Todo lo bueno que me pasa lo justifico como una obra divina
Pero de qué divinidad viene
Si no es la de mis propios pies,
Mis pies divinos.
Veo todo tan claro cuando tengo un lápiz en la mano
Pero la imagen se me nubla al intentar escribir,
Lo malo como obra
me parecería alocado.
¿Cuánto dolor aguantan mis talones?
Dolor que si llegara a la planta de los pies
Se convertiría en victoria.
De la forma en que construyo a pisadas
La esperanza me destruye de a poco,
Porque quién sería sino mis pies
Los responsables de esta divinidad.
Fernanda, ten piedad.