Hoy es ese tipo de días en los cuales tu mente se desconecta de la realidad para perderse en su propio mundo y dejar volar la imaginación. A muchas personas les pasa siempre, a otras... no tanto.
Yo, el día de hoy me he puesto a pensar en lo que nos hace feliz, pero se me atraveso una idea que me deja inconforme. "Realmente, ¿somos completamente felices?". Mi respuesta fue un no.
En la vida nos encontramos con muchas personas, y las hay de todo tipo. Altas, chaparras, gordas, flacas, feas, guapas, ricas, pobres. Todo éste tipo de personas físicamente puede ser imperfecta, pero por dentro pueden ser las mejores personas del mundo, así como las peores.
Pero, ¿qué pasa cuándo una persona que es feliz ante todo el mundo, no lo es ante sí mismo? La respuesta me resulta bastante lógica. Engañarse a si mismo.
La felicidad no se basa en quien tiene más, ni en el valor de las cosas. Ni siquiera depende de una persona, sino de ti mismo. El problema es que puedes llevar una buena vida, inclusive podría pensarse como perfecta. Pero SIEMPRE, en todas y cada una de las personas, habrá un vacío y todas querrán llenarlo. La cuestión es y siempre será la misma, ¿cómo hacerlo?
A veces juzgamos a las personas por su trabajo, por su forma de ser, por su vida, por sus amistades. Pero en realidad no sabemos nada de ellos, ni de su vida y mucho menos de sus motivos para hacer las cosas. Y yo me preguntó, ¿por qué? ¿Por que no nos sentimos bien con nosotros mismos? ¿Es por eso? Vale, creo que sí.
Es por eso que yo hoy he decidido mostrarles los motivos de mis acciones y mis consecuencias ante ellas.