El señor K observó a Billy Riddle entrar en la oficina. Iba vestido con un polo azul oscuro y un par de pantalones cortos caqui; estaba bronceado, saludable, fuerte.-Sensei. -Billy inclinó la cabeza.
-¿Cómo estás, hijo?
-Lo he meditado.
El .señor K aguardó la respuesta, sorprendiéndose de lo importante que podía llegar a ser para él.
-Quiero trabajar para usted.
El señor K sonrió.-Eso está bien, hijo. Muy bien.
-¿Qué tengo que hacer? ¿Tendré que rellenar los formularios de la academia?
-Es algo más complicado que eso. En realidad, no trabajarás para la academia.
-Pero pensaba que había dicho...
-Billy, hay unas cuantas cosas más que tendrás que entender. Y está el pequeño detalle de la iniciación.
-¿Quiere decir un rito? Porque eso no será problema. Ya he pasado por alguno para entrar en el equipo de fútbol.
-Me temo que será un poco más delicado. Pero no te preocupes, yo pasé por eso y sé que te irá muy bien. Te diré lo que tienes que traer, y yo estaré a tu lado. Todo el tiempo.
Después de todo, ver al Omega en plena acción era algo que uno no podía perderse.
-Sensei, yo, eh... -Riddle carraspeó-. Sólo quiero que sepa que no lo defraudaré.
El señor K sonrió lentamente, pensando que ésa era la mejor parte de su trabajo.
Se puso de pie y se aproximó a Billy. Apoyó una mano sobre el hombro del muchacho, dándole un pequeño apretón, y lo miró fijamente a los grandes ojos azules.
Billy entró suavemente en un trance.
El señor K se inclinó hacia delante y le quitó cuidadosamente el pendiente de diamante. Luego le cogió el lóbulo entre el pulgar y el índice, y lo masajeó.
Su voz era fuerte y tranquila:
-Quiero que llames a tu padre y que le digas que te vas de casa, y que lo harás de inmediato. Dile que has encontrado un empleo y que tienes que hacer un cursillo de preparación intensivo.
El señor K le quitó a Riddle el Rolex de acero inoxidable y luego le abrió el cuello de la camisa. Introdujo la mano, y tocó la cadena de platino que Billy llevaba al cuello. Abrió el cierre, dejándola caer en la palma de la mano. El metal estaba tibio por el contacto con la piel.
-Cuando hables con tu padre, conservarás la calma sin importar lo que te diga. Lo tranquilizarás diciéndole que tu futuro es prometedor y que has sido elegido entre muchos aspirantes para un trabajo muy importante. Le dirás que siempre podrá encontrarte en tu móvil, pero que le será imposible verte porque estarás viajando.
El señor K recorrió el pecho de Billy con la mano, sintiendo las protuberancias de los músculos, la calidez de la vida, el murmullo de la juventud. Cuánto poder en ese cuerpo, pensó. Cuánta tuerza maravillosa.
-No mencionarás la academia. No revelarás mi identidad. Y no le dirás que vendrás a vivir conmigo.-El señor K habló directamente al oído de Billy-: Le dirás a tu padre que lamentas todas las cosas malas que hiciste. Le dirás que lo quieres. Y luego yo te recogeré para llevarte conmigo.
Mientras Billy respiraba profundamente en pacífica sumisión, el señor K recordó su propia ceremonia de iniciación. Durante un instante fugaz, deseó haber meditado un poco más aquella oferta que había aceptado décadas atrás.
Ahora sería un anciano. Quizás tuviera nietos, si hubiera encontrado a una mujer que hubiera soportado permanecer a su lado durante algún tiempo. Y habría tenido una vida normal, tal vez trabajando en una de las fábricas de papel o en una gasolinera. Habría sido uno más entre cientos de millones de hombres anónimos con esposas quejumbrosas, bebiendo con sus amigos al caer la noche y pasando sus valiosos días sumergido en una bruma de insatisfacción por su insignificancia.
Pero habría estado vivo.
Al mirarse en los brillantes ojos azules de Billy, el .señor K se preguntó si realmente había salido ganando con el cambio. Porque ya no era dueño de sí mismo. Era un sirviente que actuaba a capricho del Omega. El sirviente principal, era cierto, pero sirviente al fin y al cabo.
Y nunca llevarían luto por él.
Porque nunca dejaría de respirar... o porque nadie lo echaría de menos cuando exhalara su último suspiro.
Frunció el ceño.
De todas formas, ya no le importaba mucho, porque no había vuelta atrás. Y eso era lo primero que aprendería Riddle esa noche.
El señor K liberó la mente y el cuerpo de Riddle. -¿Está todo claro?
Billy asintió, mareado. Bajó la vista y se miró, como si se preguntara qué había sucedido.
-Bien, ahora dame tu móvil. -Cuando Billy le entregó el teléfono, el señor K sonrió-. ¿Qué es lo que se dice, hijo?
-Sí, sensei.
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Corto y sencillo pero se nos viene una gran batalla.
Gracias por leer y perdonen los errores.Att: NoLy 🌻💜
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AMANTE ETERNO MEWGULF
Teen FictionUn Rey vampiro de sangre pura poco dispuesto a liderar su clan, su familia. Cada vez son menos, se están extinguiendo. Un chico que pensaba que los vampiros solo eran cuentos de hadas, hasta que se enteró que era mitad humano mitad vampiro. Uno de...