── 💐 ❪ elegance! ❫ ִֶָ˚⊹
❛ a harry potter fanfiction ❜
↳ ❛ ¡ 𝐀 𝐠𝐢𝐫𝐥 like me? What is
a girl 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐦𝐞 ! ❜ 𓂅‧₊˚
✩.*• ──► 𖤐 ⋮ Evelyn Clermont, la hermana de Fleur, va a Hogwarts a pesar de las expectativas de todos...
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█ . . ، ๋💐 CHAPTER 62 𖤐･ ๋࣭ 𓏲 . . █ ❛Me miró a los ojos, sus hermosos ojos verdes❜
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*Narra Evelyn* «DOLORES JANE UMBRIDGE HA SIDO NOMBRADA PARA EL PUESTO DE ALTA INQUISIDORA DE HOGWARTS»
Un papel en un marco colgaba de la pared a las afueras del Gran Comedor. Cornelius Fudge definitivamente le estaba dando a Umbridge poder y control sobre los estudiantes para asegurarse de que Dumbledore realmente no estuviera tramando un ejército contra él. Fudge es un cobarde, un cobarde absoluto. Umbridge fue elogiada en el Diario El Profeta por "revolucionar" la enseñanza. Siendo alta inquisidora, solo la llevó a establecer reglas más estrictas. Todos los días, Filch colgaba una nueva regla fuera de la pared del Gran Comedor y las reglas se volvían más estúpidas.
«No se puede reproducir música durante las horas de estudio»
«Todos los productos Weasley serán prohibidos»
«Se debe mantener la vestimenta y el decoro adecuados en todo momento»
No solo eso, ella estaba tomando notas sobre cada profesor. Se burlaba de Snape por no convertirse en el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, le pedía una profecía a Trelawney, incluso se esforzaba por medir al profesor Flitwick con una cinta métrica. Según sus reglas, básicamente no se permitía la diversión.
Entré a la oficina de Umbridge, que ahora se había convertido en una rutina diaria. Mis manos se estaban llenando de cicatrices por la detención con su pluma especial. Me castigarían por las cosas más pequeñas. Harry la odiaba por hacerme daño y Hermione solo deseaba que se lo contara a Dumbledore. Cada vez después de la detención, iba a la oficina de la profesora McGonagall, donde me daba algún tipo de remedio para la cicatriz y una taza de té. Esta vez me castigaron porque mi corbata no estaba recta, lo que rompía una de sus reglas, «Se debe mantener la vestimenta y el decoro adecuados en todo momento»
—Señorita Clermont, estoy segura de que sabe qué hacer —me miró sonriendo y señalando un asiento frente a ella. Agarré la pluma negra y comencé a escribir nuevos conjuntos de líneas: "Debo seguir las reglas". Las palabras se grabaron profundamente en mi piel repasando algunas de mis cicatrices que ya estaban allí. Fue doloroso, pero cada vez que apreté los puños y la mandíbula para ni siquiera hacer un sonido. No quiero darle la satisfacción. Me miró sonriendo como siempre, probablemente disfrutándolo.
—¿Esto te hace sentir mejor? —La miré a los ojos,— ¿te hace sentir mejor que pueda lastimar a la hija del hombre que tenía tanto control sobre ti?
—No sé de qué estás hablando —dijo con su voz aguda sorbiendo su té.
—¿Podría hacer que te despidieran inmediatamente y eso no te gustó?
