La Chica De La Apuesta.✔

Capitulo 38|Noche vieja.

Desde el día de la fiesta, los días pasaron volando y hoy es noche vieja.

El último día del año.

Ian me pidió que fuera su novia y acepte, solo por lo maravilloso y bonito que me pareció.

Flasback.

No se porque, pero estamos entrando en una heladería y la verdad es que ahora quiero un helado.

— Ven.—  Dice cogiendome de la mano y llevándome hacia una mesa para dos.

Esto está muy vacío...

— No hay nadie.— Comento y el se rie.— ¿De que te ries?— Pregunto extrañada.

— Nada, nada...— Dice, pero sin dejar de sonreír.

Que rarito...

Un camarero llega y Ian pide un gran helado, diciendo que lo compartiremos.

No me molesta compartirlo, pero si se queja de que como mucho que no me reclame nada... a sido el, el que quería compartir.

— Ya está aquí.— Dice Ian, cuando ve al camarero venir con nuestro helado.— Ahora vengo.— Dice y se va con dirección hacia el camarero.

Después de hablar un rato, el camarero cede y le da el helado a Ian, el cual sonrie y viene casi corriendo hacia mi. No llega a venir hasta a mi, porque tropieza con una de las patas de las mesas y cae, haciendo que el helado caiga por encima de el y que el vaso el que estaba puesto el helado se rompa.

Me levanto corriendo para ayudarlo y con cuidado de no cortarme con los cristales, llego hacia el y lo ayudo a levantarse, cosa que el niega y apoyando solo una de sus rodillas en el suelo y la otra levantandola, para solo apoyar el pie. Saca una caja de su bolsillo, la abre y apunta hacia mi dirección.

¿ME VA A PEDIR MATRIMONIO?¡QUE FUERTE!

— ¿Quieres ser mi novia?— Pregunta.

Por lo menos me a pedido algo...

Los mito y veo como el helado de chocolate a estropeado su perfecta y blanca camisa, aparte de que en su pelo también hay algo de helado.

Me río.

— Claro que si, heladito. — Le digo y cuando veo que se levanta y hace el intento de abrazarme, me aparto y levanto una de mis manos, para pararlo.

— Quieto ahí, heladito.— Le digo y el hace un adorable puchero.— Estas manchado.

— Y tu eres mía.— Dice u después me abraza con todas sus fuerzas, por más que intento que se aparte.