No puede ser, cuando creo que todo va bien y salgo de un problema, entro a otro, maravilloso, ruedo mis ojos y me concentro, tengo ventaja.
- Hola ma, pa, ¿Que hacen aquí?- digo tratando de aligerar un poco el ambiente, era muy palpable en realidad, sentía mis mejillas arder y empecé a sudar
- Veníamos caminando, un paseo romántico- dice papá riendo y abrazando más a mamá, yo me río volteando a ver a mamá y esta se ríe con papá
- Bueno, los dejamos, seguiremos en nuestra velada- menciona mamá y yo me quedo perpleja - Anabeth, nos vemos en casa- mamá me guiña un ojo y siguen caminando
Ya se lo que sigue después de ese guiño y me da miedo, mamá es un poco intimidante y es que después de ese "guiño" la regañada era en casa, lo aprendí después de varias travesuras
La primera vez que paso así y utilizo el "guiño" fue cuando le pegue a una niña un chicle en el cabello, pero en mi defensa la niña tenia varios días molestándome y cuando decidí defenderme le hablaron a mamá para que fuera por mi porque iba a estar suspendida por una semana por mi mal comportamiento, mamá solo me guiño el ojo y yo pensé que había sido porque actúe correctamente, pero todo lo contrario, llegando a casa me regaño, Diosito quiera que no haya visto cuando estuvimos a punto de besarnos
-Creo que no le voy a caer muy bien a mi suegra- dijo Hernan tratando de aligerar un poco el ambiente todas soltamos la carcajada y el sonrió triunfante
-Creo que deberías venir con nosotras por las malteadas Hernán- le dijo Val aun riendo -porque después de esto no volverás a ver a Anabeth durante un mes- las chicas rieron y yo solo rodé los ojos, admitía que era divertido que se burlaran pero me estaban haciendo quedar mal enfrente de Hernan, aunque daba igual, lo iba conociendo
- ¿Porque un mes?- pregunto Hernan aun riéndose
- Porque cuando mamá hace ese guiño es porque me ira mal- dije simplemente, - Será mejor que nos vayamos por las malteadas, quiero que el sufrimiento termine ya- dije un poco resignada y si inicia el castigo es mejor que viva como nunca las últimas horas
- ¿Yo soy el culpable de tu castigo?- realmente estaba preocupado, pero aquí nadie es el culpable, no sabíamos que venia detrás de nosotras y aparte el jueguito que tomamos era parte de los dos, lo más seguro que haya sido eso y ni modo, lo hecho, hecho esta y no me voy arrepentir
- No, no es culpa de nadie- trate de sonar fuerte con lo que dije, pero fue todo lo contrario, no soné nada fuerte si no débil, voz temblorosa y debía admitir que mis piernas también temblaban, pero ¿a quien no le pasaría si tuvieran una mamá como la mía?
- Bueno, debemos ignorar el pequeño inconveniente y disfrutar de las malteadas que nos están esperando- Dijo Michel - Ya, olvidemos esto, ¿Hernan?- Dijo dirigiéndose al chico pelinegro -¿Vienes?- en verdad quería que dijera que si, tenía que contarle lo que planeaba hacer
-Claro- dijo agarrando mi mano y yo me quedé atónita ante su toque, ¿Que me estaba pasando? A mi me gustaba Joey, aunque el jamás me había hecho caso, pero aun así lo quería bastante, comencé a pensar en Joey y quite mi mano tan rápido como pude
-¿Pasa algo?- Dijo Hernan un poco confundido por mi acción
-No, tranquilo, no pasa nada- dije un poco nerviosa y pase mi mano por su brazo, el sonrió ante el gesto y yo ni podía sentirme más estúpida, tenía un chico guapo, lindo, inteligente y tierno frente a mí, y lo único que podía pensar en este momento era en que pensaría el chico que no me hace caso, vaya que soy increíble, los dos caminábamos a paso lento y en silencio, no era un silencio incómodo, bueno al menos para mi no, me servía de reflexión y a quien no le serviría este momento para pensar en todo lo que he pasado, en realidad no sabía si me gustaba Hernan, tal vez era porque era todo un caballero y las dos veces que habíamos conversado había sido muy lindo en verdad, pero era muy poco tiempo para descubrir si me gustaba o no, me agradaba, eso sí, pero hasta el momento solo podía verlo como un amigo, y era obvio que yo no le gustaba.
Llegamos al restaurante por las famosas malteadas, total, después de esta noche esta sería la última que tomaría, lo primero que buscaron mis ojos al entrar al restaurante fue a Joey, pero no lo veía por ninguna parte, nos fuimos a sentar par poder ordenar y yo no podría estar más decepcionada, no lo veía por ningún lado, deje que los pensamientos se esfumaron con la platica que tenían mis amigas con Hernan y me concentre en eso, llegaron con nuestras malteadas y volví a poner atención atención la platica, estaban hablando de porque el chocolate era mejor que todo y había dos Team Chocolate, tenia que defender a la Vainilla,
- ¿Ustedes sabían que la Vainilla mejora el estado de ánimo?- dije triunfante
-¿Por eso siempre pides Vainilla?- Dijo Michel - ¿Para alegrar tu ánimo?- y todos soltaron la carcajada a excepción de mi, tenía la respuesta perfecta para eso
-Por eso siempre se las doy a ustedes, para que andén risueñas y simpáticas todo el día- les guiñe un ojo y sonreí triunfante ante mi respuesta, me fije en sus caras y sus sonrisas habían desaparecido, y mi sonrisa creció más
-¡JA! En sus caras, la Vainilla triunfará por siempre- las chicas se rieron por mi bailecito de la victoria y Hernan solo me veía con una sonrisa en su rostro,
me puse a observar el lugar para ver si lo veía, pero a pesar de que estaba un poco lleno, el no se veía por ningún lado, ¿ Por qué mis pensamientos siempre volvían a él? Que frustración, en lugar de estar disfrutando esta noche con mis amigas, estaba pensando en el y no quería ya no quería pensar en...
- ¿Ann?- y con solo escuchar su voz, fue necesario para que mi corazón empezará a latir a mil, yo no se que tenía este chico que me hacía volverme loca por el, voltee y me lance directo a sus brazos, sentí la sorpresa y el desequilibrio al momento de atraparme, pero se compuso enseguida, me tomó por la cintura y sus brazos me rodearon en un abrazo tan cálido y tan reconfortante, no se como un abrazo te puede hacer sentir tanta protección, todo lo que me preocupaba se desvaneció y me concentre en el, en su perfume y su calidez
-Te extrañé tanto- susurró en mi oído y mis piernas flaquearon por lo ronca que era su voz, alce mi vista para encontrarme con esos ojos negros que no me dejaban dormir por la noche
-Te extrañé más Joey- me volví a acurrucar en su pecho solo por unos segundos más quería disfrutar estar cerca de él
-Mmjmm- carraspeo alguien detrás de nosotros
- ¿Si?- le dice Joey - ¿Sucede algo?- volteo para darme cuenta de quien es y supe de quien se trataba
-Si, resulta que ya me voy y quería despedirme de mi cita- No puede ser, los planes se habían hecho de un momento a otro, ¿Esto era una cita?
- ¿Y quieres pasar o...?- Joey estaba tratando de entender a que se refiere
- No- Se burla Hernan
- Mi cita es la chica a la que acabas de abrazar como si tu mundo dependiera de ella- dijo de una forma tajante, Espera... ¿Eran celos? Ni siquiera estamos saliendo, volteo a ver a las chicas en señal de apoyo, pero ellas están igual que yo, hasta parece que están disfrutando esto, lo cual no me sorprende ya que siempre les ha caído mal Joey
- ¿Tu cita? - dice Joey con la mirada retadora, ambos son de la misma altura por lo que los dos se están mirando fijamente a los ojos
- Si, creo que esa "cita"- y hace las comillas con sus dedos - Se ha terminado- dice aún más retador
-Anabeth puede hablar por si sola, cuando ella diga que se terminó, es porque se acabo- dice volteando a verme y regresa su mirada para decir lo siguiente - No aceptaré órdenes de alguien que se cree su niñero- volteo a ver a Joey y esta ardiendo en coraje, esta apretando los puños a tal grado que se le están poniendo blancos de la fuerza
- Hey, Hey, tranquilos, no pasa nada- digo tomando del brazo a Hernan,
-Como bien dice Hernan, se tomar mis decisiones- Joey voltea a verme, pero no disminuye su enojo, al contrario, parece que ese comentario lo hizo enfurecer aún más
-Haz lo que quieras- dice tajante y se va por la puerta de empleados, Hernan voltea a verme y yo solo ruedo los ojos
- Te juro que no quería hacer que se fuera, yo solo venia a despedirme-
-No pasa nada, así es de dramático-
-¿Puedes acompañarme afuera? Tengo que hablar contigo- dice un poco frío y volvemos al Hernan de aquella noche, solo asiento mi cabeza y caminamos a la salida, la brisa de la noche es lo que más me encanta de este pueblo, la luna está gigantesca y las estrellas a su alrededor
-No se que es lo que paso adentro, pero más vale que termines con el juego de ser "una cita"- bueno, al menos había conocido su lado simpático ¿no?
- Creí que habías estado de acuerdo con eso- digo un poco molesta y confundida
- ¿De acuerdo?- dice con sarcasmo -No me dejaste opinar o pensar en algo, no es mi culpa que no te dejen salir sola- dice burlón y esto me hace enojar, ¿que tiene que ver una cosa con la otra?
- Pues si tanto te molesta, vete- le digo gritando lo último, - Yo jamas dije que eras mi cita, yo dije que eras un QUEDANTE- dije remarcando la última palabra - Por si no sabes lo que significa esa palabra, es una persona que vas conociendo y quieres algo más- digo gritando, Hernan rueda los ojos, da la vuelta y se va
- ¿POR QUE LOS HOMBRES SON TAN COMPLICADOS?- Grito al aire y doy un grito de frustración, me meto al local de nuevo y me siento a seguir tomando mi malteada, espero que si me mejore el animo que en este momento enserio lo ocupo, mis amigas se me quedan viendo, esperando que les cuente todo, pero yo solo quiero terminar mi malteada, ya quiero que acabe el día y aun falta llegar a casa y que mamá me regañe y me castigue, agg, que día, ruedo los ojos y tomo otro sorbo de mi malteada
- ¿Podemos terminar la malteada y después hablar?- les digo dándole otro sorbo a mi malteada, esperando que mejore mi ánimo, pero por más tragos que le dé parece no funcionar
-Justo te íbamos a decir- me comenta Michel -Tu malteada se estaba calentando, es mejor que la tomes- volteo a verla y le susurro un "Gracias" - Y Anabeth- volteo a ver a Val - Relájate-
Ojalá fuera tan fácil el relajarme, decido no prestar atención a nada más y concentrarme en mi malteada
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En Coma
Teen FictionAbro mis ojos, todo es confuso, no es el techo de mi cuarto, ni mi cama, ¿que esta pasando? ¿Donde estoy?, y por más que quiero gritar mi voz no sale, tengo la garganta seca y podría jurar que es un cuarto de hospital, me calmo tratando de averiguar...