Capitulo 8 (Mi Duda Interna)

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Hola mis terrones de azúcar, aquí estamos para celebrar el cumpleaños del terrón de azúcar WiliamGSanchez, ya que aun sigue de cumpleaños.

Este es tu pequeño detalle por tu cumpleaños, espero lo disfrutes.

Eso si, debes compartirlo con los demás terrones de azúcar.

Sin mas a leer.

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Una sonrisa es lo que se presenta en los labios de Milo, asiente, pues está entendiendo de a poco el sentir de quien tiene enfrente, la persona que sin duda es el León dorado pero de este mundo, esta vida...

Parece como si algo estuviera atrayendo a este castaño claro a que diga toda la historia posible, pues no dudara en aceptar esa joya, que de alguna forma le pertenece por ser o haber sido parte de la armadura que porto en alguna otra vida.

Un suspiro de parte de ambos, el atardecer está llegando, el día se acaba de a poco... Como sus ideas de que hacer para recuperar la joya, o más bien es algo que Aioria debe pensar seriamente, pues...

Aun que desea con todas sus fuerzas olvidar muchas cosas, igualmente desea conservar las que tiene...

Solo desearía encontrar una forma de que ambas memorias sean guardadas en su mente, sin que el efecto de la joya haga estragos a lo vivido.

Ambos caminan desde donde hablaron, en un singular silenció que intentaba Milo a como diera lugar romper, aunque era difícil ya que el castaño claro va demasiado serio, mirando al suelo, analizando en la situación que se encuentra y la gran inquietud que su mente tiene.

Sin más, llega el momento de dividir caminos...

Despidiéndose ambos, aunque uno esté en cierta forma tranquilo, esa ida a las ruinas del templo de Atena y demás, le sirvió para confirmar algunas sospechas y entender que si están aquí, es por alguna razón, por voluntad de su Diosa, pero aun así dudas quedan.

Sin duda en estos momentos le hace más falta la sabiduría y el sentido de análisis rápido de ciertos caballeros, pero ahora mismo es imposible siquiera pensar en llegar a tener algo de eso.

Salvo por él y al parecer Aioria, el cual solo le cree por qué sintió lo mismo por la joya que pertenece a la armadura, dándole el beneficio de la duda.

Milo está en un camino demasiado obscuro y absurdo aun, en el cual deberá seguir, y a la vez intentar encontrar la forma de regresar al mundo o dimensión en donde están sus verdaderos amigos y no solo... Unas versiones alternas de sus amigos.

Al llegar a su casa, abrir la puerta y ver el retrato de la mujer que en este mundo le dio a luz, se siente mucho más extraño, incluso incomodó, pero... A la vez le sonrió.

Se cuestionaba tantas cosas, pero una que no lo hacía, era que le parece algo muy lindo por lo menos en este mundo conocer el rostro de la mujer que debió amarlo desde el momento que su existencia estaba en ella... En su vida original nunca conoció a sus padres biológicos, incluso dudaba si alguna vez los tuvo.

La única figura paterna que reconoció fue al patriarca, pero sabía que no era lo mismo, en cambio aquí... Tenía una familia, una que aun que ahora estuviera rota, y no tuviera los recuerdos vividos por él, solo palabras por parte de su amigo, le provocaba alegría también.

-Gracias por quererme...- Ante ese retrato, el altar que se tenía para esa hermosa mujer con una sonrisa tan hermosa, cabellos negros y tez blanca, habla con respeto, inclinando levemente la cabeza.

Doce Perdidos (MiloXCamus Yaoi Lemon) CaMiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora