Des-hecho en la madrugada

Negación

El techo es blanco, pero no perfecto, tiene manchas y bultos, igual que la gente, igual que yo, aunque en Instagram se ven perfectos con sus historias con filtros y música de moda, hablando sobre que les pasó en su día a un grupo de personas que en su mayoría le ven como un pedazo de carne del cual esperan pacientemente su correspondiente pedazo, yo igual subo historias, no sé con qué cara me quejo, al menos intento ser real, muestro cuando estoy triste y cuando estoy feliz, le saco fotos a él lugar feo donde vivo, porque esa es mi realidad, fotografio, también, el piso cuando salgo a caminar, porque ni auto ni bicicleta tengo, pero eso es una vez cada dos semanas cuando salgo a comprar la comida suficiente para sobrevivir y que aunque tengo problemas económicos, me la deboro cada vez que me preocupa algo.
Vivo solx, bueno, no solx, pero sin mi familia, les dije que tengo clases presenciales aunque no son obligatorias porque simplemente quería saber lo que era irme de la casa o quizás solo quería conocer a mis amigos de la universidad, de todos modos, como siempre no encajé bien, los quiero y me quieren pero, nunca logro congeniar bien con nadie, a pesar de que le agrado a todo el mundo, siempre estoy solo en el fondo, llevo 1 mes despertando a ver mi celular a ver si alguien algún día me dice buen día, envidiado a quienes tienen alguien así y llorando por quien tenía antes. Pero sobre mi ex me di cuenta que quizás ni siquiera la extraño a ella, quizás es que extraño tener a alguien para contarle lo que pienso o lo que siento.
O quizás solo son pensamientos vagos de unx veinteañerx con trastorno de ansiedad y problemas para dormir, en todo caso, nunca llego a nada cuando pienso, todo siempre queda en duda, quizás si la extraño, quizás si soy cercano a mis amigos, no sé, siempre es un no sé.
O al menos así lo era.

-Oye, metete a clases. -Ya voy, gracias.

Era ester, lo más cercano que tengo a una mejor amiga, esas son nuestras conversaciones, cada mañana me reta por no entrar a las clases online, esas 7 palabras, son los buenos días que recibo, a veces creo que me lo merezco, jugué a ser malx por años cuando estaba en el colegio, quería venganza por como me habían tratado en mi infancia, quería venganza por como me trataba mi padre, por los golpes, quería ver el mundo arder, quería que sufrieran por mí, quería verlos llorar, como yo lloré, y lo hice, varias veces, y aunque me arrepienta, me gané mi karma por eso, merezco estar así, pagando, pero cuando termine de pagar, todo volverá a ser normal, ¿verdad?
Solo me pidió un tiempo para pensar en sus cosas, va a volver, esta soledad solo es temporal, nosotros nos amamos, solo pensaba sin sentidos anoche, todo va a pasar.

-¿Quieres un café? - Eso no se pregunta, obvio.
-Tienes cara de que te pasó el tren por encima.
-Desde mi pieza se escucha mucho, así que básicamente sí.
-Que exageradx.
Nos quedamos sin tema, un silencio incómodo, ahora va a salir con alguna pregunta aburrida o se va a ir a hacer algo.
-¿Como van las clases?
Así que hoy es la pregunta aburrida, pensé.
-Van bien, como siempre, seré un fracaso en todo, pero en el fondo soy un idiota muy inteligente.
-No entiendo como un idiota puede ser inteligente pero, okay, como tu digas.
-JAJAJAJAJA, ya ni te esfuerzas en discutir conmigo.
-Sería como viajar más rápido que la luz, no se puede.
-Sabias que hay ondas que viajan más rápido que la luz ¿Verdad?
-Como dije, imposible ganarte.
-¿Ahora quien es el exagerado?
-Anda a clases, Joy. - Dijo riéndose.
-Tu igual, Teo. Le contesté fingiendo reírme también.

Odio esta clase, me agrada la materia, y también la profesora, es solo que, habla mucho sobre su vida. En la media estaba bien, perder clases, escuchar al profe y que no pase materia, pero ahora es la universidad, estoy aquí porque quiero aprender, no para saber de su vida señora. Mejor me voy a bañar.
En la ducha pienso demasiado, es un momento de calma, solo soy yo, una persona que odio y mi cuerpo, que también odio. Aun así, sentir el agua pasar por mi cuerpo, me relaja, el simple hecho de cerrar los ojos y sentir como cae cual llovía en invierno el agua, como si estuviera en la ciudad donde vivía, allí llueve mucho, o en el bosque, o bajo una cascada o quizás el agua me recuerda a la sensación de esas pequeñas manos acariciando cada centímetro de mi cuerpo, no sé, nunca sé.

Salí de la ducha y me sequé el pelo, me vestí y alisté para salir del baño, era raro, había escuchado a los chicos de la casa riéndose más de lo común, ¿Por qué sería? Hay días que ni hablan y hay días que no se aparecen hasta la noche. En fin, rollos míos, como siempre, abrí la puerta y saludé, menos mal me vestí dentro del baño, ahora que recuerdo, me habían dicho que iba a venir alguien.

-Hola -Dijo con la sonrisa más linda que había visto en esa casa.
-Tu debes ser Joy, un gusto. -Se acercó a saludarme de beso en la cara.
La saludé, que extraña tradición de mi país, personas que no se conocen de ninguna parte, que no sabían de la existencia del otro hace segundos antes, deben saludarse de beso en la cara como si no fuera un acto de cercanía y confianza en todo el resto del mundo o quizás sólo lo pensaba porque me puso nerviosx, y ¿Por qué me pondría nerviosx? Ya había visto chicas lindas antes en mi vida, no es como si fuera nada nuevo. Me recompuse y le pedí permiso para pasar a mi pieza. Me lo dió y ahí me quedé hasta que ella misma vino una hora después a tocar mi puerta.

-¿Quién es? Pregunté.
-Soy yo. -Dijo, con la voz más tierna que había escuchado.
-Pasa.
-¿Quieres venir a compartir? -Me preguntó después de abrir la puerta.
Yo sabía hacía donde iba esto, no naci tan feo y todos dicen que soy bastante inteligente, siempre le interesó a la gente y siempre pierden el interés, además estaba ocupado haciendo algo de la universidad, no iba a caer otra vez como siempre frente a una cara bonita y también, una voz bonita, yo soy más fuerte que esto, tengo prioridades y soy una persona madura.

-Sí, voy. - Le dije, y salí de la habitación con ella. Decepcionado de mismo, traicionando mis desiciones y y odiando no saber por qué lo hice.