Capitulo 16.

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El juicio ya se llevaría a cabo, Eban me llevaba de la pata, cosa que me tranquilizaba.

Para no hacerles la cosa muy larga, los que más hablaron fueron Eban y Bill, y al parecer, estaban convenciendo a la audiencia de que yo no era ningún peligro, al escuchar todo lo que decían de mi, me comenzaba a sentir mal, pero cada que veía a Eban, y hablaba bien de mí, mi sonrisa regresaba.

Juez: Y díganme, ¿tienen alguna manera de probar que ella es inofensiva?

Bill: Así es, su señoría.

Eban: Díganme, ¿alguien sabe quién tiene verdaderamente la capacidad de probar algo sin actuaciones, engaños y/o mentiras? Bueno, déjenme decirles que esos son. Los Bebés.

Bill: Cómo sabrán, un bebé siempre actuará de la manera más pura que exista, ya que ellos no tienen la capacidad de mentir, y para está demostración, necesitaremos un bebé del público y este será sostenido en brazos por Ella.
Si el bebé llora, es porque ella no es segura para él, mientas que si el bebé ríe, significará que Ella no demuestra ninguna amenaza.

Juez: Bien, alguien del público que esté dispuesto a realizar este acto?

Todos en el lugar se quedaron en silencio mientras nos observaban y de vez en cuando, susurraban entre ellos, cosa que me comenzó a generar un gran nerviosismo, o así fue, hasta que una señora del público de puso de pie, y se ofreció a traer a su bebé.

Juez: En ese caso, pase al frente. Cuál es su nombre?

Señora: María.

María bajo de su asiente con su bebé en brazos, y yo me puse de pie. El bebé estaba callado, y mientras ella se acercaba a mí, el bebé me miraba fijamente hasta que llegó a donde yo estaba.

María: *Susurrando* Su nombre es Jesús... Confío en tí.

Cuando me lo dió, todo el público de puso de pie y toda la atención del lugar se poso en mí, me miraban fijamente, y estaba comenzando a temblar, así que voltee a ver al bebé que ahora tenía en mis patas.

Al verlo, su cara mostraba seriedad absoluta, comenzaba a dudar si conseguiría hacerlo reír, cada vez temblaba más, cuando las ganas de llorar comenzaban a invadir me. Pero cuándo levanté la mirada, pude ver a Eban, el cuál susurraba "Tu puedes" lo notaba en sus labios, y a su lado, estaba María, la cuál solo sonrió.

Volví mi mirada a Jesús, el solo me miraba, pero ahora, lo veía de una manera más tranquila, y una extraña sensación invadió mi cuerpo, al verlo tan indefenso, una parte de mi, me decía que debía proteger lo, y una pregunta llegó a mi mente "¿Así se siente ser madre?" Ante eso, solo pude sonreír, y cuando lo hice, noté que Jesús también lo hizo, comenzó a levantar su mano, lentamente, hasta que tocó mi hocico, y cuando lo hizo, comienzo a reír.

Por mi parte, solo sentí un gran alivió, y una gran emoción, también comenzó a reír en voz alta, mientras un par de lágrimas salían de mis ojos.

Eban: Lo conseguiste!

Ante tal acto, todo el público solo pudo decir "Aaaaawww" y todos volvieron a colocarse en sus asientos.

Juez: Está decidido, La fursona llamada Velvela, no representa un peligro, por lo qué, ella tendrá permitido asentarse en esta ciudad, como uno más de nosotros.

María: *Caminando hacia Velvela* Sabía que lo harías, felicidades.

Velvela:Muchas gracias por confiar en mí, además, El es bastante lindo, dígame, ¿Que se siente ser madre?

María: Es una de las sensaciones mas hermosas que existen en el mundo, dime, ¿Acaso tu y el...?

Velvela: De hecho apenas estamos comenzando a salir, pero yo lo amo demasiado.

Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora