Capítulo 6. Sólo amigos.

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Ahí va otra vez, la chica a la que amo, estábien pues sólo somos amigos... Todos esperan que nos enamoremos tú y yo, hasta elfin de los tiempos, mientras esté en tu mente sé que pasará, he estadoplaneando todo, una cerca blanca y un jardín de rosas, seguiré soñando peroestá bien porque somos sólo amigos.

Pasé toda la noche dando vueltas en mi cama con la nota en mis manos, ¿qué estaba pensando? ¿Por qué quería conocerme? ¿Podría él darme lo que busco? Pero, ¿qué era lo que buscaba? ¿Amor? Sólo tenía catorce años no sabía nada de amor, aunque Julieta tenía mi edad cuando se enamoró de Romeo... No, era algo completamente absurdo, no debía ir pero quería ir. Eran las tres de la mañana y no podía dormir, ¿por qué yo? ¿Por qué se fijaría en mí? Había olvidado cerrar las cortinas de mi habitación por lo que el sol entró por la ventana y me iluminó toda la cara, fruncí el ceño y me tapé el rostro con las sábanas, después de un rato me levanté y vi el reloj, faltaba media hora para las doce. Me levanté corriendo y me metí a bañar, al salir me vestí con un vestido azul, unos leggins grises, una chaqueta de mezclilla y un par de tenis azul igual que el vestido, tomé un bolso donde guardé algunos galeones y salí corriendo hacia la chimenea, Logan me detuvo –¿a dónde vas con tanta prisa?– preguntó algo divertido.

–Debo ir al Callejón Diagon, olvidé comprar algo– le mentí.

–Muy bien, te acompaño entonces–

–¡No!– lo miré –preferiría ir sola, en verdad–

–No voy a dejarte sola An, deja voy por una chaqueta y te acompaño– insistió.

–Logan, por favor, necesito estar sola– le pedí –no me pasará nada, en verdad–

–Está bien, no insistiré pero ten cuidado– me dijo –¿usarás la red flu?– asentí y fui a la chimenea, tomé un poco de polvos flu, entré en la chimenea y los arrojé, un momento después estaba en el Callejón Diagon. Limpié mi ropa con mi varita y corrí al Caldero Chorreante, entré y comencé a buscar a Draco, pero no lo encontré, miré mi reloj y apenas habían pasado cinco minutos después de las doce. Me senté a esperarlo, ¿qué demonios hacía ahí? ¿Y si era mentira? ¿Y si sólo estaba jugando conmigo? Era realmente una tonta, no podía creer que en verdad haya ido hasta ahí, seguro Malfoy debía estarse riendo de mí.

–Soy una tonta– dije entre dientes.

–Te dije que podías ser todo menos tonta– alguien susurró en mi oído, mi respiración se detuvo, Draco estaba detrás de mí, había pasado una mano por mi cintura hasta dejarla enfrente de mí y en ella había una rosa –para ti–

–Gra... gracias– balbuceé tomando la rosa y me giré para mirarlo, él me sonrió y se sentó a mi lado.

–No creí que vendrías– me dijo.

–Ni yo lo creía– confesé mientras pasaba mis dedos por los pétalos de la rosa –¿para qué me citaste aquí?–

–Quería verte– me dijo –en verdad quiero conocerte– tomó un mechón de mi cabello y lo pasó detrás de mi oreja –lo estuve pensando y no me importa lo que digan–

–¿En verdad?– lo miré, él asintió.

–Quiero demostrarte que en verdad puedo ser diferente, sé que tú me ves como un arrogante y presumido, pero...–

–No creo que seas así– le acaricié la mejilla con la palma de mi mano, él se fue acercando a mí, cerré mis ojos y él comenzó a reírse, abrí los ojos y lo vi enfrente de mí carcajeándose, fruncí el ceño –¿qué te pasa? ¿Cuál es la gracia?–

FEARLESS (Draco Malfoy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora