¡Eres Ruidosa! [Killua Zoldyck x tu]

Capítulo treinta y dos

cap sin revisar UwU perdonen si hay incoherencias o faltas de ortografía.

Estaba exhausta.

Nunca había tenido tanta agitación como en la madrugada...

Por lo que ahora lo único que necesitaba era dormir hasta recargar fuerzas. Me removí murmurando algo intangible, había hallado una posición cómoda para seguir durmiendo pero tan pronto cuando comenzaba a soñar cosas raras, algo o más bien alguien me dejaba besos húmedos por todo mi rostro.

—Mhmm—me queje, no quería abrir los ojos, pero fuera lo que fuera no me dejaban en paz.

—Amor...—alguien susurro y sentí una presión en mi mejilla—Tienes que despertar... —otra presión en mi mejilla.

Mis párpados lentamente cedieron y frente a mi, un par de ojos azules me miraban completamente encariñados. ¿Qué es esto? ¿El cielo? La verdad es que no llegue a asimilar nada.

Mis ojos se cerraron nuevamente.

—No...cariño, despierta, no cierres los ojos—beso nuevamente mi mejilla.

—¿U-uh? —mi voz algo adormilada apenas salió por lo que escuche una risita. Y ahora cientos de cosquillas atacaron mi cuello. —¡Ah! —mis ojos se abrieron abruptamente por tal ataque y el albino besaba mi cuello provocando que soltará carcajadas mientras me hacía cosquillas. —¡Esta bien! ¡Esta bien! ¡No dormiré! —solo entonces Killua me soltó.

Mi respiración era entrecortada y poco a poco mi sonrisa disminuyo a asombro.

Killua sonreía enternecido, sus ojos azules brillaban y tenia pequeños moretones rodeando su cuello.

¡Oh, Dios! ¡Q-que!

Ráfagas de recuerdos pasaron en mi memoria y lo que hacíamos hace apenas unas horas... Killua y yo lo hicimos. Estaba tan confundida en tan pocos segundos que sentia que un martillo golpeo mi cabeza.

Mis manos por instinto taparon mi rostro sonrojado.

—¡________!—Killua tomo mis manos —_________, por favor... mírame —negué con la cabeza. Estaba tan avergonzada. —Cariño... quita tus manos ¿Si? Hablemos.

Ah, me sentía peor, la voz suave y rasposa de Killua estaba tan llena de amabilidad que no pude evitar hacerle caso. Mis dedos temblorosos bajaron lentamente de mi cara.

Trague saliva.

Insisto en decir que este chico es algo parecido a un Dios griego.

Mi mirada bajo y diablos, Killua tenía cada parte de su abdomen ocupada por un rasguño o algun chupón... mi corazón comenzó a sacudirse con fuerza. No podia ni imaginar como estaba su espalda.

—¿Estas bien?—acomodó mi cabello tras mi oreja.

—S-si...

Preocupado beso mi nariz y volvio a preguntar. —¿Estas segura? C-creo que fui un poco brusco para ser tu primera vez, lo siento.