"Perdón por haber hecho esto,
ahora la sangre está en mis manos."
—Alec Benjamin.7 de diciembre
9:32.a.m.
Musutafu, Japón.La fría mañana en Musutafu comenzó en una aburrida clase de Biología, detrás de las ventanas se podían ver los copos de nieve caer lentamente, desvaneciéndose en los conjuntos de gélida escarcha amontonada en el patio, la puerta se mantenía cerrada para conservar calor en el salón, las mejillas estaban sonrosadas y las manos se escondían entre los afelpados abrigos tratando de mantenerse cálidas. Los cables congelados hacían interferencia en las luces del salón haciendo que estas parpadearan. El frío en las mesas de los pupitres impedían que los codos y manos de los estudiantes las tocaran. Durante las primeras horas de las clases, solo se escuchaban las respiraciones de los alumnos, molestos y estresados por el álgido que se presenciaba en cada rincón de la preparatoria.
Bakugou estaba recargado en una de esas frías bancas del lugar, desanimado por la monótona clase que se le presentaba, sus ojos granate apuntaban hacia un punto fijo en aquella banca que se le hace muy familiar, raspando los bordes de la tabla, para Katsuki este día era como otro cualquiera, todo era completamente normal, hasta que entre el silencio crecieron unos estrepitosos y desgarradores gritos que hicieron eco en toda la escuela, la maestra como los alumnos reaccionaron impresionados, bakugou respondió al alarido y rápidamente la clase fue hacia donde se provocó el bramido.
Los fuertes pisoteos se escuchan en todo el pasillo, el montón de jóvenes se acerco hacia aquel niño que se presenciaban en el piso, tumbado sacando lágrimas de los ojos, sus pupilas parecían que no tenían alma, no se podia ver más que susto y temor, entre los murmullos de los adolescentes dos profesores llegaron a ver que había ocasionado tal grito, aceleradamente voltean hacia el oscuro salón, un gran derrame de sangre se acercó lentamente hacia la salida del aula, sin razón alguna su vida se había detenido, la pequeña multitud contemplo aquel lento chorro de sangre, sus miradas se deformaron, quedaron atónicos ante aquel escenario, la gente no sabía como reaccionar, simplemente retrocedió al punto de acelerar su paso hacia atrás, los jóvenes se empujaban y apresuraban a llegar a la salida, bakugou había caído por los empujones de los estudiantes, tratando de salir antes, los gritos de las mujeres y la alarma de la U.A hacían que la multitud se pusieran más tensa, presionando más a la gente, Bakugou corriendo alcanzó a ver que es lo que estaba ocasionando todo el alboroto, bajo la velocidad y alcanzó a ver un poco aquel cuerpo mojado en la parte inferior de su ropa, Katsuki después de mirar el límite que se podía ver, siguió con su camino renunciando a ver aquella escena que le ocasionaba miedo y preocupación.
Ya en la salida Bakugou frena y se agacha poniendo las palmas de las manos en sus sucias rodillas para respirar aire mejor, el rubio trato de agarrar soplo de la brisa que le empujaba ligeramente la ropa y su rubio cabello, el estacionamiento con tierra y polvo, en los bordes lleno de repercusión de los coches, los policías y los gritos, estaba lleno de casi toda la U.A, el rubio trato de seguir con su camino hasta la salida del estacionamiento, llevaba ya dos pasos hasta que le llamo la atención ese chico de cabellos verdes que corría apresuradamente hasta un choche negro, Katsuki no quitaba su mirada de ese desconocido, la gente lo empujaba ligeramente, las ropas de los demás rosaban como la suya, no quería dejar de verlo, hasta que otro extraño se unió a su mirada, un grande hombre de piel pálida, con marcas de batalla en los brazos y en las manos, se le hace familiar pero realmente no reconoce aquella presencia que estaba ahí, su cara no se alcanzaba a ver, el se ve muy seguro y confiado al subir a ese misterioso vehículo atezado, ¿quien es..? Bakugou empezó a sentir mas curiosidad pero se interrumpió al volver a la realidad, todo lo que le importaba era estar seguro e ir a su casa.
El cenizo va a pasos un poco apresurados, nervioso y desconfiado por estar solo, el clima se ponía más denso, se aproximaba la niebla, no se veía nada, tropezaba un poco con rocas amontonadas que estorbaban en el camino de Katsuki, la nieve ya había llenado los rincones de espesa nevisca.
—¿Que mierda fue eso?—Bakugou dice preocupado y aterrorizado por haber contemplado aquel escenario que no lo dejaría dormir varios días.
El rubio no podía ver nada por la sofocante bruma que presenciaba en los alrededores, forzaba la vista para aclarar su camino, parece que no funciona, las calles grisáceas se mostraban inseguras a aquel que andara solo de día como de noche. Las rosas, tulipanes y más, estaban cubiertas con una ligera capa de cellisca blanca, las decoraciones de navidad estaban caídas aun lado de las entradas de los hogares. Bakugou llega hasta esa gigantesca e insegura casa, Katsuki solo se quedo parado delante de su hogar, tomando las cintas de su mochila con los pulgares mirando hacia adelante, la cámara voltea y apunta hacia su cara, lo mira de pies para abajo, y una voz muy amable se hace presente en el silencio.
—Muy buen día señor Katsuki, pase, por favor.—Katsuki lo ignora completamente, irritado por la misma voz de siempre, las rejas del lugar rápidamente se abren paso para aceptar la presencia de aquel chico que había llegado, Katsuki camina lentamente hacia el lugar, unas luces naranjas mantenían el ambiente un poco cálido, unos hermosos y enormes árboles muy bien mantenidos hacían presencia en la entrada de esa casa, todo era de un simple y elegante color blanco. Hasta que llegó el aroma a ese perfume, Creed Aventus, esa fragancia tan característica, de ella.
Bakugou empujó las enormes puertas blancas haciendo eco en todo el lugar, unos hermosos sillones lechosos acompañados con una pequeña decoración dorada, colgaban esferas blancas iluminando toda la bella area, habían colgadas obras de arte en autoría de pasados pintores como, Leonardo Da'vincci, Van Gogh, Dalí y más, también estaba la existencia de un piano, donde Katsuki practicaba día y día hasta saberse Opus Clavicembalística, aquella canción que le hacía tensar los dedos. Bakugou mantenía la cabeza agachada, tratando de no ver a la persona que se acercaba, entre el silencio se presento el sonido de unos tacones, Katsuki al contemplar aquel sonido solo cerró los ojos cansado, harto, ansioso, nervioso hasta la punta de los dedos. El silencio llega de nuevo cuando esa mujer acaba su camino enfrente de aquel cenizo, esa hermosa y delgada mano decorada de preciosos anillos plateados y dorados llegó hasta la barbilla de Bakugou, la palma empezó a subir forzadamente la cabeza del joven hasta verla a la cara.
Mitsuki, una poderosa mujer capaz de hacer cualquier cosa sin temor y piedad, orgullosa como delicada, un divino blanco tintaba su apretado vestido, en su pálido cuello llevaba un verde collar, llamativo para cualquier tipos de ojos e intereses, un atractivo cabello corto que roza su afilada mandíbula, esos ojos color jaspe que podían ver tus debilidades y miedos, calmados pero imponentes, cualquiera diría lo mismo.
La mano de Mitsuki en un momento espontáneo suelta la barbilla de Bakugou, La mirada de la mujer rápidamente se aparta de los ojos de Bakugou, Mitsuki agarra una hermosa chaqueta con pelaje de borrego, coloca unos hermosos guantes blanquecinos en sus pálidas manos, y sin dirigirle la mirada cambia de dirección hasta la puerta, el chico rubio se hace a un lado para dejar pasar a su madre, la mujer abre la puerta siendo recibida por unos hombres vestidos de negro, que la escoltan hasta esa limusina negra que se encontraba escondida entre la niebla, Katsuki cuidadosamente cierra la puerta, hace un agotado suspiro y rápidamente sus manos frotan su cara para así quitarse las pocas gotas de sudor que su Madre le había hecho revelar, levantó la mirada y fue en dirección hacia su dormitorio, a pasos apresurados llegó en breves momentos. Aquel día había estado lleno de emociones, ahora, en su mente lo asechaba la imagen inquietante de aquel cuerpo sin vida, pareciese que el fantasma de ese chico se quedaría en su memoria, atormentándolo algunos días.
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Who are you?
Hayran Kurgu❝Bakugou piensa que la U.A ha dejado de ser un lugar confiable desde que se encontró el cuerpo sin vida de un estudiante en el aula de química. Desde entonces se pregunta, ¿de que forma se relaciona aquel chico de cabellos verdes con el asesinato?❞...