Un paso atrás

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-No es que no lo intentes, sino que es demasiado complejo, lo de ponerse en el lugar del otro, quiero decir. No quiero tener que rehacer el camino, borrar mis huellas para empezar desde el principio, porque esta vez yo no me he equivocado-. Tal vez había sido demasiado cruel con Santiago, pero por lo menos fui sincera. Desde un principio supe que nada de esto tenía ningún sentido, pero aun así, y sabiendo cómo soy de ilusa, decidí embarcarme en esta pequeña aventura que ahora me lo está quitando todo, miles de cosas que jamás debí de haberle dado. -No te entiendo.- Me interrumpió cínicamente. -¿Entenderme?.. ¿Sabes? Me resulta bastante difícil creer cómo has terminado con todo tan rápido, ha sido limpio, parece que ni siquiera te ha dolido- Exclamé. -Sabes que no he decidido abandonarte Paula, tú me has obligado-. -¿Disculpa?, perdón pero juro nunca más volveré a compadecerme porque tú ya no estés, siendo que, realmente, nunca has estado conmigo-. Dije finalmente. Salí por la puerta principal de aquel café donde había sido nuestro punto de encuentro, que, minutos después sería cátedra de nuestra separación. No voy a negar que bastantes lágrimas recorrieron mi rostro. Me dolía, cierto. Las cosas estaban mal aquí dentro, muchos sueños e ilusiones habían muerto, ya han sido demasiados desencuentros.

Me fui caminando hacia mi casa, la calle parecía no tener fin. Llegando ni siquiera quise ver la obra que Santiago me había regalado el 15 de Agosto, nuestro aniversario. Era un pequeño cuadro con figuras pintadas al óleo, en tonos pastel. Intenté dormir, aunque sabía que mis esfuerzos no valdrían la pena. Diría que me daba igual lo sucedido, pero sinceramente no era así. Era casi la 1 am y por fin logré quedar dormida, pues mis ojos ya estaban cansados de sollozar. Sola. Ahogada de tristeza. Con un vacío total. ¿Hay más aun? Me cuestionaba.. Devon había llamado justo a las 3:57 am, después de 2 llamadas sin respuesta, contesté el teléfono. Me encontraba semidormida. -¿Santiago?¿Cómo?¿Dónde?¿Accidente?¿Está...?- La llamada se había cortado, estaba en plena tormenta eléctrica y la señal no era buena. Ni yo misma tenía en cuenta si era posible tanta confusión, perplejidad, con tan poca claridad y agonía de sobra. Pero, después de todo, algo malo tenía que sucederme algún día ¿no? Y vaya que si de personas desafortunadas hablamos, habría de tocarme a mí. Cierto. Eran muchísimos sentimientos encontrados y no era para menos pues su accidente del que yo no estaba enterada hacía algunos minutos, me dolía en lo más profundo del alma. Intenté de localizar de nuevo a Devon, pero me era imposible, la señal era escasa y ningún medio de comunicación informaba sobre el reciente hecho. Decidí cambiarme lo más rápido que pude, tomé las llaves del auto, el celular y las llaves de casa. Cerré con seguro la puerta y me metí al vehículo, lo encendí y arranqué con gran velocidad. Durante el camino, repasé la noche anterior, yo no me encontraba tranquila, pues ese mismo día, habíamos peleado por insignificantes confusiones de las que ni el, ni yo, estábamos conscientes. Eran casi las 4:30 am y decidí recorrer todos los hospitales existentes en Berlín. Pasé por Burdock, Dawson, Claystealth y demás hospitales sin tener éxito alguno. Llegadas casi las 6 am sentía que algo me hacía falta. Camino a casa, había olvidad pasar por el Army Hospital. Fue ahí donde entré por el área de emergencias, y vi a Dev, con un yeso en su brazo izquierdo y algunos moretones en su cara. Me acerqué a él y rezaba porque no le hubiese sucedido nada más grave a Santiago. -¿Cómo está?¿Qué tiene?¿Qué pasó?¿Cómo?- Eran demasiadas mis dudas, pero no podía estar calmada sabiendo que él había tenido un accidente. -Aún no he hablado con los paramédicos, no me lo han permitido. No quieren decirme nada. Sucedió así.. íbamos saliendo de casa de Nico, y Santiago y yo empezamos a discutir en el auto, el iba algo 'pasado de copas' y se descontroló el volante, ambos estábamos inconscientes- Exclamó. Quería gritar, quitar a todos los médicos y verlo, me dolía mas que nunca. -¿Porqué dejaste que el se pusiera así Devon?- Dije con tono de sufrimiento. -Perdóname Paula, sabes que no fue mi intención, nunca lo sería, es mi mejor amigo y si le pasa algo.. no me lo perdonaré jamás- Sonaba con mucha preocupación. Después de unos segundos, comprendí que el también estaba sufriendo igual, y que yo no era nadie para culparlo.

El reloj analógico marcaba las 7:35 am y Santiago aun no despertaba. Habían pasado ya más de 24 horas que yo llevaba sin dormir, y ¿Qué más daba? El no estaba conmigo y, probablemente aunque reaccionara no seguiría conmigo. Las paredes blancas, el pasillo solitario, y el tic toc del reloj me enfermaban. Pero no estaba dispuesta a irme del hospital sin saber noticia alguna de Santiago. Miles de cosas rodeaban mi mente. No me imaginaba una vida sin él. Tenía unas ojeras enormes, pero no me daba importancia pues era lo de menos. 9:00 am. He decidido no quedarme sentada más, fui hacia la oficina del doctor que lo atendía. Sonaba lógico, pero no me dejaron pasar. Volví a mi asiento color azul turquesa como los otros de las filas que estaban ahí. Devon se notaba muy cansado, le dije que se fuera a descansar unas horas a su casa. No accedió. Después de eso, era un silencio incómodo. Pronto llegaron 2 paramédicos y 1 enfermera que nos pidieron información personal sobre nuestra relación con Santiago y nos pasaron a una oficina. -Buenos días, soy el Doctor Hewitt, tengo ciertas noticias sobre el muchacho.. bueno, comenzaré por lo más importante: Ya reaccionó-. Mi cuerpo sintió una tranquilidad tremenda. Devon y yo nos miramos. -Le hemos hecho ciertas incisiones en el área del pecho, pues nos dimos cuenta de que en las radiografías mostraban objetos que no eran identificados, así que decidimos hacer una operación un poco más profunda cerca del corazón.. tenía vidrios del espejo retrovisor del auto encajados-. Un escalofrío me recorrió. -Podrán pasar a verlo dentro de unas 2 horas, probablemente esté de nuevo en casa en unos 3 días más, dependiendo de su evolución-. Le dimos las gracias, y salimos hacia afuera de la oficina.

Los 3 días siguientes permanecí en el hospital, aunque Santiago no estuviese despierto, yo seguía ahí junto con Devon, y Jade, su hermana. El 4to día, Santiago por fin se fue a su casa. Ese mismo día, yo estaba en clases, recibí la llamada de Devon, y al finalizar, fui inmediatamente hacia allá. Al llegar, toqué la puerta, Santiago me abrió la puerta y verdaderamente me sorprendió verlo algo pálido, el siempre tenía una sonrisa en su cara. Lo abracé y el parecía no devolver el mismo abrazo. Lo miré por unos segundos y sentí que algo no estaba bien. -¿Pasa algo?- dije. -Jade está aquí- exclamó con algo de indiferencia. -Si si, Devon me ha dicho que su hermana ha venido a visitarte, ¿cómo está?-. -Paula, creo que no has entendido...- Entender qué?- susurré. De repente, volteé mi mirada hacia el comedor, ahí estaba ella. Me observaba como si sintiese algún rencor hacia mí. -¿Santiago, podemos hablar en privado?- Decidí hablar con él aparte, quería aclarar bien la situación. Le hizo una seña de que volvería pronto. Salimos por la puerta trasera, era algo tarde y el frío ya se hacía presente. -Hay algo de lo que no estoy enterada o.. la hermana de Devon trae algo contra mí?. -Paula.. Jade está conmigo, sentimentalmente.- Dijo algo incómodo. 2 Palabras, las más dolorosas para mí. Recorrían mi mente, parecían bofetadas una y otra vez, 'está conmigo'. -Oh... bueno, escuchándolo de tu parte, lo considero algo.. real.- Dije entre suspiros, y pausas. Tonterías, y nada más salían de mi boca, no sabía que decir. Rectifiqué mis palabras. -¿Cómo has podido olvidarlo todo, dejar un hueco vacío en tu mente y reemplazar tan rápido?¿Qué capítulo me perdí de esta historia? Siento no haber podido estar ahí para intentar detenerte, siento no haberme dado cuenta de la bomba que tenías en tus manos, porque ahora es demasiado tarde y ya has destruido toda esperanza que tenía en ti.- El solo escuchaba atento, mis gestos parecían causarle culpa. Me di media vuelta, y me dirigí hacia la salida, durante los primeros pasos, escuchaba su voz, esa voz tan pura, que me recordaba todos los momentos vividos a su lado, que decían -Paula, por favor vuelve, hay cosas que tú no sabes aun- gritaba a lo lejos. ¿Volver? Jamás. Me había destrozado por completo... Caminé por largas horas sin rumbo alguno, durante mi caminata reflexioné. Supe que pude haberme quedado unos minutos más y escuchar esas cosas que él dijo que yo 'no sabía'... pero no fue así.. Palabras que no volverán. Recuerdos que ya no están. Momentos que no se vivirán otra vez jamás.

Se va, todo se va. O lo dejo ir, siempre es mejor. No rendirse nunca, no dar el brazo a torcer y saber esperar. Cansa. Eso cansa. Jamás llegó a ser todo lo que le pedía, nunca escuché algo de él que me impulsara a seguir, pero lo hice, porque yo quería, porque yo lo quería a él. O no. Ya no más. Sí, pero no es lo que deseaba, así que adiós. ¿Adiós? Si, para siempre. De amor ya no se muere, sigo aquí, respirando, mi corazón no ha dejado de latir, por el, pero el ya no está. ¿De amor ya no se muere? Estoy muerta y aun en ese lugar inexistente, sigo amándolo y esperándolo, muy a mi pesar, para siempre.

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⏰ Última actualización: Mar 18, 2011 ⏰

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