¿Destino? No, no creo

Primer día de clase (Parte I)

Caminaba atravesando a la multitud de estudiantes, dirigiéndose a ese lugar en el que en algún momento de su vida pasó sus mejores momentos, donde conoció a grandes amigos y no podía negarlo, pero si algo era cierto es que sabía que no podrían comprender lo que sentía, el pensar que alejarse temporalmente sería lo mejor, tal vez pudiese ser la solución de sus problemas, el solo era un estratega, nunca participó, sólo dio estrategias, funcionaron, pero le hubiese gustado el haber participado tambien. No duró mucho en llegar a su destino, a esa hora estaban entrenando así que no se encontraría con nadie, en tal caso una sola persona, pero era algo difícil, sin más entró a la sala de el club, dejando la carta de renuncia y sin más se fue de nuevo, para dirigirse a su salón de clase, era un nuevo año, más específicamente su segundo año de preparatoria, sabía que habia tocado con dos antiguos amigos, Ashikiba y Kuroda, el primero lo conoce desde su infancia, y el segundo gracias al mismo que conocía desde pequeño, sin más, sólo se sentó, mirando por su ventana sin prestarle atención a los demás, escuchaba música al tiempo, sin darse cuenta de que llegaron sus amigos.

—¡Jun-chan! ¡Tanto tiempo!—Habló un chico alto, en un tono algo alto atrayendo la atención de el azabache.

—No hables tan alto idiota—Esta vez habló un albino, dándole un golpe al más alto, haciendo que el soltara un quejido.

—Hola, Shikiba, Kuroda—Contestó sacándose uno de sus auriculares riendo, como extrañaba a ese par, tiempo que no les veía. —Shikiba, no fue tanto tiempo, nos vimos hace una semana—.

—Dejalo, sabes que es un dramático—Musito el albino.

—Bueno, asi es Shikiba—Soltó una risa, cosa que imitaron sus amigos, sentándose y hablando de temas muy variados, Sentándose el albino a un lado del puesto de el azabache y el ojos violetas adelante de el nombrado anteriormente, siempre era asi. El grupo reía, hablando de temas muy variados, no de uno en específico, siempre habia sido asi, siempre.

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Caminaba directo a su salón, aún sin saber si alguno de sus amigos estaría en el mismo donde el, tenía la esperanza de que asi fuera ya que no quería tocar sólo, no era bueno para socializar, no es que necesité vivir de alguien, pero ya habia experimentado en mas de una ocasión estar en soledad, como ejemplo su primer año de la preparatoria, si bien habia estado prácticamente sólo al menos podía verse a diario con sus amigos a la hora de comer, pero para el no era lo mismo, sin más, ya al frente de su salón, entró, mirando a los alrededores, hasta visualizar a sus amigos, Naruko e Imaizumi, los conocía gracias al negocio que tenían sus padre, uno muy sencillo, el cual servía todo tipo de comida, generalmente iban deportistas, y ese era el caso de ambos, eran ciclistas, si bien duraron en formar un lazo de amistad, se formó gracias a la actitud sociable de el pelirrojo, el logro hacer que se abriera, y para su sorpresa tenían su edad, cosa que le sorprendió, muchas casualidades, y para terminar, iban al mismo instituto, ¿Que mundo tan pequeño, no?. Se acercó a ambos, dándose el de cabellos rojos cuenta de su presencia antes que el azabache.

—¡Aoyagi-kun! ¡Sabía que tocariamos en el mismo salón!—Rápidamente este rodeo con su brazo los hombros del castaño.

—Hola, Aoyagi—Siempre más serio el azabache, no era de extrañarse, su actitud desde que lo conoce es esa, para el es un misterio como es que el y Naruko eran amigos, aunque estos siempre tenían diferencias —Naruko, no seas tan ruidoso, aturdes—.

—¿¡Eh!? El único que se aturde eres tu, Tontoizumi-kun—Y ahí está, ya habían empezado a pelear.

—Calmense ambos, la gente nos mira...—Finalmente, habló, rascándose la mejilla, con una mínima sonrisa por las absurdas peleas de sus amigos, hablando en voz algo baja, haciendo que estos dos voltearan y vieran, el castaño tenía razón, algunos los miraban, sin más, ambos soltaron un quejido y miraron a otro lado.