𝟱𝟲

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Fuegos artificiales imaginarios para Taeyang. Si Lisa no contestaba, se ahorraba los moretones.

Eunyeong intentó despertar a Jennie.

—Kiiiiim, oye, despierta.— La sacudió. Pero nada.

Luego miró a Soorim, quien había empezado a roncar.

—Alguien que le tape la boca a ese animal, por favor...— Dijo Suji, la chica castaña roncaba fuerte.

—Debes volver a llamar a Lis-

—No, no debe, tal vez podemos esperar a que despierte.— interrumpió el pelinegro y el pelirrojo negó chasqueando la lengua.

—Olvídalo, está llamando ella. ¿Hola?— atendió.

Todos miraron, en especial Tae.

—Oh, genial, la dirección...eh...— miró a los demás sin saber qué decir.

—Bar copitos de nieve, Seúl.— susurró Eun.

El chico asintió.

—Bar copitos de nieve en Seúl.— respondió Suji por teléfono.— Bien, te esperamos afuera, adi- A esta si le gusta cortar...— reclamó.

—En fin, hay que llevar a Kim afuera. Hay unas sillas por ahí. Yo debo ir a dejar a estos dos, Pelirrojito tu debes ir a tu reunión de botánica a las seis y ya son las cinco con 45. Tae, ¿Puedes acompañar a Jennie afuera?

Vaya que Eunyeong es responsable.

Taeyang se puso nervioso, parece que de Lisa no se escapaba.

La primera vez que la vió en su vida, fue en el colegio cuando ella tenía 13 años. Jugó un juego de mesa con Haneul y él. Pero Tae le tiró la caja de cartón en la cabeza a Lisa, y esta lo golpeo en las bolas.

Y sí que pega fuerte.

¿Como Lisa no lo reconoció al verlo?

El tremendo Glow Up que se pegó Taeyang tal vez.

She | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora