「tr」𝓟romesa...!!
numerosas citas, que hacían referencias a la frialdad y brutalidad del chico, quien a su vez no parecía mostrar ninguna reacción ante ninguno de estos hechos y mucho menos preocupación por alguien que no fuera él mismo.
sin embargo...
canciones de fondo: The Gold — Manchester Orchestra y Still Don't Know My Name — Labrinth
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Poco a poco, otro día pasa, la luz que antes se había roto en el cielo, ahora se dormía en el horizonte suave, y con calma la luna se elevaba poderosa, mientras que del otro lado el sol se iba apagando.
Finalmente, llegaría el momento tan esperado.
Era el momento de hacer una promesa, de decirle a alguien algo que no se puede decir en la vida.
Disimuladamente, una figura saltó por encima de los muros del cementerio, y con él, esa silueta llevaba una lata de cerveza, una billetera de cigarrillos y sobre todo, una promesa a cumplir que lo consumía lentamente con cada día que pasaba.
—Kisaki. . .¿Donde te enterraron? ¡Ah! Recuerdo que fuiste enterrado junto a Keisuke Baji, al destino siempre le gusta ser irónico contigo, ¿no? —balbuceo Hanma, mientras caminaba hacia la tumba de Tetta Kisaki.
Con pasos lentos y sigilosos, el niño caminó entre lápidas. En su mente pasaron varios recuerdos bastantes nostálgicos e incluso amargos, tales que le trajeron sensaciones pesadas y le hicieron recordar momentáneamente los amores y angustias que alguna vez había vivido, pero que en ese momento, no significaba mas que recuerdos lejanos; Hanma deseaba olvidar, otros soñaban incesantemente con revivir, retroceder el tiempo o volver a sentir.
De hecho, era simplemente doloroso obtener tales deseos.
Acompañado por el viento que sopló en la noche, Hanma paseó por las tumbas y lápidas, usando todas sus fuerzas para contener lagrimas calientes que amenazaban con cruzar su frente en cualquier momento, obviamente sin su concepción, pero no lo permitiría, unos hacen su ultima voluntad.
—Estoy cerca de él. . . —musita Shuji, viendo la tumba de Baji a unos metros de él.
Sin pestañear, se dirigió a ese lugar, donde se detuvo tranquilamente, y así observó el silencio que allí se formo; así como cesó cuando un pajaro cantó solemnemente.
—¿Un pájaro cantando a esta hora? —preguntó Hanma, mientras observaba con atención el lugar donde se encontraba.
No pasó mucho tiempo para que Shuji encontrara ese pájaro, y cuando se acercó, el pajaro tomó vuelo nuevamente y desapareció en el cielo. Fue en este momento que finalmente encontró una sorpresa que el pájaro guardaba.
—El pájaro cantaba sobre tu tumba, Kisaki, incluso diría que podrías haber sido tú quien se convirtió en ese pájaro, entonces viniste a cobrarme por la promesa, pero soy demasiado escéptico para creer eso, si las letanías de las que todo el mundo habla son realmente ciertas, probablemente no estés en un buen lugar.
Sin mas preámbulos, Hanma se sentó frente a la lápida de Kisaki, y tranquilamente encendió un cigarrillo, igualmente colocó la lata de cerveza que llevaba sobre la tumba de la que una vez buscó.
—Te gusto la cerveza, ¿no? Así que disfruta mientras te cuento la razón por la que te seguí sin pensar, o incluso sin cuestionar lo que dijiste. . .
Por un momento reinó el silencio, e incapaz de reprimirse un segundo mas, Hanma permitió que las lágrimas fluyeran libremente.
—Mierda. . . no puedo contenerme, este impulso parece ser más fuerte que mi propia terquedad —declaró en voz alta el niño en medio de una risa seca, mientras trataba de secar sus obstinadas y no deseadas lágrimas.
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Antes de comenzar a decirle lo que tanto deseaba, Hanma aprovechó su cigarrillo, junto con la brisa del viento, que refrescó su cuerpo y mente.
—Ya basta de tonterías, te lo digo porque siempre te he seguido, incluso, este momento está siendo mas difícil de lo que imaginaba —Declaró ahora sonriendo.—Kisaki. . . siempre buscaste la forma de conquistar a Hina, pero su corazón no te pertenecía, incluso podría considerarte una especie de "amigo", pero no podrías conseguir más que eso porque su corazón no era tuyo, se lo entregó a Takemichi, o como te gustaba llamarlo, "El héroe".
Con calma, Shuji volvió su mirada hacia el inmenso cielo sobre él, y así notó algunas estrellas que comenzaban a parecer simples.
—Confieso que hecho de menos todos tus planes extravagantes, pero me cuestiono ¿Qué hubiera hecho con Tachibana Hinata porque nunca podría amarte como querías? De hecho, de alguna manera lo sabías, pero no te importaba, tal vez... si no hubiera insistido tanto en ello, podrías estar vivo ahora mismo.
Después de mirar más cerca el cielo, Hanma fijó su mirada en la pequeña lata de cerveza.
—Nunca te diste cuenta pero... me gustaste, y aunque sabía que nunca sentirías lo mismo por mí, decidí estar cerca y ayudarte con lo que necesites, incluso si fuera necesario quitarle la vida a alguien...
Sin reprimirse, el Shinigami comenzó a reírse. Apenas podía controlarse a si mismo en ese momento.
—Éramos idiotas, aun sabiendo que la persona que amamos no podía sentir lo mismo, decidimos luchar por algo imposible, o como dice en esos mangas que a veces leias, sentíamos un amor platónico, solo yo sabia que mis sentimientos en realidad era algo imposible, diferente a ti, ¿No es así, Kisaki? —Después de todo, el Shinigami cerró los ojos.
Shuji volvio a reir de nuevo y, por primera vez en años, se sintió ligero, como si no estuviera cargando un gran peso sobre él, además de tal ligereza, Hanma también sintió una especie de paz en su núcleo mas profundo.
Por un momento, ya no todo se sintió tan doloroso.
—Realmente éramos muy idiotas. . .
—Finalmente estuviste de acuerdo conmigo en algo —Shuji declaró en medio de su risa, que rápidamente se detuvo cuando escucho la voz débil—.¿¡ Kisaki !?
En un instante, Hanma abrió los ojos, y así visualizó, algo que por alguna razón lo dejó completamente tranquilo.
—Ese pajarito de antes... —Frente a él, apoyado en la lata de cerveza, el Shinigami observó un pajarito de plumaje amarillo.
—Mi promesa se ha cumplido, Kisaki, ¿mucho dolor para tan poca edad, no? . .
Ahora ya no estaba solo, ni necesitaba cargar con la peor parte de una promesa rota, o incluso el peso de un sentimiento no vivido, que solo traía dolo y sufrimiento.
