Ya eran las 2 am , llovía y se escuchaba el tumulto de las gotas justo fuera de la ventana de dónde entraba una luz tenue que sólo servía para calmar la preocupación de un joven recostado en la cama, el rostro del chico no mostraba más que desinterés, perdido en sus pensamientos. Pasaban tantos escenarios lejanos , estar con amigos riendo en la noche, ser reconocido en el arte que tanto amaba o sólo pensar en que alguien sería el amor de su vida y será feliz, pero claro que no era nada más que su imaginación. Así continuó hasta ya entrada la madrugada, cayó dormido sin saber.
Al día siguiente tuvo que salir de sus fantasías, despertar para volver a ver que no vivía en un lugar de ensueño pero no le hacía sentir mal. Valoraba completamente el esfuerzo que su familia ha hecho, una casa pequeña, ropa sencilla y los víveres que apenas cubrían lo necesario.
-Tweek- escuchó una voz aguda, su madre - es hora de almorzar cariño.-
-Si, ya voy- contestó sin ánimos.
No tenía interés en comer, claro que tenía hambre pero no quería aumentar de peso. Se dirigió hacia el baño para lavar sus dientes ya que no puede hablarle a nadie si no lo hace, se siente incómodo.
En sandalias, un pantalón suave y holgado con una camiseta grande y fresca, se sentó a la mesa y olvidó por completo que no quería consumir nada solo con ver que mamá le había preparado su desayuno favorito, huevo frito sobre pan tostado.
-Come ¿ o me vas a dejar sola?- animó la Sra. Tweak colocando su plato y uniéndose a Tweek.
- Muchas gracias-
- Cuando acabe iré a la cafetería, si quieres pasar estaré allí hasta tarde-
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Después de un baño salió camino a la cafetería familiar, no sale mucho pues no se lo permiten y aunque sea mayor de edad no es tan sencillo para él desobedecer así que desconoce los alrededores. Siempre que llega a salir admira y disfruta la vista por más sencilla que sea. Estructuras de piedra, madera o adobre, construcciones no tan grandes cubiertas por follajes. Las calles eran de lozas de piedra, por las ranuras se asoman brotes verdosos y de vez en cuando pequeños retoños, las casas por las que pasaba eran de diferentes materiales entre maderas y loza, casas sencillas con parteaguas con faroles en las entradas y ventanas que se alumbraban en la noche. Gracias a la lluvia todo se veía tan hermoso, ese peculiar aroma a tierra mojada llenaba los pulmones de Tweek calmándolo y esperando que fuese un mejor día.
La villa convivía en perfecta armonía con la naturaleza pues formaba parte de esta, era común que las puertas fuesen de madera, los muebles de acostumbraban de madera y pieles tratadas o tela hecha por los telares del pueblo. Caminos empedrados en el centro y al alejarse se volvían de tierra trabajada, aunque el pueblo era grande no era lo suficientemente enorme como para no poder salir facilmente de él.
La cafetería no se queda atrás, sencilla y acogedora, acompañada de ese aroma por la lluvia ligera, luces amarillentas y toques naranjas con mesas para los clientes, personas consumiendo los postres y bebidas que Tweek a veces mejoraba o modificaba en preparación.
En días como éstos muchos clientes llegaban resguardándose de la lluvia y hoy no sería la excepción, se escuchó la campana de la puerta junto con pisadas de varias personas riendo.
-No puedo creer que tú muleta se atorara así Jim jaja - soltó entre risas un chico castaño un poco más robusto que Tweek.- Bueno, ya cállate haces mucho ruido - dijo el chico en muletas también riendo.
Fueron interrumpidos por unos brazos rodeándolos y llevándolos a una de la mesas con asientos acojinados.
-Muévanse, quiero pedir algo que tengo escalofríos- les dijo mientras se acomodaban en el lugar.
- Craig, qué quieres pedir? Iré a ordenar de una vez- le preguntó un chico negro con una vestimenta un poco mejor del promedio.
Tweek los observaba desde el mostrador por lo que tomó la orden.
-Si eso es todo su orden estará en unos momentos.- Tweek no sabía porqué pero se sentía raro en ese momento.
Tomó alrededor de 15 minutos tener todo listo ya que uno de ellos pidió que en su rebanada de pastel se escribiera su nombre, "Clyde".
Tweek acomodó todo en una charola, un café moka mediano, un chocolate grande con dos popotes y un café normal acompañando una rebanada de pastel de vainilla, un muffin de chispas de chocolate y un pie de limón.
Al acercarse a la mesa para entregar los pedidos pudo ver mejor a los chicos, poniéndose nervioso cuando observó a quien llamaban Craig, cabello negro, piel apiñonada, ojos verdes, cejas pobladas y por el frío de fuera de dónde venía tenía tonalidades coloradas en la cara. Ya había sentido este tipo de nerviosismo antes y sabía que se debía a qué le parecía atractivo.
-A-aquí están sus ordenes, cualquier cosa que necesites- echó un vistazo a Craig - NECESITEN, aquí estoy. Disfruten -
Se retiró apenado por lo que acababa de decir cuando comenzó a percibir un olor a pumpkin spice, cosa que le parecía rara ya que hasta el momento no hubo pedidos de tal cosa.
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El día continuó como siempre, ayudando en la cocina, sirviendo las mesas hasta la hora de cierre. Aún podía ayudar en el negocio ya que aún no ha entrado a la academia, ha esperado dos años puesto que no sabe qué estudiar y sus padres comprenden que no quiere que "desperdicien" su dinero en algo que no le interese. Es bueno en algunas cosas pero no se siente lo suficientemente talentoso como para dedicar una carrera además de no ser tan común asistir.
CRACK!! CRACK!!
Un ruido sacó a Tweek de su trance en el que se preguntaba qué hará en el futuro cercano, volteó detrás suyo para encontrarse con dos tazas rotas en el suelo, tal vez habían rodado hasta el filo del lavabo o quizá había rozado la pila de trastes.
Después de alistar todo decidió llevar a casa los pocos postres que no se vendieron, después de todo siempre ofrecen productos frescos y le servirían para invitar a sus amigos que lo visitarían.
Volvió a casa antes que sus padres, ellos se quedan para hacer inventario, cortes y ordenar todo. Justo a tiempo para recibir a sus dos amigos, Damien y Kenny. No era común que pudieran encontrarse tan tarde.
- Pasen, traje algunos postres- se hizo a un lado para dejarles pasar.
- Disculpa si llegamos algo tarde, este tonto no dejaba de ver a Butters- Se burló Damien empujando a Kenny hacia la sala.
-Jajaja que quieres que haga si es tan lindo?- se dejó caer en el sofá.- Acaso nunca han visto a alguien tan lindo que te paralizas?-
Y eso hizo que Tweek recordara al chico en el café, pero no duró mucho, un "Ack!" lo volvió a regresar. Kenny se quejó sobando su mejilla.
- Qué pasó?- preguntó Tweek.
-AJAJAJAJAJAJAJAJA- rompió en carcajadas Damien- AJAJAJA u-un muffin lo golpeó en la cara ajaajaj- no aguantaba la risa mientras se sostenía el estómago.
- No te rías Damien, je jeje - se hechó a reir de lo gracioso de la escena- pero cómo? ajaja Damien fuiste tú?-
-Claro que no-
-De qué están hablando?- Tweek no entendía nada, solo le causaba gracia.
-Ah, es verde- dijo Kenny tomando el muffin que claramente tenía una tonalidad dorada.
-Síp, pero nosotros no...-
-De qué hablan? es de chispitas de chocolate-
-Tweek, te han pasado cosas raras?- Damien tomó la mano de Tweek sentándolo en el sofá-
-No realmente-
-Quizá algo que se moviera u olores que no son comunes...- guió Kenny.
-Ah, pues en la tarde olí pumpkin spice aunque aún nadie lo había pedido y se cayeron unas tazas en la cocina-
- Si, definitivamente es verde-
-Tweek, al parecer brotaste- Kenny sonreía tan alegre
-Qué?-