Cuando terminé de ver la película decidí apagar la televisión y mirar el móvil. Pensaba que sería mi mejor amiga Briseida, pero no. La que me había escrito era mi madre, me parecía bastante raro, ya que hace una hora más o menos había subido a mi habitación para ver la película después de haber cenado con ella.
No lo pensé más y abrí el mensaje.
Mamá: Oye cariño lleva mañana lleva a Vega a atletismo por favor.
Kiara: Pero no estabais abajo, a pasado algo?
Mamá: Sí, la abuela se a desmayado y a sufrido un golpe grave en la cabeza y hemos venido al hospital corriendo y no se lo digas a Vega ya se lo diremos nosotros no queremos preocuparla, te quiero mucho.
No respondí el mensaje, lo deje en visto, noté como una lágrima baja por mi mejilla, le contesté a mi madre con un simple ok para que al menos viera que la habría leído y apague mi teléfono por completo. Me tumbe y me quedé mirando al techo, no podía dormir, y necesitaba despejarme un poco, me recogí el pelo en un moño bastante amorfo me puse una sudadera, ya que en mi casa siempre andaba en top y pantalones de chándal. Pe puse las zapatillas y agarré un libro, salí de la casa sin hacer ningún ruido procurando que no se despertara mi hermana. Me senté en las escaleras del porche y sinceramente no pude leer, solo llorar, cada segundo que pasaba mi cabeza recordaba algún momento con mi abuela, no quería perder la, ella era una persona muy importante en mi vida. Inmersa en esos pensamientos noté como alguien se sentaba a mi lado y me abrazaba.
ESTÁS LEYENDO
Cuando no queden más estrellas
RomanceSomos como esas estrellas que vemos por la noche, cercanas desde nuestra visión, aunque en realidad la separé a millones de años luz; desde nuestros ojos las vemos juntas, aunque solo sea una ilusión.