Capítulo V

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Todos veían con curiosidad y cautela la batalla que estaba llevando a cabo. Hasta el rey y la reina veían desde un balcón en las alturas del castillo.
Todos, excepto los dos hijos de puta que estaban apostando quien moriría primero.

- Mm. Sí. Tienes razón, el príncipe es muy bueno con la espada.- le dio la razón Makki a Mattsun.- Pero YO creo que el señor "soy un cobarde porque no me atrevo a revelar mí cara" va ganar la batalla... Otra vez.
Mattsun negó con la cabeza, sonrisa en cara.
- Nonononono. Ya han pasado casi 8 años seguidos. No puede tener un récord TAAAN perfecto.
'Oh, chico. Si tan solo supieras...' pensó Makki para sus adentros. Un suspiro salió de su boca.
- Oye, si tienes algo que decir, solo dilo.- le replicó Mattsun.
Makki volteo a ver a la pelea por primera vez desde que había empezado. La examinó con cuidado. Entrecerró los ojos, y reflexionó...
Tal parecía que Iwaizumi estaba llevando la ventaja para ese entonces. Le dijo a Mattsun con decisión.
- Esto es lo que va a pasar: en unos instantes, su "Alteza Real", el príncipe, se va a acercar al enmascarado, lo va a acorralar, se quedarán en un momento de tensión en donde máscara-kun estará a punto de perder, e Iwaizumi se confíe de haber ganado. Después, inoportunamente,  el enmascarado se safara con una técnica escurridiza, de esas que se sacan en los cuentos para hacer quedar bien al héroe, tumbará al principe, la espada saldrá volando, el tipo de negro la tomará y ¡BUM! El viejo cobarde cascarrabias gana el combate. Y todos ya sabemos el resto: Iwa lo maldice, el vato se vá, silencio incómodo, premiación, bla bla blá, etcétera, etcétera. Todos felices y contentos.
Mattsun no podía creer lo mucho que Makki podía hablar en un solo respiro. No incluso eso, las tantas formas distintas en como llamó al desconocido y al príncipe sin pensarsela dos veces. Mattsun, con la boca abierta y mirada atónita, no se dio cuenta de que justamente en ese momento, Hajime ya había acorralado al enmascarado, este se liberó y tumbó a Hajime, ganando así el combate. Mattsun volteo justamente para ver al príncipe en el suelo, desarmado, y al extraño de pie, con dos espadas y apuntándole. Makki solo sonrió como el diablo que era, y volteo a ver a Mattsun, todavía atónito, para decirle esto:
- Me debes veinte monedas de oro, un diamante de esos que les dan en el castillo, y comida gratis durante una semana. ¡TÓMALA!
A todo eso, Bokuto los veía con cara de confusión total. (Pobrecito, cuidenlo ta chiquito)  Habían llegado a ese acuerdo durante la pelea, antes que Makki predijera cómo terminaría. A Mattsun se le pudo ver el alma saliendo de su cuerpo, tomando en cuenta todo lo que Makki exijía. Pero, a pesar de eso, sonreía ante las carcajadas malévolas de Makki. No podía evitarlo. Solo lo veía una vez al año, durante una semana, y volvía a desaparecer. Tenía que aprovecharlo al máximo. Tal vez algún día le pediría que se quedará. Algún día...

Hajime se veía frustrado, cansado y... ¿emocionado? Bueno, era eso, o solo estaba feliz de haber perdido. Pero lo seguro era que estaba sonriendo.
- Buena batalla..- dijo al fin, con un jadeo de cansancio. El otro hombre también estaba cansado, aunque no se notaba tanto, por la capucha y máscara. Pero seguro por dentro estaba que se cocinaba. El encapuchado envainó su espada y con su mano libre lo ayudo a levantarse. Todos aplaudían ante tan buena batalla. Lo que nadie había notado, nisiquiera Iwaizumi hasta ese momento, era que en algún punto de la batalla la máscara del encapuchado se había roto y caído de su rostro. El príncipe al fin estaba a su nivel para poder apreciarla bien, y lo que vio lo dejo sin habla.
El hombre era perfecto. Facciones perfectas, ojos perfectos, labios perfectos, piel perfecta, cabello perfecto... Era hermoso. Casi glorioso. Tan pálido como la nieve. Cabello castaño como la canela. Y ojos de un chocolate meltoso. Sonreía. Una sonrisa tan maravillosa que Iwaizumi por poco se cae de nuevo. De alguna forma, a Iwaizumi le resultaban familiares esos ojos chocolate.
- Disculpa...,¿Te conozco de algún lado?- logro decir después de salir de shock.
- ¿Q-que...? - su sonrisa fue reemplazada por terror y se tocó la cara preocupado. Iwaizumi no podía creerlo, hasta su voz era dulce. Se dio cuenta que no tenía la máscara y se bajó la capucha hasta el punto que nadie lo viera. Le dio la espalda al príncipe para que él no lo viera. Seguía sosteniendo la espada del príncipe.

'Oh no'
Makki veía todo esto desde fuera del rango, junto con Mattsun y Bokuto, quienes intentaban ver quién era el extraño. Pero él ya sabía quién era el "extraño".
'¡Corre!' su instinto gritaba.

- Oye, Makki, ¿tienes idea de quie- se interrumpió Mattsun, al ver que su compañero ya había desaparecido ente la multitud. Mattsun se entristeció. Algo en él decía que esa iba a ser la última vez que vería a Makki. Mientras tanto ,volvió a ver el drama.
El encapuchado seguía escondiéndose debajo de su capucha, pero ahora de rastrillado, buscando su máscara, la cual estaba a un metro de él, pero no lograba agarrar por el pánico. Iwaizumi le estaba intentando hablar pero el otro no le hacía caso para nada. En un momento Iwaizumi se acercó mucho al hermoso muchacho y le tocó el hombro. El chico, presa del pánico, reaccionó instintivamente, balanceando la espada de carbón hacia el príncipe, atravesando le el rostro. Iwaizumi salió disparado hacia atrás, con sangre por todas partes. Mattsun salió corriendo a por él, y Kyoutani se interpuso entre ellos dos y el encapuchado, espada en mano, listo para defender a su príncipe.

El chico se veía fatal. Y no hablo del príncipe, hablo del extraño. Estaba más asustado que cualquier otra criatura que había pisado la tierra jamás. Se veía el terror reflejado en sus ojos. Su cara ya no era tan hermosa como la había visto antes Hajime. Mattsun ayudo a Hajime a sentarse, presionando en el ojo derecho de este. Le sangraba toda la cara.
El extraño se vió inmóvil. No podía creer que había herido al príncipe. Todos los presentes estaban en shock. Nadie reaccionaba. El extraño vio con terror su mano izquierda, y tiro la espada asqueado.
- ¡¿P-pero qué están es-esperando?!- gritó alguien en la multitud, con miedo en su voz.- ¡¡At-atrapenlo!!- logró por fin decir. Los soldados más cercanos empezaron a moverse entre la gente, pero el castaño ya había comenzado la carrera, tomando en el camino una mitad de su máscara. Paso por encima de la gente con una acrobacia, y se dirigió al bosque, con soldados a su espalda.
El rey llegó corriendo, muy afligido, al lado de su hijo. Se veía que estaba enojado.
- A todos en el Reino que puedan escuchar este anuncio, les pido, no solo como su rey, sino como un padre, que atrapen a ese ladrón cueste lo que cueste. La recompensa será de 10,000 monedas de oro. Lo quiero vivo o muerto.
Si ese tal ladrón logro hacer enojar al rey "Feliz", es porque se metió con su familia. Y si te metes con la familia real... bueno, digamos que es mejor que te atrapen muerto que vivo.

Era Medieval [ A Haikyuu Fan Fiction ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora