ᰋ OÙ ALLEZ-VOUS? 天気 Hyunin ࣪. ꒷

¡ ❪ OO3 ❫ !

Se trataba de un chico que, a simple vista, era menor que él. Cabello negro, ojos cafés, y a diferencia de todos los demás con una guitarra grande en el lugar, la suya no era así. Por alguna razón que desconocía, su guitarra era pequeña.

Como el analizador que Hyunjin era, escaneó la situación; miró al recién nombrado y al peligris, a lo cual llegó a la conclusión de que la historia que estaba siendo narrada era una distracción para evitar que el menor fuera regañado por llegar así como si nada.

— Disculpe que lo interrumpa, joven, pero, ¿eso es todo? –soltó finalmente la decano un tanto adormilada por la espera.

— Uhm... –el chico vió a su amistad llegar sano y salvo.– Sí, decano, espero que le haya gustado mi trágica historia de vida.

Y justo cuando el peligris estaba dispuesto a sentarse junto a su amigo, llamaron su atención.

— Yoon Sanha, tu vienes conmigo –llegó la mujer que enseñaba piano, la decano Min.

— ¿Por...? –estaba por preguntar el porqué se necesitaba de su presencia, pero recordó lo que ocurrió la última vez. Tragó con un claro nerviosismo y temblor en su cuerpo. Caminó con dificultad hacia la decano y así ambos desaparecieron entre los pasillos.

"Hwang Hyunjin, favor de quedarse en el salón 7, donde se dan las clases de guitarra, hasta el final del horario. La decano Jeong se encargará de enseñarle los dormitorios."

— Está bien –murmuró, incluso si la persona que habló no podía recibir su respuesta.

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— Aquí, es tu nuevo hogar. Cualquier cosa que necesites llámame. Yo guiaré tus clases de violín –le hizo saber la decano una vez estuvieron justo en frente de la puerta de su dormitorio compartido.

— ¿Violín? Usted hace un rato me dejó en el salón de las guitarras, no de los violines –contestó.

— Oh, eso. Verá, usted tarde o temprano deberá saber tocar todos y cada uno de los instrumentos que enseñamos aquí. Qué descanse, joven Hwang –y así la mujer hizo una última reverencia, dejándolo.

Entró dudoso al pequeño espacio, dejándose caer en la cama una vez se aseguró y estaba solo. Suspiró con pesadez mirando el techo, no podía dejar de pensar en lo anteriormente sucedido. Al menos ahora podría cerrar sus ojos y dormir un po- ow.

— ¡Omg, al fin un compañero decente de cuarto! –gritó alguien, tomándolo por completa sorpresa.

— ¿Uh?... –el pelirubio se había caído de la cama gracias al grito, al instante levantándose con rapidez del suelo. Y ahí estaba, el chico que había hecho enojar a la decano del área de guitarra; la decano Yoo.

— Oops, lo siento, no debo de gritar –se auto-regaño el desconocido en un tono de burla.– Hola, soy Yoon Sanha, pero tú puedes decirme únicamente SanHa –el peligris al fin se había presentado.

— Hyunjin... Hwang HyunJin –igualmente se presentó con una ligera sonrisa en sus labios.

— ¿Sabes algo? –el contrario lo volteó a ver.– Es muy aburrido estar solo.

— Oh, pues, me parece que ahora estoy yo –soltó una pequeña risita.

Sanha tomó asiento en la esquina de la cama de Hyunjin, y así el resto de lo que quedaba del día se la pasaron conociéndose más el uno al otro.

— Cuando recién llegué a aquí, mi antiguo compañero me dijo que él escuchó y este lugar ha estado desde hace mucho. En mi caso, yo llevó acá 4 años, recién cumplidos.

La boca del pelirubio formó una pequeña "o", ¿cuatro años? De verdad se había sorprendido por la confesión. El edificio llevaba un sin contar de años desde su construcción, más aparte los cuatro años que Yoon ya llevaba. Sin duda el Edén se encontraba en perfecto estado a pesar de todos esos años transcurridos.