uno

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sonó la pequeña campana que cada vez que abrían la puerta de la tienda, avisaba que había entrado alguna persona.

¡hey, hyunjin!, ¿tu madre te volvió a mandar comprar velas? -soltó una risita el de mechones marrones.

hyunjin soltó una risa leve.- así es minho, ya sabes, le gusta que la casa huela a cerezas.- sonrió mientras miraba a el que estaba en el mostrador.

bien, entonces cereza.. cereza, cereza, cereza...- murmuró mientras buscaba en la repisa la vela.- aquí tienes, son nueve con cincuenta wones.- sonrió a el pelinegro que tenía al frente.

hyunjin sacó su billetera rebuscando tal presupuesto, para luego dejarlo en el mostrador.

muchas gracias nuevamente.- soltó una risita el pelinegro mientras agarraba la pequeña bolsa plástica.

no hay de que hyunjin, dile a tu madre que la semana que viene tendremos nuevos aromas.- sonrió.- hasta luego y gracias por comprar.

ambos se despidieron con sus manos en el aire mientras se sonreían.

a decir verdad, a minho, hyunjin se le hacía un chico bastante atractivo, con linda sonrisa y unos bonitos ojos que cada que sonreía se les hacían diminutos, le causaba ternura.

hyunjin al menos venía cuatro veces a la semana a la tienda de minho, sí, bastante frecuente, pero a minho no le importaba y hyunjin le restaba menos importancia, con tal de ver a el de mechones marrones era feliz.

tienda de velas ; hyunho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora