LA HIJA DE NEPTUNO

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*Unos meses después de que Percy y Jason desaparecieran*

Nico di Angelo caminaba tranquilamente en dirección al Campamento Júpiter, no tenía ninguna prisa por llegar. Al igual que en el Campamento Mestizo, su presencia solo provocaba desconfianza y recelo en los otros semidioses. Se había hecho embajador de Plutón para poder visitar a Hazel, pero acudía lo menos posible allí. Era cierto que él se preocupaba por su nueva hermana y quería ir a verla; pero tener que visitarla significaba estar rodeado de mestizos que le mirarían con miedo y terror solo por ser hijo del dios del inframundo.

Cuando llegó al Campamento no tuvo ningún problema para entrar, pues ya le conocían de sobra y nadie en su sano juicio trataría de detener a Nico di Angelo. Caminó hasta el templo de Plutón y se dejó caer por allí esperando a que su hermana apareciera. Sabia que no tardaría en acudir junto a él pues los mensajes corrían a una velocidad increíble en ese Campamento. Aunque no era como si en el Campamento Mestizo fuese diferente.

En ambos dos tenía razones para irse y para quedarse, aunque ahora su única familia hacía que la balanza se inclinara en favor del campamento romano.

La puerta del viejo templo de abrió de golpe y apareció su pequeña hermana jadeando. Su piel estaba roja de correr y su cabello oscuro se le pegaba a la cara y al cuello a causa del sudor.

- No sabía que vendrías - le dijo ella a Nico con reproche.

Ella adoraba a Nico. Le consideraba su hermano, alguien de su familia a quien no había tardado en apreciar incalculablemente. Nico había echo más por ella que su propia madre, o que el padre de ambos. Pero, a pesar de todo lo que ella le adoraba, sentía que no era suficiente para llenar el vacío que había dejado la muerte de su otra hermana en el interior del muchacho. Algunas veces, cuando estaban juntos, él la llamaba Bianca sin darse cuenta; y aunque eso la llenaba de felicidad por saber que él la consideraba hermana suya, la dolía darse cuenta de que ella jamás podría compararse a su verdadera hermana.

- El inframundo es muy aburrido últimamente - dijo Nico - Y creí que sería buena idea venir a visitarte.

Desde que la batalla contra Cronos terminó, Nico se instaló en el inframundo de forma permanente, solo para salir de vez en cuando al exterior a ver a Hazel o al Campamento Mestizo. No le importaba estar ahí abajo, pues allí se le respetaba y al menos entre los muertos él sentía que encajaba. Él estaba vivo, sin embargo, los muertos le entendían y aceptaban mejor que los que vivos.

Pero eso era algo que el joven di Angelo no podía cambiar. Era una de las consecuencias de ser hijo de Hades.

- Y me encanta que vengas - dijo Hazel - pero hoy estoy muy ocupada. Acaba de llegar una nueva campista y...

- Puedo acompañarte - la interrumpió Nico.

No le apetecia en absoluto estar cerca de cualquier niña estúpida y confundida que acabase de llegar al Campamento, pero quería estar cerca de su hermana.

Se levantó y se acercó a Hazel, a quien le dio un suave beso en la frente antes de salir.

A pocos metros de ellos, sentados en la hierva, estaban dos figuras. La primera fue fácil de reconocer, pues le había visto en las ocasiones en las que había ido a visitar a Hazel. Frank se pasaba la vida alrededor de su hermana, como si no pudiese hacer otra cosa que caminar hacia donde ella caminase. A Nico le parecía frustrante, pero a Hazel parecía agradarle su presencia; y no quería espantarle pues le agradaba que Hazel no estuviese sola en aquel lugar.

A su lado, había una chica encogida sobre si misma. Su cabello era castaño y sus ojos eran azules. A Nico le recordó momentáneamente a Percy Jackson, del Campamento Mestizo. El gran héroe del Olimpo por el cual él huyó de allí.

Pero esa chica no se parecía realmente a Percy. Ni en el color del pelo, ni en el de los ojos, si siquiera en la forma de la cara. No, físicamente era diferentes, pero algo dentro de Nico le gritaba que eran demasiado iguales.

- Ella es Diane - le dijo Hazel conduciendolo hacia allí.

La muchacha posó sus ojos en Nico y le observó asustada, a pesar de no tener ni idea de quien era. El muchacho era todo oscuridad, y ella había aprendido a temerle desde muy pequeña al poder de la noche.

- Diane - la llamó Hazel - Él es Nico, mi hermano. Está aquí como embajador de Plutón.

Diane asintió con la cabeza en dirección a aquella muchacha de cabellos oscuros y ojos dorados que tan bien la había tratado.

- ¿Porque os encargáis vosotros? - preguntó Nico a Hazel y Frank.

- Nadie más podía - dijo Frank sin mirarle, su vista estaba centrada en Hazel - Reyna está demasiado ocupada con... ya sabes.

Si, claro que lo sabía. Incluso podría decirse que lo sabía demasiado bien. El Campamento Júpiter estaba pasando un mal momento por la desaparición de uno de sus pretores, el hijo de Júpiter, Jason Grace. Reyna andaba diariamente preocupada, y tenía a casi todo el campamento haciendo lo posible por localizarlo. Hacia unos meses que no tenían noticias suyas, y Reyna cada vez se desesperaba más; ni siquiera el insufrible de Octavio tenía noticias suyas.

Pero para Nico no era una sorpresa. Él estaba al tanto de la presencia de Jason en el Campamento Mestizo y de su peligrosa misión. Nico, junto con Hades, disfrutaban viendo como Hera hacía inútiles esfuerzos por unir a los Campamentos. Y que hubiese usado a Jason Grace y a Perseus Jackson para el peligroso intercambio solo hacia que aumentar el interés de padre e hijo por su destino.

- Entiendo - Nico miró a la chica - ¿Y porque está así?

- Está asustada, Nico - dijo Hazel - Como todos cuando llegamos, pero ella ha sido un caso especial. No la han tratado especialmente bien.

Nico arqueó las cejas. El Campamento Júpiter era un campamento guerrero, era estúpido que pensara que la iban a recibir con flores y regalos.

- Es hija de Neptuno. ¿Sabes lo que significa? - le dijo Hazel.

¿Que si lo sabia? Ella era lo mismo que él en el Campamento griego. Neptuno era un dios temido entre los romanos, y que de repente una hija suya apareciese no les gustaría.

Pero eso no era lo que inquietaba al hijo de Hades. Ella era hija de Neptuno, hermana de Percy. El equivalente romano de la perdición del oscuro muchacho.

- ¿Como puede ser eso? - preguntó él.

Hazel y Frank le miraron nerviosos y fijaron su vista en la chica.

- Díselo, Diane - le dijo Hazel.

- Tengo que encontrarle - los ojos azules de ella taladraron a Nico - Mi padre me envió aquí para encontarle. Necesito encontrarle.

- ¿A quien? - preguntó Nico.

- No conocemos al chico que nos dice, pero parece ser muy importante para ella - le dijo Frank.

- ¿A quien buscas? - volvió a preguntar Nico.

- A el héroe del Olimpo - Nico se congeló - He de encontrar a Percy Jackson.

Aclaración: Jason si está en el Campamento Mestizo, pero Percy aún no ha llegado al Campamento Júpiter.

La hija de Neptuno (Nico di Angelo-One shoot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora