Otra vez estamos solos en la escuela, sin nadie mirándonos solo a nosotros mismos, tu encarcelándome con tus brazos contra la pared, sin salida, nuestros ojos a la misma altura sin siquiera oscilar, esto no es incomodo, no nos gustamos, simplemente estamos demostrando quien tiene un mejor orgullo, ambos intentando no sucumbir ante el otro, su respiración sigue tranquila
al igual que la mía.
- Esto está mal
- Tienes razón, ya debiste caer ante mis pies.
- No soy tan fácil como tu.
- No se de qué hablas- se apartó de mi intentando evadir el tema-.
Desde hace 2 años conocí a una chica que curiosamente iba en la misma clase que yo, ambos no sabíamos de la existencia del otro, no nos interesaba conocer a nadie más, pero las circunstancias nos hicieron caer en el mismo lugar, una y otra vez, hasta ser los únicos en repetir el ciclo dos veces seguidas...
HACE DOS AÑOS
Era un día de verano muy normal, el cielo estaba completamente gris, por ratos algunas estelas de sol se asomaban a través de las nubes resaltando los calores más vivos, con una pequeña brisa el color verde se notaba más al mirar por la ventana, era un clima tranquilizador, este hacia que las horas en detención fueran más llevaderas. Por alguna razón era el "único criminal" en la escuela, o por lo menos así lo veía, un chico desordenado, problemático y temperamental, omitiendo los defectos menos importantes como Irresponsable, distraído, con una actitud de autoridad sin siquiera tenería, o al menos eso decía mi psicólogo. No es un secreto que todos tenemos defectos, sin embargo, esa no quita que sea fácil aceptarlos. No pasaron ni dos minutos cuando alguien más entró por la puerta, era una chica junto con un profesor, el profesor solo abrió y cerró la puerta mientras ella entraba y se sentaba hasta el otro extremo del salón. Me la pase 2 meses seguidos sin ver un rostro nuevo en ese lugar, me extrañaba demasiado saber que alguien más se había portado mal en un colegio para bien portados, donde la excelencia proliferaba, era Interesante saber que alguien más intentaba zafarse de algo, tal vez de sí misma, de la autoridad, o tal vez era solo era una zorra sin escrúpulos. No había alguien que nos vigilara físicamente, solo cámaras, pero no creo que a alguien le importara que hiciéramos algo, todos en ese momento solo se preocupaban por salir, lo único que querían era mantenernos más tiempo de lo habitual.
- ¿Eres nueva?
No respondió...
- ¿Eres muda?
Ni un sonido, ni siquiera un resoplido...
- Aunque si lo fueras no tendría sentido mi pregunta... ¿eres sorda?
- ¿Tú eres idiota? - me miro con desdén-.
- Mira, funciono, logré hacerte hablar- le sonreí de oreja a oreja-.
- Cállate -regresó a mirar la pared-.
- Al menos sé que no estas por tu excelente educación.
- Y tú por quedarte callado no estás aquí.
- Bueno, estamos los dos en el mismo lugar, tenemos algo en común.
De vuelta al silencio...
- ¿Quieres ser mi amiga?
- ¿Por qué lo serla?
- No tengo.
- ¿Y eso a mí qué?
- ¿Ya que estamos en detención podríamos pasaría mejor con amigos uno crees?
- Después de conocerte dudo mucho regresara aquí.
- Auch.
Eso dolió, pero solo hace que quiera jugar más con ella. Aun no lo sabe, pero estará aquí siempre que así lo desee.