Desde ese primer día en que él llegó tarde y peleó con Soul y Black Star, Maka quedó maravillada.
Incluso antes, cuando escuchó que alguien que no era un meister de alto rango había tomado y completado aquella misión en Egipto, ya estaba maravillada.
Entonces, cuando por fin lo vio... ¿sólo sintió admiración? ¿no pensó en nada más que en lo bueno que era combatiendo y la buena sincronización que tenía su alma con las de sus armas?
Ciertamente, no. Pero ella lo negaría durante un tiempo.
Conforme pasaron los días y lo fue conociendo, le fue cayendo cada vez mejor, si tenía que definirlo, las palabras que usaría serian: Respeto y Elegancia.
Era increíble que con Kid coincidiera mucho más que con su arma, Soul, pero son maneras de encajar, no todos se llevan igual de bien con todos.
Aunque, la manera en que ellos coincidían era distinta. Kid era distinto. Era ágil, inteligente, respetuoso, elegante y lindo.
Ella lo aceptó, le parecía lindo y aceptarlo era un avance. Lo que no sabía era que a partir de aceptar eso, el resto de emociones que estuvo conteniendo, estallarían en un rubor incontrolable cada vez que él le dedique una de sus dulces y poco vistas sonrisas.
Con estos nuevos sentimientos aceptados y a flor de piel, se sentía acorralada y no sabía cómo actuar con él.
Lo evitó durante unos días, necesitaba tiempo para controlar su corazón, pero extrañaba conversar con él, se habían vuelto cercanos y ahora ella lo alejaba.
Kid se cansó, y un día al finalizar las clases, siguió a Maka hasta la biblioteca, sabía que si le pedía que hablaran, ella huiría. Así que la siguió.
Mientras estaba distraída buscando un libro, Kid se acercó y apoyó un brazo sobre la estantería, dejándola sin escapatoria.
Maka estaba muda y con la mirada clavada en un libro que tenía en sus manos, no se animaba a ver los ojos dorados de Kid.
Luego de pedirle que no escapara y que acepte conversar con él, bajó el brazo, pues confiaba en ella. Pero Maka sin pensar se echó a correr.
No llegó muy lejos.
Kid la tomó de la mano, fue lo único que alcanzó a agarrar para evitar que escape, y mientras ella se daba por vencida y esperaba los gritos furiosos del joven shinigami, lo único que escuchó fue una voz rota.
"¿Qué hice mal?" Fue lo que escuchó salir de la boca de él, se lo escuchaba apenado. Ella se dio vuelta sorprendida, esta vez viendo a ese par de tristes ojos dorados.
No alcanzó a responder, él la interrumpió, confesándole que era la primer persona que se le acercó e interesó en cómo era, en cómo estaba, no era alguien falso, y se ganó su cariño, la quería y por eso le dolía que lo evite.
Ante tan sinceras palabras, ella lo abrazó, conteniéndolo un poco y diciéndole que la razón por la cual lo estuvo evitando, era porque estaba sintiendo algo más por él.
Él correspondió su abrazo, y sus almas se sincronizaron. Ninguno podía verse las caras, pero ambos estaban igual de sonrojados. No hicieron falta palabras, sus almas hicieron el trabajo.
Sus miradas se encontraron, y sus manos se entrelazaron.
Esto no era admiración, siempre fue atracción, y ahora, es amor.
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¿Qué les pareció? :^)
•Mitsu~
