El diario de Anne [El Reino De Argot]👑💍[En Edición]

1🌳El Bosque Blanco🌼

Un día normal y rutinario.

Era una noche muy ventosa, Anne terminó de limpiar los trastos cuando se dió cuenta de que su caballo Jacob necesitaba comer algo, así que fue a revisar que su padre estuviera ya en la cama para ir a verlo.

La casa de Anne era una cabaña muy modesta de dos plantas, construida totalmente por su padre, que al trabajar con madera muy bien solía cobrar a parte por estos servicios, la fachada era de madera pulida y barnizada totalmente, no tenía pintura ni otro tipo de adorno salvo lo principal, lámparas, dos muebles de madera del lado derecho de la casa con una pequeña mesa, dos escalones de piedra para subir a la misma y un techo rojo de ladrillos y madera en conjunto.

La rodeaba una pequeña cerca no tan alta pero sí bastante larga y ancha para que su caballo Jacob diera sus paseos matutinos y pudiera moverse sin perderse de la vista de la chica.

Era una vista hermosa y Anne estaba muy contenta con el sitio donde vivía, era tranquilo, espacioso y sencillo. Justo como le gustaba vivir o más bien como estaba acostumbrada.

Anne solía ayudar mucho a su padre en la casa, en la comida y en la limpieza, así que estaba dándole los últimos toques a la cocina mientras pensaba en su caballo. Ya tenía que comer algo.

Jacob era un caballo blanco brillante de una personalidad poco común en un simple animal. Tiene gestos que parecen de un humano, miradas, quejidos, muchas cosas que Anne notaba, pero prefería callar. Por dentro todo eso sólo despertaba su curiosidad. Siempre buscaba protegerla, Defenderla de cualquier manera.

Un día unos ladrones trataron de meterse a la casa y Anne en ese momento estaba sola, porque su Padre estaba comprando comida para los animales de su granja. Jacob saltó la cerca de una manera que Anne trato de asimilar, simplemente no pudo por la sorpresa repentina de verlo así. Luego de haber saltado corrió muy rápido a la entrada de la casa y tomando una piedra con su hocico la lanzó fuerte lastimando al primer ladrón que había saltado la cerca, le dió en la cabeza y éste cayó al piso inconsciente.

Anne se preguntaba cómo un caballo podía tener tanta destreza y precisión.

No es cosa de caballos es cosa de su Jacob.

Anne salió haciendo el menor ruido posible al patio de su casa. Era una noche ventosa, los rizos de su cabello se movían a la par del silbido del viento. Ella se abrazó así misma y siguió el camino.

Casi se desmaya cuando vió que su caballo blanco no se encontraba en su sitio de descanso, era muy extraño porque la chica tuvo que abrir la rejilla que lo mantenía encerrado en su pequeño pero cómodo establo. Por supuesto había saltado de nuevo, pero ¿Por qué?, sólo ocurría eso cuando era algo grave o cuando él notaba que algo extraño estaba sucediendo. Jacob siempre le obedecía en todo, nunca se escapaba solo salía cuando Anne lo sacaba a pasear a menudo en las mañanas y tardes, era muy extraño que no se encontrara en su lugar.