11-¿POR QUÉ ME SIENTO ASÍ?

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Las tres primeras clases habían sido un aburrimiento. Lo único que hacían los profesores era hacernos copiar y marcar trabajos. De hecho, la profesora de historia marcó un trabajo sobre las pirámides de Egipto, por esa parte no tenía de qué quejarme, era un tema interesante.

Agradecí que en la hora de comer el ambiente no estuviera tan cargado como solía estarlo.

Decidí presentar a Lizbeth a mi grupo de amigos, así aparte de mí tendría a alguien más con quien socializar. Y lo mejor era que rápidamente conectaron, sobre todo con Tyler, cosa que me molestó un poco ya que cuando me conoció a mí me había tratado como un cero a la izquierda, pero bueno...

•••

Como ya me venía venir, el resto del horario escolar fue un infierno total, todo se sentía pesado, incluso las horas.

En la salida acompañé a Bry hasta los aparcamientos.

—¿Se te apetece hacer el trabajo de historia en mi casa?—Propuse.

—¡Claro! ¿El domingo te viene bien?—Asentí.

Nos paramos frente a un coche rojo que me gritaba pobre en todos los idiomas.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?—Sacó las llaves de este de su mochila.

—Oh, es que tengo que recoger a la hermanita de Tyler del colegio.

—No te preocupes, me queda de paso.

Bueno, me ahorraba el caminar.

Cuando me subí al coche el ambiente olor a fresas azotó mi nariz.

Liz frunció el ceño levemente.

—Leanny, ¿te puedo preguntar algo?

—Ahá.

—¿El del piercing y tú, tenéis algo?

De repente me puse nerviosa, vaya boberia.

—¿T-Tyler y yo? Nah, nos llevamos un poco mal.-Me rasque la nuca.—Y además le conozco desde hace muy poco.

—Pues los que se pelean se desean. Y ustedes dos no tendrán nada, pero hay más tensión sexual que la de Bryoni y su novio.—Comencé a reírme tratando de no verme patetica.

No tardamos nada en llegar al colegio donde niños pequeños salían corriendo hacia sus familiares.

Me costó un poco encontrar a Mackenzie, pues habían muchas cabezas, pero ella se distinguía entre todos gracias a su pelo largo y oscuro.

Me saludó con un cálido abrazo. Esa niña podía calmar a cualquiera.

—¿Qué tal hoy?—Le pregunté yo.

—Muy bien. Hoy hemos estado dibujando, y yo te dibujé a ti con mi hermano.—¿Pero qué le pasaba a la gente últimamente relacionándome con Tyler?

—Luego tendrás que enseñármelo.—Le hice cosquillas en la cabeza.

No fuimos a su casa, fuimos a ver el entrenamiento como habíamos acordado.

¿Todo es efímero? ANTIGUA VERSIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora