Extra 3: Autos Costosos.

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Jason Sartorious.

Hace dos años que nos mudamos, justo ahora estoy frente a la casa de mi amigo Steve.

— ¡Steve! ¡Ya llegué! — Llamo, entrando a la casa.

— ¡Déjame! — Escucho la voz de Lori, la novia de Steve.

Se escuchan unos pasos fuertes y otros más desesperados.

Levanto la cabeza y veo como Steve toma del cuello a Lori, presionándola contra el barandal que no permite que las personas se caigan del segundo piso de la casa... A menos que alguien los empuje.

Le da una cachetada y me lleno completamente de rabia.

Subo corriendo las escaleras y le doy un puñetazo en la nariz a Steve, lo que hace que él suelte a Lori y ella salga corriendo  fuera de la casa.

Steve me ve con impotencia, quiere golpearme pero no lo hace.

Le doy una mirada de desprecio, antes de salir de ese lugar.

Subo a mi auto y conduzco hasta casa. Salgo de él y veo el poste que Allison, la vecina, ha chocado con su auto hace menos de un mes.

Entro en la casa y encuentro a mamá y papá gritándose.

No puedo estar ni en propia casa.

Salgo y doy un portazo, vuelvo a subir a mi auto y conduzco al único lugar donde las personas no me encuentran. El Faro que papá compró.

Está en la ciudad de al lado, son tres horas como mucho llegar hasta ahí.

Al llegar, me siento en la arena y respiro profundo. El olor del mar me tranquiliza, al igual que el sonido de las olas yendo y viniendo.

Escucho algunos pasos y me doy la vuelta en seguida.

Es Nickolas, el co-capitán del equipo de fútbol americano de la escuela. Yo soy el capitán y me encanta serlo.

— Lo siento... Vi tu auto y quise venir a saludar. — Me sonríe.

Es un chico muy simpático y gracioso, siempre hace fiestas en su casa, a las que no he ido tantas veces.

— Descuida... ¿Qué haces aquí? — Es extraño encontrar a alguien de tu ciudad en otra ciudad a la que vas.

— Mi padre es dueño de algunos restaurantes de por aquí, me pide que venga a verlos cuando está de viaje. — Se encoge de hombros mientras se sienta a mi lado. — ¿Y tú?

Pienso un poco antes de responder.

— Muchos problemas, quise alejarme un poco. — Sonrío.

— Oh... Si quieres puedo... — Hace el ademán de levantarse per niego rápidamente.

— No pasa nada, no te vayas, podemos esperar a que anochezca, el faro es de mi padre, podemos encenderlo. — Señalo el faro.

— Es bueno vivir en una ciudad donde los padres de tus compañeros tienen dinero. — Nick asiente.

— Ni que lo digas, mi vecina estrelló su auto hace algunas semanas en el poste frente a mi casa, el padre dijo que pagaría todo, desde el poste hasta el auto. — Recuerdo la conversación que escuché de mis padres con Christian, un empresario que es dueño de la mayoría de cafés, restantes de comida rápida o simplemente restaurantes de todo Kentucky.

— Digo... Un poste no es mucho. — Nick se burla.

— El auto es uno de los últimos modelos de Grimaldi. Cuestan una fortuna. — Adoro esos autos y el dueño es... Wow.

Tiene veintitrés años, es empresario y tiene más concesionarios de autos que yo años de vida.

— Vaya... Un Grimaldi... — Nick susurra.

— Lo investigué, era el único auto en Kentucky de Grimaldi, muchas personas dicen que Christian lo mandó a traer desde Canadá sólo por su hija. — Digo.

Realmente amo esos autos.

— ¿Has visto a Allison? La mejor amiga sube fotos de Allison con el ojo morado casi todos los días. — Nick ríe.

— Tengo tiempo sin verla... — Susurro, pensando en ella y su cara cuando quiso disculparse por el poste.

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