Personalidades:

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Había oído planes peores.

Pero a pesar de nuestras dudas con respecto a si Lu lo decía en serio, ella se negó a explicarnos más y darnos más detalles.

—Mañana—insistió—. Cuando estemos en camino.

Bien, eso nos lleva al siguiente gran problema que tuvimos.

Bien, sucedía que eso de "el espacio de sobra" era una verdad a medias.

Es decir, si teníamos sitio para quedarnos, el problema era el cómo se repartía.

Teníamos la sala de estar y el cuarto de Percy como sitios disponibles a usar, así que las opciones eran A) yo, Lu y Meg en la sala y Percy en su habitación. B) yo, Lu y Meg en el cuarto de Percy y él en la sala. Y C) improvisar.

La verdad se nos daba bien improvisar.

Meg y Lu claramente no iban a separarse, así que ellas se quedaron en la sala de estar, mientras Percy dijo que él podría dormir en el suelo ya sea de su habitación o el baño para dejarme la cama de su habitación.

—No, es tu casa, tu usa la cama—le dije.

—Exactamente, es mi casa, y como tú eres la invitada puedes quedarte el sitio más cómodo.

—Te lo agradesco, pero no voy a aceptar eso.

—Entonces tenemos un problema, porque yo no pienso usar la cama.

Y allí nos tenían, los dos acostados en un tendido en el suelo, literalmente al lado de la cama.

—Va a haber que despertar más temprano—dije— para evitar crear sospechas.

Percy asintió con la cabeza.

—Sí, tienes razón.

Nos quedamos en un cómodo silencio por un rato, lentamente me fui acercando a Percy hasta que quedé recostada sobre el, sintiendo como su pecho se expandía y contraía con cada respiración. Él pasó un brazo sobre mí y me abrazó cariñosamente mientras veíamos el techo del apartamento, la verdad hubiera preferido poder ver las estrellas, pero eso era Manhattan ¿qué se le iba a hacer?

—Estoy feliz de volver a verte—dijo Percy finalmente.

Sonreí, me pegué más a él en nuestro abrazo.

—Te extrañé—admití—. Se sintió un poco brusco, todo ese asunto de pasar a romana. Desde que caí a la tierra sentía el conflicto entre mis personalidades cuando me nombraban como Diana en territorio griego. Pero admito que no sabía cómo funcionaría todo este asunto en un cuerpo mortal.

Percy se removió ligeramente debajo de mi.

—Sé que me dijiste que tú y Diana comparten emociones y recuerdos—dijo Percy—. Pero ¿hasta que punto son la misma persona? Digo, sé que son la misma entidad y también que siempre eres tú, antigua diosa de la caza. Pero hasta donde podemos decir que se separan, el "te extrañé" ¿cómo funciona? Si técnicamente estuviste conmigo todo el tiempo.

La respuesta era compleja, pero serré los ojos, respiré profundamente e hice mi mejor esfuerzo por responder:

—Como dijiste, siempre soy yo, la diosa helénica de la caza. Diana y yo somos la misma entidad, sí. Pero, piensa en esto, la definición de persona es ser dotado de razón, consciente de sí mismo y poseedor de una identidad propia—expliqué—. Y ser una entidad, un ente, es una cosa o ser que tiene existencia. Por lo que, sí bien, Diana y yo somos un mismo ente, una misma existencia, somos personas diferentes, ya que ambas somos conscientes de nuestra existencia, independientemente de la otra.

Las pruebas de la luna: La Torre de NerónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora