole la mirada con ferocidad amenazante y/o hasta desinterés.
"¡Un vaso con agua, por favor!" Pidió él mientras depositaba una moneda de plata en la barra, algo de lo que una de las cantineras se ríe. Rumi suspira y se dirige al chico seriamente.
"Ey, mocoso." Le advierte con algo de pena ajena. "¿Sabes siquiera que estás pidiendo agua a un precio demasiado elevado? No damos cambio..."
"Oh, ¡Entonces deme todos los vasos de agua que cuesten, por favor!"
Ella suspira y asiente mientras toma el dinero. Dándose la vuelta, suele exponer su espalda y trasero ante los cerdos, por lo que procura tener el ojo puesto en el espejo de reojo, notando como el chico miraba los alrededores con tranquilidad mientras acariciaba su sombrero. Nota justo al lado como uno de esos cerdos está a punto de tocar su trasero y manda una patada limpia, sorprendida por ser detenida por la mano de uno de ellos.
"¡Oh, que fuerte! ¡Pero una pena que yo-!"
Un impresionante giro lo toma desprevenido y sale volando cuando la chica de piel morocha le lanza otra patada con el otro pie, mandándolo a volar hacia la otra parte del bar, recomponiéndose en el aire para alcanzarle la botella de agua con un poco de ron sobrante dentro al chico.
"No tenemos botellas limpias, así que confórmate con esto."
Él la mira sonriendo emocionado y asiente. Se sirve tranquilo mientras mira de reojo como ella limpia la barra de los restos de alcohol desparramados por el idiota anterior.
"Oye, ¿Quieres formar parte de mi tripulación? Quiero liberar a todo el mundo."
La pregunta hace que ella alce una ceja y lo mire con escepticismo y hasta burla. El chico sostiene su sonrisa, pero su mirada se torna totalmente seria de lo que había demostrado al principio.
Un deseo muy utópico a su parecer, pero ella solo niega con algo de gracia mientras recuerda los tantos días de niña cuando soñaba eso...
"Esto es un bar, chico. Pide un trago o vete al diablo."
"¡No soy un niño!"
Ante el puchero de él, ella solo ríe y lo desestima. Sigue trabajando cuando de repente la puerta se abre con fuerza y un tipo magullado entra enfurecido. Ella entrecerró los ojos, recordando que lo había pateado hace un rato.
"¡Esa perra loca me golpeó sin motivos! ¡Arréstenla!"
Repentinamente, el silencio aparece cuando entran los menos invitados a este lugar. Todos se abruman al ver a cuatro personas entrar. Una de ellas era un hombre con una sonrisa molesta y un traje de marino con las marcas a un costado que señalaban que era un oficial de bajo mando. Habitualmente, estos rigen su propio escuadrón en tierra y se encargan los problemas en el área.
Sin embargo, la sonrisa en los labios de ese hombre le molesta completamente. Este no era un oficial noble, no. Este era corrupto.
"Oh, ¿En serio? Supongo que entonces tendremos que encargarnos de ella..." Declaró él hombre guardando evidentemente una bolsa de dinero sin ninguna discreción. Esto la molesta, ya que declara más evidencia de lo que piensa.
"Ey..." Ella desvió la mirada de reojo notando como el chico recién entrado sonríe tranquilamente mientras se acomoda su sombrero, llamando su atención. "Si me encargo de ellos, ¿Te unirás a mi tripulación?"
Ella lo mira como si le hubiera salido un hongo en la cara, suspirando al reconocer que su situación estaba jodida ahora.
"Si acepto, házlo lo más rápido posible." Murmuró mientras alzaba los brazos y salía de la barra por un costado, molesta.
"¡Oh, no será demasiado difícil!" Exclamó él repentinamente y entonces ocurrió.
Un rayo verde se deslumbró en el área y todos sintieron una corriente de aire. Uno de los soldados que notó que estaba por pasar recibió un golpe de una botella, partiéndose en pedazos contra su rostro. El otro reaccionó tarde cuando el chico de sombrero raro repentinamente pateó su rifle a un costado, provocando que disparara a una especie de candelabro en el techo. El chico le sacó el rifle y se lo partió contra la cabeza. Luego se agachó, evadiendo un disparo de un revolver, girando sobre sí para dar una patada de talón alta directo al rostro del tipo, haciéndolo girar contra el suelo. Finalmente, el oficial se mostró sorprendido por lo que ocurrió y le apuntó con su arma.
"¡¿Q-Qué demonios?! ¡¿Qué es ese Quirk?! ¡¿Tienes idea de lo que estás haciendo?! ¡Meterte con la Marina tiene consecuencias graves!" Exclamó aterrado el hombre mientras su brazo temblaba horrorizado por la sonrisa del chico.
"¡Yo soy Izuku Yagi! ¡Voy a ser el hombre que libere el mundo!"
Y antes de que el sujeto pueda disparar, recibió un gancho al rostro, tan violento fue el golpe que lo mandó contra el techo, clavándolo contra el techo.
La bolsa de dinero cayó del saco y el jóven la atrapó con una mano antes de que cayera. La inspeccionó y solo tomó una moneda de plata, tirando el resto de la bolsa al suelo a su espalda, donde todos se lanzaron para querer su contenido.
"¡Bien! ¡¿Ya nos vamos, compañera?!"
Y ella simplemente se quedó anonadada mientras miraba al hombre que se autoproclamaba liberador de la gente, sintiendo rápidamente que lo que se asemejaba a él era un hombre que una vez la salvó hace muchos años cuando era niña.
"¡No hay porque temer! ¡¿Por qué?! ¡Porque yo estoy aquí!"
Y así, ella dió todos los pasos al frente para comenzar a correr fuera del bar junto al chico que soltó una carcajada emocionada.
No sé si dejarlo en One-Shot xd
Perdón porque sea corto xd
ESTÁS LEYENDO
All Might
Fanfiction[ AU piratas con quirks. ] La vida de Rumi jamás tuvo algo emocionante y estuvo invadida de odio, ira y rencor. Ser una cantinera de un bar tan problemático donde la veían como un trozo de carne tampoco era un buen bonus. Los piratas y la marina era...