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Elena camina a mi lado enganchada a mi brazo y sin parar de parlotear sobre su boda y lo cuidadosa que ha sido con cada detalle de la organización.

—Mañana es la cena de ensayo y la prueba de mi vestido, tomarán tus medidas también para el vestido de dama de honor.

—¿Seré tu dama de honor? —pregunto sorprendida, definitivamente esta no es la Elena que conozco.

—Por supuesto tonta, eres mi hermana, quedaría mal ante la prensa si no estás junto a mí al momento de pronunciar mis votos —explica, que lindo que su razón sea tan fraternal, nótese el sarcasmo.

—¿Habrá prensa? —pregunto sorprendida, quizás he subestimado la importancia del trabajo de mi hermana.

—Te dije que lo celebraría por todo lo alto, llevaré un Nina Coutore en mi cuerpo, obviamente va a haber prensa Megan.

Nos detenemos frente a la puerta de la habitación 305 que al parecer es la nuestra, el botones abre con la tarjeta magnética dándonos paso a nosotros primero, miro a mi alrededor y debo decir que el lugar es precioso, la alfombra beige y los muebles blancos le dan un toque elegante, refinado, digno de la fama que tiene, la cama King size con cabecero blanco y edredón dorado tiene espacio como para que puedan dormir tres personas juntas, suficiente para ni siquiera rozarnos en toda la noche pero aun así me niego rotundamente a dormir con Gabriel.

Justo en frente de la cama hay un gran mueble simulando una madera color caoba, tiene varios adornos y compartimentos, pero la cereza del pastel es la televisión de cincuenta pulgadas que hay encima.

Tal como mi hermana había prometido, desde aquí comienza la arena blanca y a pocos metros el mar, solo basta bajar la pequeña terraza para estar en la que parece ser la parte más tranquila de la playa, no hay muchas personas y el oleaje es bastante ligero.

—Los dejamos para que se instalen, por favor si hay algún problema déjenme saber. —dice Marco amablemente, toma a mi hermana de la cintura y comienzan a caminar juntos a la puerta.

—Recuerda todo lo que te dije hermanita. —dice Elena girándose sin salir del medio agarre de su prometido.

—Claro, no lo olvidaré —Aseguro para que se esté quieta y se largue de una vez.

—¿Segura? Puedo enviarte un mensaje de texto para que lo tengas anotado.

—Elena, si nos disculpas estamos agotados, nos encantaría tomar un largo baño de burbujas y encontrarte para la cena. —Le digo a ver si capta la indirecta y se larga ya de una vez.

Necesito hablar cosas importantes con Gabriel y obviamente no puedo hacerlo con ella husmeando y de paso haciéndole un escáner completo a mi supuesto novio.

Gracias a dios Marco consigue llevársela dejándonos a solas, espero unos minutos para asegurarme de que ya vayan lejos donde no puedan escucharme y me giro a hablarle a Gabriel.

—¿¡Pero qué haces!? —Pregunto desconcertada al verle deshaciéndose de su ropa, está sin camiseta y sus vaqueros están desabrochados dejando entrever el bóxer negro.

Le doy la espalda para evitar ver más de lo que ya vi, siento mis mejillas palpitar justo como palpita otra parte de mi cuerpo que inevitablemente responde al estímulo visual que acabo de recibir ¡Santo dios! ¿Cómo se supone que voy a evitar la tentación? No llevamos una hora de convivencia y ya tengo la imagen de su cuerpo semi desnudo grabado en mi retina.

—¿Qué pasa, nunca has visto a un hombre en ropa interior fierita?

—¡Ugh, si! Pero...límites Gabriel, límites.

Un Novio De Alquier (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora