My Exception | J.Jungkook

05. Un chico peligroso.

Fuera del bar, el cielo estaba completamente rojo. Relámpagos surcaban el firmamento siendo precedidos de fuertes truenos, que hacían vibrar el suelo bajo mis pies.

Aquel chico seguía halándome mientras corríamos hacia dios sabe donde. Atravesamos un estrecho callejón el cual se encontraba completamente oscuro sintiendo como el aire frío de la madrugada chocaba contra mi rostro haciendo que se formaran pequeñas lágrimas en mis ojos, mientras en mi mente, se repetían de forma automática las mismas preguntas:

¿Qué estaba sucediendo?

¿Hacia dónde me llevaba?

Frené en seco.

— ¿Qué sucede? — el chico se acercó a mí con la respiración entrecortada — Tenemos que salir de aquí.

— ¿Por qué? ¿Qué sucedió?

Rascó su nuca algo preocupado — Verás… la persona que golpeé allá dentro, no es una persona común.

Fruncí el ceño — No entiendo.

— Es dueño de una de las bandas más peligrosas de Seoul.

— ¿Me estás diciendo que podemos morir si nos atrapan?

— Lo más probable — sonrió divertido.

— ¿Y te causa gracia? — Dios, su indiferencia me irritaba.

Se encogió de hombros — Solo sé que no nos atraparán.

— ¿Y cómo estás tan seguro?

Me miró. Una sonrisa juguetona se dibujó en su rostro mientras colocaba sus manos en la cintura.

— Porque soy JK — guiñó acompañando sus palabras y por primera vez en el día su rostro tenía un nombre en mi cabeza… Aunque, técnicamente, no era su verdadero nombre, pero por lo menos ya no era "el chico del bar"

— ¿Quién en su sano juicio se hace llamar JK? — bufé negando con la cabeza — Es ridículo.

Su sonrisa arrogante me hizo entender que le importaba una mierda mis palabras.

— Sé que en el fondo te gusta… — caminó hacia mí, lento, acercando sus labios a mi oído — Mi nombre… — susurró estremeciéndome — Mi cuerpo… — una de sus manos recorrió mi brazo derecho y sentí mi vientre contraerse por la sensación que esto provocaba en mí — Aunque lo niegues… sé que te gusta lo que ves.

Joder. Mi respiración estaba agitada y mi corazón retumbaba con fuerza dentro del pecho. Él no podía hacerme sentir así. Él no podía atravesar mis barreras tan fácilmente. Él no podía convertirse en la excepción de mis reglas. ¡No!, definitivamente no lo podía permitir. Él no era bueno para mí. Además, estoy enamorada de alguien más.

Exacto, Juyeon. Necesito centrarme en él para levantar mis muros nuevamente.

— Estás equivocado — me alejé recuperando mi postura — Nada de ti me gusta, al contrario, siento repulsión por las personas como tú.

— Te doy un mes para que tus palabras cambien completamente.

— ¿A qué te refieres?

— En un mes te digo — sonrió juguetón agarrando mi muñeca nuevamente — Ahora, salgamos de aquí antes…

— ¡Allí están!

Escuchamos que gritaron a nuestra espalda y como si fuera la orden que estábamos esperando para perdernos de ese lugar, corrimos lo más rápido que nuestros pies nos permitieron manteniendo la distancia de aquellos hombres.