Fiesta 2/2

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-Nos estamos amando Dalick

Una carcajada salió de él sorprendiéndome demasiado, que le causaba gracia?

-No sabes cuanto espere este momento y ahora mismo quiero es pausar todo, por qué frenar algo que siempre has esperado?

Okey creo que el pelinegro es algo raro, pero no me importa en este momento, solo miro sus labios cada vez más cerca de los míos y entonces pasa, acorta la distancia entre nosotros. 

Siendo como si estuviera teniendo un colapso interno, en verdad esto esta pasando, Dalick me está besando. No se si hay un cielo pero estoy segura que ni el propio paraíso iguala esto. Todo va suave sin prisa, hasta que el pelinegro inclina la cabeza para profundizar el beso, su lengua se abre paso para juguetear con la mía.

Esto paso de ser un beso simple y romántico a ser uno lleno de deseo de poseer.

Basta un par de segundos para que me estampe contra un estante y me haga rodearlo con mis piernas y en ningún momento le dejo de besar, realmente no quiero aquello, no quiero que se aleje de mi. Sus manos suben y bajan por mis muslos y realmente me gusta como se siente cada esto.

Había salido un par de veces con chicos (excluyendo a Cristian)  pero con ellos nunca llegaba a sentir ningún tipo de atracción ni siquiera para besarlos, pero con el pelinegro todo mi cuerpo anhelaba sus caricias y mis labios los suyos. 

Era una idiotez no lo conocía de nada pero mi corazón parecía querer entregarse a él por completo.

Nada es perfecto, nada y este momento no es la excepción. Dalick y yo nos separamos rápidamente al oír a alguien bajar las escaleras de la biblioteca.

-¿Qué carajos?

Le escucho decir al observar a la persona que nos arruino el momento más perfecto que puede existir. Bueno y si el se quedó paralizado yo más, es una chica que fácilmente podría ser modelo. Rubia natural, ojos azules, cara definida, nariz perfecta, cejas perfectas, medidas 90-60-90, y vestía un traje enterizo pegado a su perfecto cuerpo.

-Tiempo sin verte amor- Su voz es dulce extremadamente forzada y se nota que quiere que yo me de cuenta que tiene algo con el pelinegro, y que en este momento estoy sobrando en esta situación

-Dalick...- Intento buscar respuestas pero este está super tensionado al lado mío, pareciera como si hubiera visto a un fantasma- Olvídalo- Digo con mi corazón en mis manos pero con la dignidad en pie- Linda noche para ambos

Dicho esto paso por el lado del pelinegro empujándolo con mi hombro haciéndolo reaccionar

-Kathe, espera- Me toma del brazo tratando de detenerme

-Kathleen ese es mi nombre, y me tengo que ir, buena noches-  Me libero de su agarre y salgo a toda velocidad de allí no sin antes escuchar algo que me deja en shock

-Tanto odias verme feliz? Acepta por una jodida vez que tu no eres ella.

Pronuncia en un tono que hasta a mi me daría miedo si se dirigiera a mi. Necesito irme esto es demasiado, mucho para asimilar en una sola noche, pero aunque mi cerebro diga que salga de esa maldita casa mi cuerpo lo único que hace es ir a un lugar del que no habrá salida.

Entro al cuarto del pelinegro y cierro la puerta detrás mío, me meto a la cama y me hago bolita en ella, mi pecho se aprieta un poco y me siento tan extraña, nunca había sentido esto. La puerta no tarda en abrirse, y se que el pelinegro ya entró por ella.

-Kathe

-Lárgate- pido sin girarme y enfrentarlo

Le estoy sacando de su propio cuarto, algo no andaba bien conmigo.

Siempre junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora