it is a matter of a pregnant ferret

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Le duele. 

Le duele la muñeca, le arde como si se hubiera enjuagado las manos con lava y su muñeca fuera la única afectada. 

Harry y Draco esperan en la sala de espera del médico. Harry se ha disculpado unas treinta y ocho veces con Draco, es culpable de que la muñeca de Draco esté dañada y se siente sumamente mal consigo mismo. Ha traído a Draco en brazos aunque su omega le dice que está exagerando y que su mano es la que está inmovilizada, no sus piernas.

De todas formas, Harry había entrado en el médico con su omega en brazos. Draco va con un pomposo gorro blanco en la cabeza, una cálida y enorme bufanda de color crema y un jersey blanco. Draco chilla cuando su alfa entra por la puerta como si todo aquello se tratara de una película de acción y Harry fuera el superhéroe que carga con el herido.

"¡Harry!" Le había exclamado Draco, presa del pánico. Tenía una muñeca doblada, lo último que quería era que el salvaje de su marido lo estrellara contra una pared y los dejase pintados.

"No te preocupes, cariño." Le había dicho Harry, pero Draco pensaba que sí que debía preocuparse. "Ya estamos en el médico, te van a atender y después iremos a casa."

"¡Ve más despacio!" Draco se abrazó al cuello de Harry. Su alfa lo cargaba en brazos como el día de su boda, solo que ahora la mano derecha de Draco estaba muy lastimada y estaban entrando en el hospital. "¡Harry, por favor!"

Harry no había escuchado a Draco, su cerebro no podía pensar en otra cosa que no fuera en los médicos. Necesitaba llevar a su omega con los médicos, ellos le vendarían la muñeca, le recetarían calmantes y entonces Harry podría respirar mejor. Se sentía fatal, su instinto animal le gritaba lo poco cuidadoso que había sido con su pareja.

Llevan casados cuatro años y han sido los mejores cuatro años de la vida de Harry. Su omega es el sol de sus mañanas, le gusta despertarse con el pequeño y gruñón Draco que usa las camisetas de Harry como pijama y que le gusta beber té para desayunar. Le gusta que lo primero que ven sus ojos al abrirse sea su pareja. 

Habían llegado milagrosamente sanos (menos la muñeca de Draco) a la sala de espera. Harry se sentó en una de las incómodas sillas de plástico azul, esas sillas estaban hechas claramente para alguien más pequeño, así que Harry sobresalía bastante de la silla. Hizo una mueca, pero se quedó sentado con su omega en su regazo. 

"¿Estás bien, tienes frío?" Le pregunta Harry, pero no deja que Draco conteste porque ya se está quitando los guantes de las manos para dárselos a su omega. "Ven, dame la mano. La otra, la que no te duele. Ven, aquí. Eso es."

"Harry." Murmura Draco entre dientes y con exasperación. Le angustia que Harry se vuelva tan paranoico cuando se trata de su salud, desde su noviazgo Harry había demostrado una gigantesca e intensa preocupación por el bienestar de Draco.

Harry pega sus labios a la frente de su omega, y se alarma al sentir su piel tan fría contra sus labios.

"Estás helado." Dice, espantado.

"Es diciembre." Lo tranquiliza Draco con rapidez. "Cariño, estoy bien. Deja de preocuparte, de verdad." Con su pequeña mano, la que no está lastimada, acaricia la fuerte mandíbula de Harry.

"Lo siento muchísimo." Murmura Harry, y Draco se pone en alerta porque Harry parece estar a punto de echarse a llorar ahí en medio. Algunas omegas miran al gran alfa que tiene al diminuto omega en sus piernas, el alfa tiene los ojos brillantes por las lágrimas y sus labios se fruncen porque no quiere sollozar. "Todo es mi culpa. No debimos ir. No debimos hacerlo."

"Mi ángel, no digas eso." Draco arrulla a su gran alfa. Harry mira a su diminuto pero atrevido omega con ojos llorosos y culpables. Draco lo mira con cariño y comprensión. "Es sólo un esguince, probablemente. No es nada, no me he roto nada, ¿ves? No está ni morado ni tiene un color horrible. Está inflamado, nada más."

it is a matter of a pregnant ferret [harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora