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Me encontraba con mis dos mejores amigas en el centro comercial de mi pueblo. No era un lugar muy grande, contaba con varias tiendas de ropas, un mercado, una tienda de electrodomésticos, y algunas máquinas de juegos para niños. Este era un pueblo pequeño, donde prácticamente todos los vecinos se conocían entre sí, razón por la cual llevaba conociendo a mis amigas desde el jardín de niños. Acabábamos de salir de la última tienda de ropa en el lugar, una de mis amigas, Clara nos recitaba sobre su plan para conquistar a un chico.

-pues va a otro instituto, y está buenísimo, se los digo en serio chicas, no creo que haya conocido nunca a alguien taaann buenorro, me entiendes?- me dijo yo solo asentí con una sonrisa.

Clara es la típica chica que ama las fiestas, vestirse con pura ropa de marca y su pasión es el maquillaje, y los chicos bonitos, lo cual no se le dificultaba mucho ya que era una rubia esbelta de alta estatura, con unos ojos verdes impresionantes. Además de eso es de ese tipo de personas que tienen una personalidad explosiva y extrovertida y un poco dramática a veces.

-que tan si te callas un rato me das dolor de cabeza, para ti todos los chicos son lindos- replico a mi lado Meggan otra de mis mejores amigas.

Por el contrario de Clara, Meggan era más del tipo tranquila, no era muy expresiva ni ruidosa, sus ropas eran más bien oscura, con su propio estilo que si me preguntas a mi estaba muy cool, su largo cabello negro caía lacio por sus hombros terminando en su espalda baja, era de tés muy blanca lo que hacía lucir a un mas sus ojos azabache, la verdad es muy bonita, pero no solía relacionarse mucho, pasaba el día en sus libros y como no, era la nerd de la clase. Yo era la razón por la que no se terminaban jalando de los pelos al final del día, ya que se podría decir que era el término medio de ambas.

-deberíamos ir por un batido al Alex’coffe- solicitó, Clara pasando olímpicamente de Meggan enfurecida a su lado.

Si tan solo ese día la hubiera escuchado, pero como iba a entender yo que solo por querer revisar una última tienda, todo cambiaria.

-qué tal si primero vamos ahí- dijo Meggan señalando el establecimiento delante de nosotras, era uno pequeño con vitrinas de cristal que mostraban varios artículos un poco extraños.- creo que es nuevo-

-no creo que sea mi estilo, ni siquiera venden ropa- replico Clara acercándose a la vitrina- mira eso, son solo antigüedades, me dan un poco de repelús-

-yo quiero revisarlo, a veces en este tipo de tiendas encuentro algo interesante- añadió Meggan tomando el picaporte de la puerta

-yo no pienso entrar-Clara se cruzó de brazos dándole la espalda a la tienda

-vale, espéranos aquí-dije con una sonrisa y entre

Efectivamente el lugar estaba repleto de antigüedades dispuestas estratégicamente en pequeñas estanterías de cristal y madera. En el mostrador estaba una chica, al parecer unos años mayor que nosotras, de cabello rojo fuego, tenía unos lentes cuadrados y vestía con ropas holgadas de tono gris. Si Clara la ve la acusa de crimen contra la moda. Sus ojos castaños se centraron en nosotras que inspeccionábamos el lugar, Meggan estaba curioseando unos libros y yo no sabía muy bien que mirar.

-puedo ayudarte en algo- su dulce voz me sorprendió, hablaba de forma pausada y relajada

-solo estoy mirando un poco, veo que este lugar es nuevo…..es un tanto diferente, a los demás-comente acercándome a ella

-la verdad es que no encaja con la fachada del centro comercial, espero tener alguno clientes, si no, no habrá valido la pena el traslado a este pueblo- dijo con una sonrisa- que tal si lo recomiendas un poco por ahí me harías un favor

-claro, de seguro tendrás muchos clientes aquí, al menos mi amiga será una de ellos- señale a Meggan que revisaba un montón de atrapa sueños de esos.

Ella sonrió aún más- y tú no ves algo q te guste-

Inspeccione con la vista el mostrador y algunos de los estantes detrás de ella, nada parecía algo q realmente usaría o pondría de decoración, pero de repente algo llamo mi atención. Un colgante.

-puedo verlo de cerca-lo señale

Ella lo trajo hacia mí, y lo tome con ambas manos, era una simple cadenita plateada con un dije algo peculiar, tenía una forma algo rara, como si fuera un símbolo de algo, o una palabra de otro idioma, como runas o algo así.

-cuánto cuesta-me halle preguntando

-son 20 dólares, es muy bonito verdad?-comento la dependienta

-sabes que significa?-pregunte aun sin apartar la vista del colgante

-no tengo idea, muchas de las cosas que vendemos aquí son tomadas, de bienes embargados, la mayoría son antigüedades, quien sabe tal vez es algo muy valioso-

-bueno, es muy lindo, me lo quedo-saque el dinero de mi bolsillo y se lo entregue

Me gire un poco hacia la izquierda para encontrarme a Meggan haciendo malabares  para cargar un jarrón gris con garabatos negros y un cuadro enorme de un bosque oscuro y un poco tenebroso. Corrí a ayudarla pagamos todo y nos despedimos de la dependienta. Al salir de la tienda Clara estaba coqueteando con un chico, era alto, cabellos rubios y la verdad muy guapo.

-al fin terminaron, llevo horas esperando-casi grito cuando nos vio

-solo fueron unos minutos histérica- respondió Meggan que cargaba el jarrón

-que es la vida sin drama, chicas este es Marcos- nos presento

-hola-dijo el con una sonrisa nerviosa

-tú eres el chico que está en mi clase de matemáticas-dijo Meggan- si eres tú el cerebrito-

-Meggan no? - pareció recordar él

-pues si ella es mi amiga Meggan, vinimos aquí para ver si podíamos implantarle un poco de color a su guardaropa, ya que tiene una cita esta noche-dijo Clara obviamente marcando el territorio, cuando quería algo no había quien se interpusiera en su camino

-nos vamos?-dije antes de que comenzara una pelea

-si, adiós Marcos, ya tienes mi numero-Clara le guiñó un ojo recogió sus bolsas y salimos del supermercado

Dos batidos después, me encontraba bajándome del auto de Clara en frente de mi casa, me despedí de ellas con la mano y me dispuse a entrar. Mi casa era grande de dos pisos, las paredes externas estaban pintadas de gris que contrastaba con el blanco del marco de las ventanas y la puerta. Estaba separada de la acera por unos metros de un bello jardín bien podado y trabajado por mi madre en su tiempo libre. Me adentre en la casa, mis padres aún no habían llegado así que me metí en mi habitación, me di un baño y con mi pijama puesto me recosté en la cama, no sin antes sacar el colgante de los bolsillos de mi pantalón, y observarlo.

Por tan solo un bonito collar mi mundo estaba a punto de teñirse de oscuridad

Sombras en el lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora