La herida que dejó una cicatriz
Sentir la voz cálida de Owen en mi oído era verdaderamente grato, los escalofríos recorrían mi cuerpo y un leve calor de excitación también. Me quité los tacones ya que quería sentirme más cómoda, Owen fue y cerró la puerta del baño, afortunadamente a ningún chico le dio por orinar a esas horas o bueno lo harían en otra parte ya que para ellos es más fácil. Había otra cosa que me estorbaba, era mi vestido. Owen supo muy rápido como resolverlo, así que con sus manos y luego con su boca me bajo los finos tirantes, no llevaba sujetador, así que le fue más fácil. Mis pequeños limones quedaron colgando en el aire. Yo estaba en un proceso en el que todo lo sentía maravilloso, Owen aprovecho esa situación y rozó levemente sus labios por mi pezón derecho. ¡Wtf, una sensación muy satisfactoria!, mi corazón, mi clítoris y todo en mi empezó a palpitar. Al mirarme al espejo que tenía de frente pude notar mi cara rojiza y mis ojos muy grandes y también rojos, pero de lo que si estaba segura es que quería más de eso que Owen me hacía.
—¿Acelero? —preguntó.
—Si por favor —respondí como una loca endemoniada ya con deseos de más.
Volvió a poner sus labios en mi pezón derecho, ya sumergiéndoselo más en la boca, mientras su mano izquierda rosaba y presionaba mi otro pezón, la excitación que abundaba en mi ya casi llegaba a su límite, ¡mi mente solo hacia pedir más y más!. Luego de Owen lamerme y morderme suavemente mis pequeños pezones, ya por cierto muy parados, pasó su lengua por todo mi abdomen hasta llegar a mi ombligo. Había algo que de nuevo estorbaba ¡era mi tanga!. Si la bajaba ya era Jacke Mate por su parte. Si lograba tocar mi clítoris, ya era suya, había perdido. Y así sucedió.
—¿Deseas que continúe?, estás muy empapada.
No podía hablar ese momento si hablaba soltaba un gemido estremecedor, así que respondí <<si>> con la cabeza, sumisa ante su pregunta.
Con sus dientes me bajo la tanga lentamente ¡Listo ya estaba como Diosito me trajo al mundo!. Luego de desahserse de mi vestido tirándolo a un lado, me sentó sobre el borde del lavamanos que quedaba a nuestro lado, se agachó y tomo el control de la situación. Yo estaba en el paraíso al sentir la lengua de Owen pasar lentamente por mi clítoris haciéndome sentir una de las mejores sensaciones de mi vida. Movía la lengua muy bien ¡joder!. Luego de jugar con mi clítoris por varios minutos introdujo su dedo y al fin solté ese gemido placentero que los dos esperábamos.
Acababa de cumplir quince años, aparte de que era muy inexperta, no sabía que podía hacer para complacer a Owen. Luego recordé una de las pornos que solían ver los chicos del aula, en donde la chica aprieta con fuerza el pene del chico y luego se lo introduce en la boca.
Owen se quitó el traje y luego el sombrero de vaquero que tenía puesto, o bueno eso veía yo en mi estado de ebriedad y bajo los síntomas de aquel cigarrillo extraño. Lo tuve desnudo frente a mí y todo en su cuerpo era perfecto, un abdomen muy definido y que hablar de su miembro se veía muy duro con deseos de devastar a cualquier cosa que tuviese delante, y no específicamente era una cosa, era una persona y era yo.
—¿Te gustaría tocarlo y jugar con él?.
—Si —respondí nuevamente con la cabeza.
—¿Pero sabes cómo se hace? —volvió y preguntar y yo guardé silencio—. Bueno supongo que no, así que te enseñaré.
Cambiamos de posición y ahora era el quien estaba parado de espalda al lavamanos y yo de rodillas frente a él.
—Mira solo debes disfrutarlo ¿ok?. Introduce tu boca y lame a más no poder sin precionar los dientes en el, ¿entendido?.
Y así pasó, me introduje el miembro de Owen en mi boca y chupe y chupe por varios minutos, por un momento pensé que lo estaba haciendo mal cuando este aguanto mi cabeza y empujó su miembro hasta lo último de mi garganta. ¡Joder por poco me ahogo!, pero hacerlo me gustó y me excitó aún más.
—¿Estas preparada?
—¿Preparada para que? —logré responder luego de no a haber abierto la boca para hablar.
Y de momento sentí un tropiezo, fue un ruido muy incómodo, yo no tenía mis cinco sentidos en orden, pero aparte de la música de las fiesta y demás, pude escuchar un ruido muy cerca de nosotros.
—¿Escuchaste eso? —pregunté alarmada, y temerosa de que alguien nos hubiese visto.
—No. Ese ruido vino seguro de allá fuera Dash, no te preocupes.
Me dio un beso de varios minutos, lo cual volvió a encender en mi aquella chispa que se había apagado un poco por aquel extraño ruido.
—Hoy perderás tú virginidad conmigo, el amor de tu vida.
—Pero Owen...
—Calla, y solo déjate llevar.
Besó mi cuello, lameo mis pezones, se llenó de saliva su mano y se la pasó por su miembro, ya este sabía que iba a costar trabajo introducir aquello. Yo ya estaba muy caliente, la verdad que estábamos disfrutando tanto del morbo que nos provocábamos que no me importó que introdujese cualquier cosa en mi vagina en aquellos momentos. Me posicionó en cuatro y aquello entró con una brusquedad que no les podría explicar que fue lo que más sentí, si el dolor por esa cosa tan gorda pero a la vez hermosa dentro de mí o el gemido alto y placentero que solté al este darme sin parar una y otra vez.
Al terminar y yo estar en un completo limbo por aquello que había sucedido. Vi que este se vestía. Mi vestido no lo encontraba y mi tanga tenía un poco de sangre al ponérmela, tampoco sentía mucho mis piernas para caminar, era un desastre todo, el maquillaje de tanto sudar recorría toda mi cara. Owen abrió la puerta para irse a lo que reaccioné y le dije:
—¿Owen a donde vas?.
—Ya se acabó todo Dash. Espero que hayas disfrutado.
Al abrir la puerta y marcharse, alguien estaba detrás de esta pero no pude visualizar bien quién era, solo supe que era una chica y que la carcajada de Owen era la misma que había escuchado meses atrás cuando Ruth y yo íbamos para aquella supuesta fiesta.
—Mierda, ¿Dónde está mi vestido? —grité entre llanto.
El vestido después de tanto buscar estaba en unos de los inodoro del baño, alguien había entrado a ese baño y había acabado con mi vida en dolorosos instantes.
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Otra cicatriz ©
RomanceMuchos intentaron leerla, pero quizás pocos la lograron entender.