Para cuando se dieron cuenta, el tiempo había dado un salto, como si Enero nunca hubiese existido, ya estaban a una semana del cumpleaños de Rubén. Victoria, Fargan y Alexby habían regresado a Madrid tres días después del anuncio de Samuel y Rubén. Roberto volvió de lleno a su trabajo en la librería junto con Samuel, Rubén había regresado a casa y a sus rutinas a excepción de los masajes por parte de su novio. Luego de sus clases de defensa era Nieves quien le proporcionaba los masajes, no le disgustaba pero sin duda, ya no era su momento favorito.
Todos habían regresado a sus asuntos, los trabajos y clases de la universidad los tenían casi enloquecidos, aquella primera cita aún no había llegado y tampoco habían podido pasar otra noche juntos, no porque no lo desearan, simplemente que sus tareas y trabajos se acumulaban y si se juntaban, sabían muy bien que no adelantarían nada.
Todos se mantenían en contacto por medio de su grupo de Whatsapp, donde recientemente habían agregado a Fargan y Alexby.
Intentaron organizar algo para el cumpleaños del menor, pero fue imposible, esa semana no había día alguno en el que todos coincidieran, Rubén dijo que no importaba, que hacía mucho tiempo que no celebraba su cumpleaños y eso logró que todos se pusieran de acuerdo a celebrarlo el mismo 13 de febrero, al único que se le complicaba era a Samuel, quien ya tenía ese día reservado por trabajo en la tarde, pero les dijo que igual lo celebraran, que el llegaría un poco más tarde pero que estaría presente.-No puedo creer que Vegetta esté trabajando el día del cumpleaños de su novio- dijo Jesús tomando asiento en el sofá de la sala del cumpleañero.
-Ya, pero es que el trabajo lo había reservado mucho antes de saber cuándo era mi cumpleaños- lo defendió el menor.
-Eres demasiado bueno- dijo Herny- de todas formas en una tristeza que solo seamos nosotros tres y Samuel cuando lleguen- agregó.
-No se podía hacer nada Herny- dijo Rubén- los demás estaban ocupados y viajar solo por un fin de semana era sólo un gasto innecesario- dijo poniendo botanas en diferentes potes, iba a ser una noche de películas y video juegos en casa del menor, seguramente sus invitados pasaría ahí la noche, así que podían emborracharse si querían, por suerte era viernes por la noche, el día siguiente lo tendrían libre.
Lo que Rubius no les había contado a sus amigos, era que él y Samuel habían discutido el miércoles y no se habían vuelto a hablar. Por lo que dudaba que el mayor se presentara aquella noche, pero sus amigos se habían esforzado tanto en organizar aquello que no podía simplemente cancelarlo todo.
Ese miércoles casi lo hacen, estaban a nada cuando una llama hizo que el mayor se fuera del lugar, para ayudar a un colega fotógrafo que estaba en un evento. Se disculpó con Rubén pero terminaron en pelea.-No es el momento Rub- dijo el mayor mientras se calzaba.
-Estoy listo- dijo dudando en realidad, porque no lo estaba.
-Te tensaste ocho veces desde que comencé a tocarte- lo vio hacer un puchero- tu no lo disfrutaras si te tensas cada vez que te toco y yo no lo disfrutaré porque estaré pendiente de tus tensiones-.
-¡¡Me estoy esforzando!!- le gritó tirándole una almohada.
Samuel lo abrazó casi a la fuerza- lo sé, sé que lo haces... pero no deberías, esto tiene que ser deseo Rub, no esfuerzo- sintió como intentaba alejarse- lo haremos, créeme, pero aún no- dejo un beso en su frente y se fue.
Así, sin más, se fue. Pero había algo que el menor no sabía, y era que a Sam le faltaba muy poco para conseguir aquello que quería obsequiarle por su cumpleaños y aquel trabajo extra le vino perfecto, aunque tuviera que quedarse con la miel en los labios.
Comenzaron con juegos de vídeo, la Play5 de Samuel estaba en casa de Rubén desde hacía unas dos semanas, el menor la usaba más que el mayor así que decidió dejársela en su casa.
Cerca de las nueve de la noche llegó Elyas, disculpándose por el retraso. Les había avisado que a último minuto surgió una cena con familiares de su novia de la que pudo escapar temprano gracias a Minet.
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Mi trébol de cuatro hojas
FanficEncontrarnos con "esa persona" es tan difícil como encontrar un trébol de cuatro hojas en un inmenso jardín lleno de ellos. Con el tiempo se marchitan y mueren. Cuando Samuel y Rubén se encontraron ambos estaban marchitándose... ¿podrán volver a fl...