La Isla [He Tian x Jian Yi]

Vida diaria - 6

Una semana.

¡Una semana!

Habían estado ahí ya 7 días completos desde que despertaron, y recién ahora estaban tomándole el peso correspondiente a haber estado tanto tiempo ahí, principalmente porque estaban teniendo su primer día de descanso real.

Los dos días anteriores los habían dedicado a hacer cosas de náufragos, las cosas de náufragos que habían visto en las películas y noticias por lo menos.

Habían racionado la comida en cuatro semanas (era lo más pesimistas que se podían permitir ser para comer tres veces al día), habían revisado las cajas, hecho señales S.O.S en la ladera... Incluso habían armado una gran pila de madera y hojas con la finalidad de encenderla si veían un barco, o algo que les pudiera ayudar, la "estatua salvadora" había dicho Jian Yi, aunque no tenía realmente forma de nada como para ser llamada estatua.

También y de forma lógica habían hablado sobre la posibilidad de crear una balsa para irse ellos mismos sin la necesidad de ser rescatados, esta idea la propuso Jian Yi y fue descartada rápidamente, ¿alguno sabía navegar? No. ¿Sabían hacia dónde ir? No. ¿Y qué pasaba si había una tormenta? O si se quedaban sin alimento...

En resumen, la balsa había sido totalmente descartada por ahora.

Con eso finalmente acordado solo bastó finalizar sus proyectos.

Al séptimo día ya todo estaba aparentemente finalizado. Entonces sus días de acarrear rocas, madera y hojas habían acabado, dejándolos en un estado que extrañaban pero a la vez los incomodaba: No tenían nada que hacer.

Nada que hacer más que sentarse en la ladera, y mirar hacia el horizonte.

Entonces eso hicieron.

Comenzaron una nueva rutina, o más bien adaptaron la pequeña rutina que poco a poco estaban formando.

He Tian comenzaría a moverse bruscamente en la madrugada, Jian Yi lo despertaría y todas las mañanas estaría a un par de centímetros de recibir un buen golpe, luego He Tian se marcharía en silencio mientras Jian Yi se volvería a dormir hasta que volviera.

Entonces desayunarían e irían a la ladera con comida en mano, llegarían, se sentarían sobre el pasto y tierra disponible, y mirarían en silencio al océano. Luego llegaría el inminente momento donde Jian Yi haría lo suyo: hablar.

Pues donde He Tian regresaba a la cabaña con signos de haber intentado inútilmente asesinar un árbol a puñetazos, Jian Yi buscaba fingir normalidad, fingir ser solo dos amigos en unas vacacione alejadas en vez de dos amigos víctimas de secuestro.

Ahora era uno de esos momentos, estaban almorzando cuando Jian Yi rompe el silencio.

―He Tian ―lo llama, y recibe la mirada del mencionado con indiferencia― Puedes ser sincero conmigo, no te juzgaré ni le diré a nadie más, ¿okey? Pero necesito la verdad.

No dijo nada más después de eso, incluso teniendo toda la atención de He Tian en él extendió el silencio hasta niveles insospechados. Cuando He Tian estaba a punto de ignorarlo nuevamente finalmente dijo:

―¿Con quién se metió tu familia? ¿Hiciste enojar a un niño rico mafioso o qué?

―¿Cómo llegaste a esa conclusión?

―Bueno, yo no tengo hermanos ni papá así que... ―alargó la palabra hasta que retomó su idea sentándose con ambas piernas cruzadas como si estuviera en una pijamada o un día de campo― De todas formas, cuéntame, papa Jian Yi no te juzgará.