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La luz del sol se colaba por el amplio ventanal que tenía a mi izquierda, y una musiquita molesta retumbaba debajo de mi cabeza. Con pesar y un poco somnolienta desactivé la alarma de mi celular y me puse de pie en dirección a baño de mi habitación, después de una ducha rápida, comencé a vestirme, simple una camiseta blanca y unos jeans ajustados, mis converse negras y una chaqueta de lana azul clara, deje mi cabello castaño peinado a ambos lados de mi rostro cayendo hasta la mitad de mi espalda.

Una vez lista salí de mi habitación, para encontrarme a mi padre en el pasillo corriendo de un lugar a otro.

-papa?, que pasa ahora- suspire, mi padre solía tener muchas reuniones en su trabajo, él era el subdirector de una compañía de márquetin fuera en la ciudad, pero todo el tiempo perdía los papeles y documentos según él por el estrés

-no encuentro, el acta de la última junta y debo entregarla hoy en la tarde- corría revisando en los cajones que había dispuestos en el pasillo en el segundo piso.

-ya miraste en tu maletín- dije bajando las escaleras

-ohh lo olvide- fue corriendo a su habitación que se encontraba a dos puertas de la mía pero en la pared de enfrente.

Llegue hasta la cocina y mi madre ya estaba sentada tomando su café y con el teléfono en la mano discutiendo sobre algo. Ella era la manager de un grupo de música famoso y se pasaba todo el día arreglando sus desastres. Me hizo una señal con su mano libre al desayuno servido en la barra de la cocina. Me senté silenciosa y comencé a devorarlo

-ya lo encontré- los gritos de mi padre venían por las escaleras- ahora tengo q irme me están esperando- le dio un beso a mi madre en la mejilla y uno a mí- para seguir corriendo hacia la puerta- nos vemos mañana- grito ya saliendo de la casa

Termine mi desayuno y ya ahí mi mama siempre eficiente me estaba esperando en el auto. Entre en el asiento del copiloto, y me dio una mirada de desaprobación

-ciérrate más los botones de la chaqueta, esa camiseta está un poco fresca- dijo poniendo el auto en marcha

Yo suspire y seguí su indicación, la verdad era que mi madre era muy exigente, con mi ropa, mis notas e incluso mis amistades, las cuales desaprobaba rotundamente, pero al menos no me lo prohibía. Eso sí tenía toque de queda a las 9 a más tardar en días entre semana y solo si tenía que hacer un trabajo importante, los fines de semana si quería salir debía indicarle la dirección mis acompañantes y debía llegar antes de las 12.

15 minutos después me estaba bajando en las puertas del instituto.

-que tengas un buen día- me dijo y continuo gritándole a sabrá dios quien por el manos libres mientras conducía a su trabajo

Entre a la escuela y recorrí los pasillos atiborrados de estudiantes que contaban sus experiencias del fin de semana pasado, salude a algunos con la mano y una sonrisa. Al llegar a mi casillero guardé mi mochila y tome los libros y apuntes que necesitaba para mi primera clase. Unas manos se apretaron contra mi cintura por atrás y un fuerte olor a colonia cara invadió mis fosas nasales.

-te ves linda hoy princesa-

-Jack, que te he dicho, no puedes andar por ahí abrazándome a cada que me veas- dije separándome de su abrazo y poniéndome de frente a el

-es que me provocas, con ese culito bonito que tienes- respondió sonriendo

Jack era el capitán del equipo de footboall de la escuela. Se lo que estás pensando, el típico cliché de porrista popular con futbolista pues te equivocas. Jack era un chico alto, musculoso, de test bronceada, cabello castaño claro perfectamente peinado hacia atrás, ojos azules con tono verdoso y labios carnosos que cualquiera moriría por besar, a excepción de mí. Era sin duda uno de los chicos más guapos del instituto pero, el problema estaba en que él lo sabía. Pasaba todas las noches de fiesta en fiesta y como casi todos los de su equipo era un conquistador nato.

Sombras en el lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora