𝐅𝐨𝐫𝐞𝐰𝐨𝐫𝐝

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Muchos piensan que el amor es lo más hermoso e inigualable que existe en el mundo. Yo creo que es como el mar, hermoso por fuera pero peligroso y cruel por dentro. El amor puede ser tan hermoso como una puesta de sol en la playa, pero, a su vez, puede ser como una gran ola arrastrándote cada vez más y más al mar abierto, dejándote a la deriva mientras esperas ahogarte o que algún depredador te detecte y decida que serás su pequeña cena.

El amor para mi puede ser un paraíso, pero, en cualquier momento, se puede convertir en el propio infierno personal de cualquier persona. Mi amor por él se transformó en un inferno, desde que se fue no ha habido nada que me haga sentir completa. Nada excepto la dañina ilusión de que algún día volverá y seríamos felices otra vez.

Pero era solo pura mierda. Mierda a la que me estaba aferrando más de la cuenta.

¿Por qué digo que el amor es como el mar? Sencillo. Cuando estaba junto a mí me sentía en calma, como el mar al amanecer, pero, cuando se fue, todo se volvió descontrolado.

Grandes olas de rabia recorrían mi interior, en mis ojos había una gran inundación dispuesta a arrasar con todo lo que se topara sin importarle nada. Pero, lo que más se sintió fue esa horrible sensación de estar flotando a la deriva en medio del mar, esperando ser devorada y sin ninguna posibilidad de rescate.

Luego aparecieron las pesadillas. Pesadillas sin propósito alguno más que hacerme sentir que me ahogaba y me sumergía más, y más hasta llegar al fondo del mar.

Era tanta la agonía que sentía que despertaba gritando o llorando por ayuda. Y, cuando al fin despertaba de mi pesadilla, me veía a mí en mi cama, en mi cuarto, pero no estaba realmente allí. Estaba en mi pesadilla, reviviendo ese recuerdo una y otra vez hasta que sentía que me estaba ahogando, aun estando despierta.

Me tomo mucho tiempo darme cuenta que mis pesadillas no eran más que eso, pesadillas.

Tenía miedo de cerrar los ojos y mirarme en esa gran masa de agua mientras flotaba esperando mi final. Pero un día una luz apareció junto a una barca dispuesta a salvarme. No sabía si era un sueño dentro de una pesadilla, pero solo sé que cuando apareció, ese vacío en mi pecho se fue al instante y la reemplazó un sentimiento de calma que hace mucho no sentía.

Hasta que él volvió a aparecer y la calma se convierto en un huracán incontrolable de sentimientos. Sentimientos como el amor, ira, desprecio, indiferencia, sufrimiento y más amor. No sé si el suficiente amor como para perdonarlo, pero era lo justo y necesario para saber que no lo quería lejos de mi otra vez.

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Aquí el prólogo de la segunda parte de "Sueños"

Espero les guste y no olviden de dejar su comentario y sus votos.

Aún no sé cuándo publicaré el primer capítulo, pero creo que será pronto.

Comenten si quieren que pase algo específico en la historia e intentaré incorporarlo. 

𝙋𝙚𝙨𝙖𝙙𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora