Paparazzi • ZhongChi

Capítulo 7: Perdedor

Miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo, lunes y martes. La semana de la apuesta ya estaba por terminar y Ajax no había conseguido todavía hacer que Zhongli fallara. Estaba siendo probablemente la peor semana de su vida; tener a Childe todo el día insinuándose y pegado a él le tenía todo el día con la miel en los labios. Quería, ansiaba poder tocarle, pero debía mantener su compostura para demostrarle al chico que era capaz de esperar, que tenía autocontrol.

Claro que lo que Tartaglia no sabía era que Zhongli le había hecho algunas visitas nocturnas. No lo había vuelto a drogar, simplemente lo miraba, algunas ocasiones lo grababa; la sola imagen de Ajax ya era suficiente para que pudiera autocomplacerse.

Con el paso de los días la actitud de Tartaglia se había hecho cada vez más descarada. Sabía que odiaba perder y que realmente estaba intentando que Zhongli rompiera su parte, pero iba a aguantar. Sabía que la recompensa iba a ser mejor si era paciente, a pesar de lo doloroso que estaba siendo el proceso.

La verdad era que la compañía de Aether era un punto a favor para Zhongli, ya que Ajax actuaba normal cuando el manager estaba cerca. Por supuesto que la idea de reemplazar su tiempo con Ajax no era apetecible, pero necesitaba tener a Aether cerca la mayoría del tiempo para contener al idol lo máximo posible.

No obstante, aquel martes mientras anochecía Ajax y Zhongli estaban solos en toda la casa. Aether se había tomado el día libre para visitar a su hermana y había decidido quedarse a dormir allí. Siempre había agradecido que Aether tuviera tanta confianza como para dejarle a solas con Ajax, pero en esos momentos hubiera preferido que el manager se hubiera quedado con ellos durante la noche.

—Morax —lo llamó sonriente desde el otro lado del salón—. Ya no puedes escapar de mí, no tienes a Aether como excusa —. Así que se había dado cuenta de que Zhongli lo arrastraba a todos lados—. Vamos, ¿por qué no te dejas llevar y ya? Lo del trato es una tontería, no hace falta que sigamos.

Zhongli rio y apartó su mirada del chico.

—No. Yo cumplo mi palabra, Ajax.

—¡Pero no aguanto más! —rechistó—. ¿Puedes hacerlo por mí, por favor?

—Eso es juego sucio, no te tomaba por un tramposo —se burló—. Solo estás empeorándolo, ¿por qué no esperas dos horas? Ahí acaba la competición.

—Ugh, eres horrible.

Zhongli parecía muy tranquilo por fuera, una sonrisa burlesca y sus brazos cruzados, pero en el fondo se moría de ganas de lanzarse a Ajax. Sus dedos quemaban y su mete solo estaba repleta de imágenes suyas; sus labios, su cintura, su abdomen, su cuello… Todo. Tan solo tenía que esperar un par de horas, un par de horas para hacerlo.

Mientras estaban viendo una película esa misma noche en el sofá, Ajax tenía sus piernas subidas a su regazo, sus labios pegados a su cuello y sus manos toqueteando todo su cuerpo. Finalmente, Zhongli cedió y agarró el mentón de Ajax para subirlo y juntar sus labios con los suyos. A diferencia del primer beso que compartieron, este era mucho más salvaje y errático. Ajax tenía un sabor dulce como la vainilla, sus labios eran suaves y blanditos y podía sentir su calidez corporal por lo cerca que estaban. En mitad del beso Childe se echó un poco hacia atrás con una sonrisa.

—Vamos a mi habitación —susurró mientras se levantaba del sofá, sus manos agarrando las de Zhongli para llevarlo consigo.

—Vamos a la mía, así podrás dormir en tu cama más tarde.

Ajax rio.

—Tan caballeroso como siempre.

De camino al dormitorio de Zhongli ambos seguían besándose, y en ocasiones Zhongli sentía los dientes de Ajax rozar sobre sus labios. Al llegar a la habitación Ajax lo empujó contra la puerta para cerrarla, sus manos moviéndose rápidamente para desabrochar la camisa del pijama de Zhongli. Mientras tanto, este tan solo disfrutaba con sus manos apoyadas sobre la cadera de Tartaglia.