Capítulo 1

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Corría desesperadamente por los callejones oscuros, su ropa desaliñada estaba manchada de sangre de los compañeros a los que les habían arrancado la vida. Estaba cansado, pero debía seguir corriendo, zigzagueaba por las pequeñas callejuelas sin rumbo alguno, intentando escapar de los tres vampiros que le perseguían. Todavía faltaba mucho para el amanecer y su única escapatoria era correr hasta que el deseado sol apareciera por el horizonte.

Giró por una pequeña calle y al final de esta chocó contra un muro que no le dejaba avanzar más, lo golpeó con sus puños, impotente, era una calle sin salida, toda esa situación en la que se encontraba era sin salida, y lo sabía.

Apoyó su frente contra el muro intentando normalizar su agitada respiración, ya no había marcha atrás, su loca carrera por escapar terminaba allí y su ajetreada vida también, no sabía desaparecerse todavía y sin varita no podía defenderse, dando un vistazo a su alrededor con la última esperanza de seguir con vida, pudo comprobar que solo saldría de esa callejuela volviendo sobre sus pasos pero veía las siluetas de los vampiros acercándose cortándole el camino.

- ¿Tanto correr para que ojos verdes? - le dijo uno de los vampiros - ahora ya eres mío.

- No - susurró desesperado.

Se giró para enfrentarles, no serian tres chupa sangres los que le harían temblar, bueno quizás un poco, pero no desvió su mirada

- Eres valiente, no muchos pueden mirar de frente a la muerte.

- He visto la muerte de frente muchas veces y sigo vivo.

Todo esa pesadilla había empezado hacia unas horas, era sábado, un agradable día de otoño les brindaba la oportunidad de pasear por Hosmeade y comprar alguno dulces en Honeydukes con Ron y Hermione, sus amigos. Fue un día relajante, hablaron, rieron y tomaron unas cerveza de mantequilla hasta casi anochecer, debían volver a Hogwarts antes del toque de queda, y se fueron reuniendo varios alumnos que, como ellos, iban retrasados en la vuelta. Oyeron ruidos y gritos en el pueblo y se acercaron a comprobar que pasaba con la varita en la mano, pero en segundos les rodearon varios vampiros, y empezó una lucha donde todos se defendían valientemente, los alumnos que quedaban eran de sexto y séptimo y todos conocían los hechizos para contrarrestar a un vampiro. Con el cansancio, la lucha degeneró y varios de sus compañeros murieron desangrados por esas bocas ávidas de sangre.

Harry, Ron y Hermione, formaban un pequeño circulo espalda contra espalda para protegerse, y solo un potente protego y sus lumus solem, que salían de sus varitas mantenían sus cuellos lejos de los colmillos de los vampiros, que tan desagradablemente mostraban.

La alarma había sido dada en Hogwarts y al final aparecieron los profesores para ayudar a sus alumnos, la batalla se pudo ganar, los pocos vampiros que quedaban fueron desapareciendo, pero uno de ellos pudo acercarse lo suficiente a Harry para enlazarlo por la cintura y se lo llevó.

- Tu sangre es especial, huelo una gran fuerza en ella y tu cuerpo me atrae - le dijo al oído una vez estuvieron en tierra firme- voy a convertirte en mi cáliz.

Pero Harry aprovechó que la fuerza con la que le agarraba la cintura se aflojaba un poco, para golpearlo con todas sus fuerzas y empezar a correr para escapar, había perdido su varita en el traslado y no podía defenderse.

Y allí se encontraba, en aquel oscuro y sucio callejón, apoyado contra la pared y frente al vampiro que quería convertirlo en su cáliz, si no recordaba mal de los libros que una vez leyeron con Hermione en la biblioteca para un trabajo de defensa, un cáliz era una alacena de sangre con patas, el vampiro podía beber su sangre sin matarlo, ya que regeneraba rápidamente la sangre perdida y un lazo les unía para que el cáliz se sometiera a los deseos de su vampiro y el vampiro a cambio le ofrecía protección, sus vidas o no vidas se liaban la una a la otra por la eternidad.

El vampiro se fue acercando despacio a Harry, mirándolo a los ojos, los otros dos se mantenían un poco mas lejos, pero vigilando que no hubiera opción de escape para el moreno

- Relájate, no va a dolerte - le informó con voz muy suave.

Al llegar hasta él le sujetó los hombros contra la pared impidiéndole cualquier movimiento y se quedaron mirando a los ojos fijamente, no hubo palabras, el vampiro descendió una de sus manos, acariciando el cuerpo del moreno hasta llegar a su cintura, atrayéndolo hacia si y convirtiéndolo en un estrecho abrazo, con la otra mano le acarició la mejilla y le fue ladeando la cabeza para dejar su cuello descubierto, acercó su boca con los afilados colmillos muy lentamente, sus gestos eran delicados.

Harry veía esa boca que iba a sellar su destino acercándose a su piel, notaba la cercanía de sus cuerpos, pero no podía moverse ni oponerse a ello, era como si lo que estaba sucediendo fuera normal y fácil de aceptar, el poder que el vampiro ejercía en él era muy fuerte y se daba cuenta, pero no podía contrarrestarlo. Notó un pequeño dolor cuando los afilados colmillos se clavaron en su piel atravesándola, la sangré empezó a salir de su cuerpo aspirada por el vampiro. Cerró los ojos, una sensación de calor recorrió su cuerpo y una leve excitación apareció en su miembro, de su boca salió un pequeño suspiro al notar una de las manos del vampiro recorriéndolo, acariciándolo.

- SUELTALO

Harry en su nube de sensaciones, pudo oír esa voz fuerte y autoritaria, se percató que su vampiro sacaba delicadamente los colmillos de su piel lamiendo la herida para cerrarla, pero sin dejar el agarre que ejercía en su cintura, estaba débil y apoyó la cabeza en el pecho del vampiro para no caer.

- He dicho que lo sueltes - volvió a repetir la voz

- ¿Quién eres tú para ordenarme nada y matar a mis amigos? - gritó viendo los restos de los cadáveres de los dos vampiros que le acompañaban en el suelo

- Soy el que acabará contigo sino lo sueltas.

- Debe beber de mi sangre o va a morir.

- No es cierto, no has tomado suficiente sangre de él, todavía se tiene en pie.

- Es mi cáliz - aseguró abrazando fuertemente el pequeño cuerpo sin fuerza que mantenía entre sus brazos.

- No, el ritual no ha sido terminado, suéltalo ahora mismo.

El vampiro se vio rodeado de una multitud de magos con sus varitas levantadas, al verse sin opción apoyó a Harry en la pared.

- Volveré a por ti, vas a ser mi cáliz, he probado tu sangre y nunca podré olvidarte, ahora estoy en inferioridad de condiciones y nunca ganaría esta batalla, la mejor opción es retirarse - le dijo al oído - mi nombre es Bladimir, no lo olvides - y desapareció.

Harry se fue deslizando por la pared hasta quedar sentado en el suelo, no tenia fuerza para mantenerse en pie, abrió los ojos que no sabia cuando había cerrado y buscó su salvador para agradecérselo, lo que nunca podría haber imaginado era que su salvador fuera Tom Rydle, el mismísimo Lord Voldemort se erguía orgulloso delante de él junto a sus leales mortifagos, ¿Estaba sufriendo alucinaciones debido a la perdida de sangre?, volvió a cerrar los ojos apoyando su cabeza en la pared y suspiró profundo para volverlos a abrir y seguir viendo el mismo cuadro, no era una alucinación, Pero si era realmente él el que estaba en aquella callejuela, ¿Como había recuperado su cuerpo?, su apariencia le recordaba la imagen que había encontrado en la cámara de los secretos pero con las facciones más maduras, podía aparentar unos 30 años, aunque sus ojos seguían siendo inquietantemente rojos.

Sus miradas se cruzaron, verde contra rojo y Harry no pudo evitar reírse, una risa nerviosa en la que expresaba su hilaridad por toda la situación, solo a él podían sucederle esas cosas, salía de la brasa para meterse en el brasero y siguió riendo.

A un gesto de Voldemort dos mortifagos le agarraron por los brazos, débil por la perdida de sangre y sobrepasado por la situación no tuvo fuerzas para debatirse contra ellos y lo levantaron fácilmente para desaparecerse de aquel sucio callejón.

Vencido por amor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora