Capítulo 22

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Narra la narradora:

Después de la reconciliación de la pareja solo quedaba un pequeño problema, bueno era más grande  de lo que parecía.

-Tranquilo Takato san ya traje lo necesario! - avisó Junta entrando en la habitación con un paquete de fresas y chocolates.

-Ahhh gracias - Takato abrió cuidadosamente la caja y comenzó a comer.

-Takato san eres muy lindo con tus antojos - sonrió Junta - Me encantaría verte comer y tocar tu vientre pero para ser sincero ya no puedo mantenerme de pie.

El cuerpo de Junta cayó a la cama muy cansado, como cualquier persona le agotaba tener que trabajar, cuidar a Takato san y acudir a la tienda a las tres de la mañana cuando el azabache tenía antojos.

-Perdón Chunta - se disculpó Takato - A veces puedo ser... emmm una carga.

Eso fue suficiente para que el castaño se alarmara y se abalanzara a su pareja.

-Takato san no eres una carga - besó los finos dedos de su pareja y lo abrazó - Tanto tú como el bebé son los mayores tesoros que tengo no sé que haría sin ustedes.

Takato sintió la calidez de Junta y soltó algunas feromonas para apoyarlo a lo que el castaño reaccionó rápidamente y puso a su azabache debajo de él acorralándolo con sus brazos y besando su cuello cuidadosamente.

El azabache inmediatamente se sorprendió y intentó con algunas dificultades apartarlo.

-Hey Chunta p-prometiste que s-si estaba en mi embarazo n-no lo haríamos ah - tartamudeó Takato al sentir que Junta metía una mano debajo de su camisa y jugaba con sus pezones que estaban muy sensibles debido al embarazo.

-Lo sé Takato san pero - dio una lamida a su cuello pálido - Escuché que el sexo puede ayudar un poco al ánimo de la madre.

-¿¡Qué clase de consejo es ese!?

-Hehe vamos déjame hacerlo. Seré gentil lo prometo.

-Ajá como también prometiste no tocarme - Takato volteó hacia un lado incrédulo pero luego vio las ojeras del castaño y sintió tristeza por él - B-bien pero si te digo que pares lo harás ¿Ok?

-Bien Takato san!

Junta se quitó cuidadosamente la camisa dejando ver su cuerpo tan bien formado y tan bien visto, a Takato le encantaba ver como se quitaba la camisa lentamente, a veces sentía celos de que su pareja tuviera músculos y un buen cuerpo pero eso pasó a segundo plano cuando vio que el castaño comenzó a besarlo lentamente.

-Takato san - separó sus labios dejando un hilo de saliva - Puedo verlo?

-V-ver qué? - preguntó.

-Tu vientre hehe.

-E-está bien.

Junta levantó un poco la pijama suave que tenía el azabache y comenzó a tocar y ver el vientre del pelinegro quien temblaba ante la respiración agitada del contrario.

-Ahhh Takato san~ - suspiró - Te ves tan hermoso con ese vientre tuyo que ya se nota más~ Se ve tan lindo esa bella curvita ¿Sientes aquí? - sobó el vientre del pelinegro  - Jaja que lindo.

-C-chunta a-ah.

-Y ahora ¿Sientes aquí? - pellizcó sus pezones - El doctor dijo que durante este tiempo tus pechos se inflaman para que puedas darle leche a nuestro tesoro.

Takato sabía de eso y aunque lo hacía sentir algo incómodo se sentía también muy feliz de poder tener a su pequeño o pequeña en sus brazos y poder alimentarlo o alimentarla.

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