Capítulo 147: Diamante de sangre.

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Sate, sate, sate... ¿Le ha pasado que cuando van a vencer a ese jefe de un videojuego que les causó un verdadero dolor de cabeza, resulta que sigue otra fase de la batalla o aparece un segundo enemigo? Pues esa es la situación aquí.

¡La cuenta regresiva para el desenlace comienza! ¡¿QUÉ PASARÁ DESDE AHORA?!  

Arco final: ¡Batalla por el amanecer!




Tras aceptar Shen la derrota, la batalla entre Dragon Slayer y Xing long había alcanzado su final. Chan-Lee, Yao y Mei quedaron paralizados y dudaron en acercarse un momento al derrotado dragón hasta que el viejo se armó de valor y dio un paso al frente

—Ahí estás... —la mirada vacía de Shen observaba las estrellas en el firmamento —. Es momento de terminar con esto...

Después de escupir sangre el dragón negro levantó su brazo derecho, abrió un pequeño portal frente a los tres Xing long y dejó caer un cuchillo que Chan-Lee reconoció al instante.

—Esto es... —el anciano no pudo evitar apretar el objeto entre sus manos.

—Es momento de terminar el trabajo que dejaste inconcluso, viejo... —Shen suspiró —. No te queda tiempo...

—¿Por qué tienes esto? —preguntó el anciano.

—¡Yo qué sé! —Shen bufó —. Un capricho quizá.

Chan-Lee sostenía el cuchillo que se debía haber usado para terminar con la vida de Shen veinte años atrás, perfectamente cuidado, afilado y listo para usarse.

—¿Por qué me das esto?

—Una vez te dije que tendrías que hacerlo, ¿no? Esta es tu última oportunidad de terminar con la maldición.

—¡La pelea se terminó! —respondió el anciano.

—¡No lo ha hecho! —Shen volvió a reír —. No mientras esté vivo, no mientras tenga el zhenzhu en mi poder.

—Entonces sólo debo quitártelo.

—Eso me matará también... pero mucho más lento —Shen estiró su brazo con la mano cerrada —. Quiero morir como un guerrero... como un Xing long. Por favor Chan-Lee, cumple con tu deber, cumple con mi única petición...

Shen entregó el broche de los Lee junto la frasco con las pastillas restantes de Yao y luego dejó caer su exhausto brazo.

—No me pidas que haga eso...

—Debes terminar con esto Chan-Lee. Nadie más puede hacerlo —Shen cerró sus ojos —. Dentro de poco ya no podré controlarme... ¿Es qué prefieres que lo haga uno de ellos? —Shen señaló a los príncipes.

—¡No lo permitiré!

—¡Entonces cumple con tu deber como guardián! —Shen sonrió cálidamente —. No te sientas culpable, esto es lo que debió ser desde un principio...

—¡No lo hagas! —pidió Mei.

Yao estaba en medio de un conflicto interno por lo que quería hacer. Una parte de él deseaba gritarle a Chan-Lee que lo hiciera de una vez, mientras que la otra quería correr para detenerlo. El anciano sujetó el cuchillo con firmeza y se colocó frente a Shen.

—¡No...! —trató de decir Natsu apenas despierto.

—Esta bien Natsu... Fue una admirable actuación... —Shen observó a Natsu con sus profundos ojos azules —. Fuiste el mejor héroe posible para esta historia.

—Debe haber otra manera —Natsu reunió fuerzas para levantarse —. No puede terminar así.

—Así no es como funcionan las cosas... —las heridas de Shen comenzaron a sanar contra su voluntad —. Se les acaba el tiempo... mi conciencia está por desaparecer... pronto ya no podré controlar el zhenzhu.

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