ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇs

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Los dos caminaban sin emitir algún tipo de ruido. Bueno... solo se podía escuchar como crujían algunas ramas y las piedras del piso, ya que para llegar a la casa de Hyunjin tienen que pasar un pequeño bosque, o, se pueden ir por el camino más largo pero decidieron escuchar el corto.

Lorraine caminaba con la vista baja, tenía demasiado frío y un escalofrío recorrió su cuerpo haciendo que parara de caminar, Hyunjin volteó a verla sin saber que era lo que estaba pasando.

—¿Pasa algo?—preguntó con un tono delicado.
Ella rió nerviosa y lo miró.

—Solo tengo un poco de frío, no es nada—se acercó a él. —Vamos, antes de que nos gane la noche, no me da buenas vibras este bosque— lo dijo volteando a ver a un lado, y a lo lejos pudo visualizar una silueta, alguien parado a lo lejos, con un saco demasiado largo que llegaba a los tobillos, la estaba saludando, el movimiento de muñeca era demasiado lento de aquella persona.

—Yo... Hyunjin por favor vámonos.

Lo volteo a ver, su respiración se agitaba, quería salir de ahí ahora.

En cuanto pudieron llegar, ella entró demasiado rápido a la casa de Hyunjin y se sentó en el sofá con demasiada confianza, como si ya había estado ahí varias veces.

—¿Estas bien? ¿Te puedo ayudar? ¿Quieres hablar?— tenía curiosidad de saber que era lo que le pasaba.

—N-no, no te preocupes, eso solo que me altere un poco— sonrío falsamente. —¿Puedo... servirme un vaso de agua?— dijo con timidez, nunca fue tan abierta con el.

—Si claro, lo mío es tuyo... sírvete yo voy a ponerme pijama, lo que traigo puesto es demasiado incómodo.

Los dos rieron por aquello, por fin podían entenderse... o tal vez, se entienden demasiado bien, pero son demasiado idiotas como para notar aquello.

La tarde la pasaron demasiado bien, no sacaron ni tocaron temas de los que no querían conversar, hasta pidieron pizza para pasarla mejor pero se arruinó al ver quien era el repartidor, era Bang. Hyunjin por un lado se molestó y Lorraine se dio cuenta de eso, se molesta con cualquier persona que se le acerque a ella, lo mismo paso con Felix, Hyunjin siempre decía que no le daba buenas vibras aquel chico, ahora con Bang, simplemente no le agrada, no le da buenas vibras, prefiere que ella pase el tiempo con Lee, a que la pase con Bang, aparte de lo que hicieron, simplemente le da asco.

—Hyunjin... vamos, hace unos momentos estabas riendo, ¿es por Bang, cierto?— le dio un mordisco a la rebanada de pizza.

El no dijo nada, solo siguió comiendo su rebanada de pizza, no quería hablar. Minutos después ella se acabó su rebanada y bufó pesado, aparte de llena, estaba cansada, era hora de que fuera a casa.

—Bueno— soltó un suspiro y se levantó de su lugar. —Creo que es hora de que regrese a casa, mi madre me espera— acomodó la silla en la que estaba sentada y agarró su celular lista para irse.

Hyunjin no dijo nada, se levantó de su lugar y se acercó a ella, con la mirada en el piso, sujeto de la muñeca de ella, tratando de no lastimarla.

—Espera...— ella se giró para verlo. —Ya es demasiado tarde como para que andes en las calle sola.

Soltó un suspiro. —Hyunjin... ya te acompañe tal y como me dijiste, ahora tengo que regresar a casa.

—Por favor... quédate, solo por una noche, ¿si?.

No me destruyas | hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora