ELE (Versión Extendida)

23. SACRIFICIO

FRIDA

Oh, por Dios, qué pena. Lo hice sentir mal. Yo no quiero eso, pero me preocupa que no coma bien.

Me preocupa...

—Si quieres algo de lo que hay ahí, puedes tomar lo que sea —me dijo.

—No —declino su oferta al principio, pero veo cosas ahí dentro que me llaman la atención.

Un momento... ¿Eso es jamón serrano?

—Bueno, tal vez.

—Sírvete lo que quieras.

—Con razón no quieres lo que traje. Debes creer que es demasiado poco para tus gustos tan exquisitos.

—No, ni siquiera he visto lo que trajiste. Pero...

—Puras cosas caras, Ele —dijo con un tono de reproche.

—Lo trajo Nicolás —confiesa finalmente, en voz muy baja, casi inaudible—. Yo ni en sueños compraría todo eso. Me da mucha pena, Frida. Eres la segunda persona que cree que necesito caridad. Y sí, pero me avergüenza mucho.

—Ah... ¿Aceptas lo de él pero no lo que yo traje?

—Yo no quiero nada que venga de tu marido —dijo muy serio, mirándome a los ojos.

No había pensado en eso y lo entiendo.

—Está bien, me llevaré todo. Debí imaginar que ese era el problema.

—Tal vez todo eso te haga falta a ti después. Quédate, yo lo llevo a tu carro.

—No, ya me voy.

—No, no te vayas. Quiero decirte algo. Por favor, quédate.

—Está bien —acepto y me siento de nuevo mientras él llevaba las bolsas a guardar. Minutos más tarde, regresa y cierra la puerta despacio.

Jala una silla y se sienta frente a mí como hace siempre, tomándome de las manos, inclinándose un poco al frente para acercarse a mí.

—Te agradezco mucho que pienses en mí y te tomes la molestia de traerme esas cosas. Eso quiere decir que te importo un poco y eso me hace feliz.

—Ele... ¿Tú y Nicolás...?

—Nicolás es mi amigo. Mi único y gran amigo. Nada además de eso.

—Perdón, necesitaba estar segura —me recargué en el sillón soltando sus manos.

—¿No lo estabas?

—Sí, sí, pero a veces hablas tanto de él...

—¿Sí? No me había dado cuenta. Él es un tipo fascinante, créeme. Ojalá lo conozcas algún día. 

Ahí está otra vez. Ni siquiera se da cuenta como se le enciende la mirada, cómo sonríe cuando lo menciona. Y yo, es absurdo lo sé, me siento celosa.

¿Hablará así de mí con él? Lo dudo.

Me levanto buscando el porta bebé de Juanito, cuando lo tengo justo a mi lado, pero todo esto me deja muy confundida.

—¿Ya te vas?

—Sí, tengo cosas que hacer en la casa.

—Entiendo —alza la manta que cubre al niño, pero ya estaba dormido— Gracias por venir. Y por todo.

—De nada.

ELEODORO

Frida salió de mi departamento casi sin decir nada. Sé que está molesta porque no acepté su regalo. Pero, ¿cómo podría? Me basta con la intención. Con el hecho de que aunque sea por caridad, haya pensado en mí. Y para variar, es bonito.

Me gustaría poder hablar de ella con Nicolás, pero no él no lo permite. Lo he intentado un par de veces, pero me cambia el tema de inmediato. Y ahora resulta que ella parece estar celosa de él. Es preocupante, pero no por eso deja de ser divertido. Sobre todo, porque últimamente he estado imaginando muchas cosas.

DAVINA

Juan se enojó. Al parecer no le gustó mi plan maestro. Pero me vale. Con los conectes que tengo, el libro estará muy pronto en las librerías.

No puedo creer que Eleodoro sea tan listo para unas cosas y tan imbécil para otras. Mira qué no registrarlo antes. Pero qué no haga drama, igual y le estoy haciendo el favor. Con mi nombre en su libro y el escandalazo que seguramente se va a hacer, ambos vamos a salir beneficiados. Él va a salir del anonimato y van a dejar de decir que solo soy otra rubia idiota y nada más.

En cuanto a Juan, ya lo contentaré después. Es que aunque le duela, Eleodoro es mejor escritor que él. No me gusta lo que escribe Juan. Eleodoro, bendito estúpido llorón, tiene mucho talento. Aunque le diga que no soporto sus cursilerías solo para torturarlo, es innegable.

Creo que hay gente a la que estamos destinados a querer en secreto para no arruinarles la vida.

Tendría que estar más loca que él para no darme cuenta de eso, pero nuestro destino es estar separados. Y es mejor así.

No me olvides, Ele. Aunque sea para odiarme para siempre, pero no me olvides.

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Apuesto a que se quedaron así 🙁🤨😳