-Escucha.- Comenzó el pelinegro sacando al rubio de sus pensamientos.- Soy heredero de la empresa familiar, ya sabes como es eso. .- Mencionó rodando los ojos.- Sin embargo mi sueño siempre fue estudiar medicina veterinaria y tener mi propia tienda de mascotas.
El menor lo observaba en silencio mientras escuchaba con atención cada palabra que salía de su boca.
-Aquí está su orden.- Baji fue interrumpido por el mesero, quien amablemente dejó las bebidas y postres y se retiró haciendo una reverencia.
-Pruébalo, quiero saber que opinas.- Comentó Kei en un tono emocionado.
Chifuyu llevó el popote a su boca y succionó aquella mezcla de intensos sabores. Baji lo observaba fijamente. En cuanto el líquido entró en su boca el rubio hizo una mueca de desagrado. No era muy fan de ese tipo de sabores como el café y menos si era revuelto con chocolate. Él era más de bebidas sabor fresa o vainilla, algo dulce, delicado y simple, como él. Keisuke se percató de eso, Chifuyu era todo lo contrario a Kazutora.
-Podemos pedir otra cosa si eso te desagrada.- Dijo Baji mientras buscaba al mesero con la mirada.
-¡No! No es necesario, es solo que son sabores nuevos para mi, pero está muy rico.- Respondió Fuyu regalándole una sonrisa.- Prosiga con lo que me estaba contando, por favor.
-Bien, estuve juntando dinero por un tiempo, y a escondidas de mi familia y en ese entonces mi novio, puse mi propia tienda de mascotas.- Continuo Baji mientras hacia una pausa para tomar de la malteada.- Esto es algo que solo saben mis amigos más allegados y ahora tu.
-Eso es muy lindo, aunque no tendría porqué esconderse de su familia, seguro se sentirán orgullosos de usted.- Comento el rubio.
-Mi familia es muy cerrada, no les gustaría saber qué parte del dinero que genera la empresa es desviado para esos fines, así que prefiero mantenerlo en secreto y evitar que interfieran y lo arruinen.- Respondió el pelinegro levantando los hombros.- Seguro te estarás preguntando porque te estoy contando esto y que tiene que ver contigo. Bueno, la respuesta es simple, hace un rato una de las personas que trabajan para mi en la tienda me llamó para decirme que ya no trabajaría más ahí.
Chifuyu pudo entender para donde iba la cosa, y no pudo evitar sentirse un poco nervioso. Si bien era una nueva oportunidad de trabajo, siendo honesto nunca había laborado en nada relacionado con mascotas o animales. Tampoco había tenido la oportunidad de cuidar alguna mascota, aunque siempre soñó con adoptar un gato.
-Me gustaría que trabajaras para mi, si aceptas, empezarías mañana mismo. Si no tienes ningún problema.- Comentó Baji, usando la pajilla para revolver el contenido de su vaso.
-Sería un honor trabajar para usted, Baji-san. Aunque para ser honesto, nunca he hecho algo parecido.- Explicó el rubio un poco nervioso.- ¡Pero me esforzaré!- Agregó rápidamente, lo último que quería era que su nuevo jefe pensara que estaba poniendo excusas.
Keisuke se rió del nerviosismo del chico, le pareció extrañamente lindo. -Cuento contigo, Chifuyu-. El tono de voz que usó el más alto hizo que el corazón del rubio saltara. Y esa sonrisa que le regalaba no ayudaba en nada.
Chifuyu comenzaba a sentir el calor acumularse en las mejillas y su corazón palpitar. Mierda, Matsuno. Deja de hacerte ideas estúpidas, es solo trabajo. Se recriminaba el rubio, sacudiendo su cabeza.
-¿Papi va a trabajar con perritos?- Pregunta Haru, ocasionando que ambos adultos volteen a verlo. Chifuyu soltó una risita al ver su estado, pues su hijo tenía su nariz llena de crema batida.
El rubio lo limpió con su dedo pulgar; y después lamió los restos de crema batida con su lengua. Sonrió ante la dulzura. -No seas tan descuidado, amor. Podrías ensuciar tu ropa.- Reprochó con cariño. -Y si, papi va a trabajar con perritos, gatitos y animalitos que necesitan medicina o cuidados.
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D E S P U E S D E L A T O R M E N T A
Fiksi Penggemar¡Por favor, tienes que creerme! ¡No te vayas! - gritó con las pocas fuerzas que le quedaban- ... Dolía como nunca había dolido. Tenía miedo, no sabía qué hacer...