2: Oscuridad

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-Hola, lindo día ¿no? - Fue lo primero que se le ocurrió a Zoro decir, estaba muy nervioso y ni siquiera sabía porqué.

-Bueno, escucho a los niños reír, así que eso supongo. - Contestó el rubio tranquilo y sin voltear a verle, lo que extraño mucho a Zoro, además de la complejidad de su respuesta.

-¿Puedo sentarme? - Dijo calmado.

-Por supuesto. - El hermoso rubio sonrió y le hizo un espacio al peliverde.

Zoro estaba extrañado, no lo había ahuyentado, no había mencionado lo raro de su cabello, era un hombre extraño sin lugar a dudas.

-Y...- Zoro no sabía que decir. - ¿Te gusta mucho el parque? - Soltó la pregunta que su cerebro logró formular. - Digo, es que algunos amigos te han visto aquí muchas veces.

-Bueno, es un lugar pacifico, y las risas de los pequeños me llenan de vida nuevamente. - Sonrió con algo de tristeza. - Además puedo fumar con libertad... - Zoro notó el cigarrillo de su mano y asintió.

-Ya veo, soy Zoro por cierto. - Dijo apartando la vista del rubio.

-Un gusto Zoro, me llamó Sanji... Debes tener... ¿20 años?

-21 de hecho, ¿y tu?

-Igual. - Sonrió dulce. - Tu voz es muy grave, hubiera apostado que tenías más años.

-¿Más? ¿Me veo tan viejo? - Sonrió divertido Zoro.

-No lo sé, tu dime. - Otra vez esa sonrisa nostálgica. - Lo único que veo es oscuridad. - Zoro levantó una ceja, ese hombre en serio era extraño, o él muy idiota.

En eso, un precioso Golden Retriver llegó corriendo feliz hasta ellos, traía una pelota de color rojo y su cola se menea a de un lado al otro con velocidad, le entrego la pelota a Sanji.

-Tardaste mucho pulgoso. - Acarició  la cabeza del perro el rubio pero sin mirarlo.

Zoro analizó todo con cuidado, el extraño traje del perro, la raza del perro, las gafas de Sanji, lo que el rubio decía, todo embonaba, el encantador rubio era ciego...

-¿Tu no... Puedes ver? - Preguntó para asegurarse.

-Perdí esa capacidad hace un tiempo. - Un nudo de formó en la garganta del rubio y lanzó la pelota para que el perro volviera a perseguirla, pero este no hizo eso, en su lugar, acomodó su cabeza en el regazo de Sanji y este solo soltó una risa triste.

-Yo... Lo siento mucho. - Zoro no sabía que decir.

-No es tu culpa.- Dijo acariciando la cabeza del perro quien parecía saber que Sanji estaba triste. - Solo fue un accidente...

Un minuto de silencio se forjó y luego el perro desapareció para ir tras la pelota, Zoro no sabía que decir ni que hacer, quería ayudarle al rubio, se sentía mal, no se imaginaba que era no poder ver, cerró sus ojos un momento tratando de imaginar, solo pudo soltar un suspiro, debía ser muy duro para ese extraño rubio, aunque no lo conocía, Zoro tuvo la necesidad de hacer algo por el, por ayudarlo.

-El pasto es verde...

-¿Qué? - Sanji no entendía de que hablaba ese hombre.

-Está húmedo, los niños corren y sus pies se hunden ligeramente por el tamaño del pasto, los juegos que antes eran de distintos y llamativos colores ahora están oxidados, solo queda un ligero rastro del color que fueron antes, el color óxido es como una especie de color cobre que resulta llamativo, los restaurantes tienen la pintura dañada, eran color durazno pero ahora se ven entre grises y blancos por la humedad de la época, deberían pintarlos y darles mantenimiento, los árboles... Son altos, sus hojas tienen gotas que aun no se han evaporado o caído y la corteza está húmeda, su textura es extraña pero por alguna razón, al verla, quieres tocarla, el cielo está despejado, el Sol va cayendo poco a poco, las golondrinas vuelan hacia sus nidos y el cielo se torna de color anaranjado y rosado creando un maravilloso pero común atardecer...

Una lagrima cayó de los ojos ciegos de Sanji.

-Gracias. - Dijo con un hilo de voz. Muchas emociones se habían creado dentro del rubio, tenía tanto que no veía como acababa de ver, la imagen mental que Zoro había creado para el era hermosa.

-No hay de que. - Dijo Zoro, el hubiera querido hacer más, pero lo único que se le ocurrió fue narrarle el paisaje para que recordara como era todo.

Sanji sonrió y secó su lagrima, luego movió su mano como para ver su reloj y sonrió por su estupidez, no podía ver, ¿Cómo es que planeaba ver la hora?

-Zoro, por favor, ¿Podrías decirme la hora?

-Eh si, son siete y cuarto. - Dijo viendo atento al rubio.

-Ya veo, deberías irte, seguro alguien te espera, y gracias otra vez Zoro. - Sonrió tan dulcemente que Zoro se sonrojo y sintió su corazón latir más rápidamente.

-N-no te preocupes, puedo quedarme un rato más si quieres conversar o algo. - Zoro quería quedarse y Sanji también quería que se quedara, nunca hablaba tan tranquilamente con otro ser humano. - Además, no tengo nada mejor que hacer.

-¿Seguro?

-Si, nadie me espera como dijiste, puedo quedarme aquí más tiempo. - Zoro había olvidado que no quería hablar con él rubio, había olvidado que sólo estaba ahí por una apuesta.

-¿Cómo así? ¿Un joven tan amable como tu no tiene novia? - Preguntó Sanji divertido y frunciendo el ceño.

-No, jaja, normalmente no soy así de.. Agradable, y mis amigos dicen que doy miedo... De hecho soy bastante feo. - Zoro hizo un adorable puchero que hubiera hecho reír a Sanji si tan solo lo hubiera visto.

-Bueno, pues yo he aprendido que la verdadera belleza se encuentra en el interior. - Sonrió el rubio una vez más, ese hombre realmente había alegrado su tarde.

-No lo dudo, pero pronto lo sabrás, soy una basura de ser humano.

-Eso ya lo descubriremos, Zoro.

Y después de un par de horas más, Sanji se levantó y su perro llegó con él dispuesto a guiarlo a su hogar.

-Fue un placer Zoro, y gracias otra vez. - Se fue caminando lentamente con el animal guiándolo.

Zoro se quedó viendo hacia la dirección por donde se había ido el rubio y luego se levantó sonriendo, definitivamente estaría ahí al día siguiente, hablaría con Sanji de nuevo, era algo que no debía pero quería hacer, narraría mil atardeceres por ver nuevamente a ese rubio _que conmovió su corazón_ sonreír.

Y Sanji, Sanji volvería al otro día como parte de su rutina, esperaría volver a toparse con ese agradable hombre, pero incluso si no fuera así, estaría agradecido por ese hermoso regalo que Zoro le había dado, por ese momento en el que la oscuridad desapareció.

Hola gente, no se porque pero mientras escribía me imaginaba las voces de Noe Velázquez y Dafnis Fernández, ellos son los actores de voz del doblaje de netflix de one piece xD fue raro porque tiene mucho que no veo one piece en netflix xd pero ya, bueno eso es todo, nos vemos! ^^

I don't see you... but I love you!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora