En el siglo 19 las bandas de delincuentes dominaban estados unidos, las más conocidas al igual que temidas eran la banda de Dach Van Der Linde, los espeto, la banda de Berto Escobar, la de Antonio Gómez y la de los pieles roja...
Entre ellas avía una especialmente excitante conocida como LOS ESPETO sobre la que yo os voy a hablar en el día de hoy
1845 D.C CIUDAD DE ARMADILLO La calle principal está repleta de personas entre las cuales destacan dos: una está dando un discurso sobre una plataforma ciertamente elevada (debe ser el alcalde) a su lado está el que aparenta ser el Marshall de la zona, la otra está al otro lado de la calle lleva una vestimenta simple (un sombrero vaquero, una camisa blanca con una mancha negra aparentemente de hace 4 días, unos pantalones de granjero y unas botas cubiertas de barro) se le asoma un revólver de su bolsillo y está fumando en pipa (nada fuera de lo normal para la época) entonces os preguntaréis que tiene de especial este especimen, la cuestión es que en su mano derecha sostiene un reloj de bolsillo mientras que en la otra agarra un cartel en el cual pone ¡Gran inauguración del banco! Además parece estar ignorando el discurso puesto que no deja de mirar a otros dos hombres que le devuelven la mirada cada uno posicionado a cada lado de la multitud. En aquel momento el hombre misterioso mira su reloj parecen ser las 10:59 al darse cuenta los tres hombres se meten entre la multitud. ¡DE REPENTE EL RELOJ DEL PUEBLO COMIENZA A SONAR! Provocando un disparo en la pierna del Marshall acompañado por dos hombres armados subiendo a la plataforma apresando al alcalde como rehén, todas las autoridades del pueblo les están apuntando (sabiendo que cualquier acto que cometan podría terminar en una masacre) al cesar los gritos hay unos segundos de tranquilidad hasta que hay una explosión en el banco y el tercer miembro del grupo sale por la puerta con grandes cantidades de dinero, en aquel momento entran a la calle tres jinetes sobre sus caballos a los cuales se suben los atracadores soltando al alcalde pero antes de ello el hombre misterioso señala a lo alto de una montaña en la que se ve la silueta de un francotirador apuntando al alcalde lo cual los policías comprenden dejando cabalgar a los atracadores fuera de la ciudad
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