Capítulo 1

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En una habitación se encontraba un pequeño niño acostado en una cama y un joven chico sentado en una silla con unos escritos en su regazo.

―Renjun hyung, ¿Puedes continuar con la historia de ayer?. ―preguntó entusiasmado el niño.

―Por supuesto ―sonrió―. A ver, ¿Dónde nos quedamos?. ―Renjun comenzó a buscar en las hojas, inmerso en el contenido de este. Su mirada se pasaba por los distintos párrafos hasta que se detuvo cuándo encontró la parte en la que había quedado la noche anterior.  Susurrando un ―aquí― comenzó la lectura.

...Aunque el final para el jovencito fue trágico, la leyenda dice que cada cien años el reencarnará y al cumplir los veinte y dos años podrá reencontrase con su amado vampiro. Esto fue una muestra de piedad de parte del Dios del Inframundo y el Dios de la Creación para el pobre vampiro que sufría en agonía la pérdida de su amado. Pudiendo así, verse una vez más. Fín.

―El Dios del Inframundo y el Dios de la Creación son tan raros ―Dijo el pequeño―. Primero los castigan por amarse, y luego los permiten verse ¡Que confusos!.

Renjun río ante la ocurrencia de su hermano. ―Hermanito, un humano y un vampiro se habían enamorado y estaban saliendo, quebrantaron una ley importante que existía en esos dos mundos. Los dioses no podían hacer vista gorda. Por eso los castigaron, pero luego sintieron lástima por el vampiro y le permitieron ver al chico. No son tan confusas las acciones que tomaron.

》De todas formas, ya es muy tarde. Tienes que dormirte ahora o mañana no querrás despertarte temprano para ir al colegio. ― Parandose de su asiento se acercó a la cama del niño y lo arropo, dejó un pequeño beso en su frente, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.

―Buenas noches, hyung.

―Buenas noches, hermanito. ―Dijo para luego cerrar la puerta.

                             
 
                                    

                                       °°°


―No...
―No me dejes.
―Por favor, perdónanos
―Te lo suplico

―Es su castigo.

―¡NO!

―¡NO LO HAGAS!.― Renjun se despertó sobresaltado.

Vio que se encontraba en su cama y soltó un gran suspiro, sólo había tenido un mal sueño. Cuando sus pies tocaron el gélido suelo hizo una mueca. Caminó hacia la puerta abriéndola con cuidado, asomó su cabeza para ver cerciorarse de no haber despertado a nadie con su repentino grito.

Al ver que todo estaba en orden cerró la puerta. Pasando sus dedos por las hebras de su cabello, dio un vistazo rápido a todo el cuarto cuándo repentinamente divisó por el rabillo del ojo la figura de una persona en el balcón.

Tragando seco y con el corazón en la garganta volvió su vista al balcón para comprobar la presencia de la persona, pero cuando lo hizo esta ya no se hallaba.

Ya se está acercando. Pensó.

                                 
                                  
                                   °°°

Los días fueron transcurriendo  y el  cumpleaños de Renjun llegó. Celebrando en compañía de su familia y amigos una fiesta que aparentaba más ser una pequeña reunión por lo pacífico, sencillo e íntimo que era.

―...Feliz cumpleaños Renjun, felíz cumpleaños a tí. ―los aplausos comenzaron a sonar por toda la casa y sin esperar un minuto más, Renjun se acercó a soplar las velas del pastel.

―¡Espera! ¡Tienes que pedir un deseo!. No apagues las velas todavía y pídelo ahora.

―Oh, tienes razón, tía. Lo había olvidado. ― Cerró sus ojos un momento y deseó.

"Yo deseo poder vert-"

"Deseo salud y felicidad."

Habiendo ya pedido su deseo sopló las velas  y una muchedumbre de gritos se escucharon.

―Felices veinte y dos años, mi bebito.

―Gracias, mamá. ―dijo un soriente Renjun.

                                      °°°

Cuando la noche cayó y todos en la casa se encontraban dormidos, un ruido proveniente del balcón del cuarto de Renjun se escuchó. Este sorprendido salió del baño, en el cuál poco minutos antes se encontraba duchandose. Con una toalla secó su pelo mientras se dirigía al balcón, la tiró a la cama y decidido abrió las puertas que lo separaban del exterior de la habitación.

Y ahí después de mucho, lo vió sentado en las barandillas del balcón.

―Jaemin... ―susurró.

―Te extrañe demasiado. ―una sonrisa apareció en el rostro de Jaemin, mostrando las perfectas perlas en su dentadura. Sus delicadas facciones sólo lucían aún más hermosas bajo la luz de la luna. Era un ser con una belleza exorbitante, y ¿Cómo no? los vampiros eran conocidos por su gran apariencia.

Renjun estaba impactado, sus manos temblaban y su visión era borrosa gracias a las lágrimas acumuladas en sus ojos. El seguía estático en su lugar.

Jaemin soltó una pequeña risa. ―Te estuve esperando por mucho tiempo, ¿No piensas darme si quiera un abrazo, mi amado?.

Saliendo de su trance, renjun corrió hacia los brazos de su vampiro y este lo abrazó con fuerza, como si temiece a que se desvaneciera.

Juntaron sus labios y comenzaron un beso tierno que decía lo mucho que se extrañaron, y lo mucho que se amaban. Separaron sus labios en busca de aire y juntaron sus frentes mientras sonreían. Y juntos susurraron:

"Si tengo que esperar cien años para verte, los esperaré. No importa el tiempo que tenga que esperar si eso significa poder verte.  Porque yo soy tuyo, y tu eres mío. "

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2021 ⏰

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A hundred years | renmin one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora